?Por qu¨¦?
El t¨ªtulo es el de la portada de Il manifesto, ayer martes, bajo la foto del entierro del agente que defendi¨® con su cuerpo la vida de la periodista de ese peri¨®dico Giuliana Sgrena, liberada intacta por los guerrilleros iraqu¨ªes, pero herida por el "fuoco amico". Un cuerno. ?Amigo! La acusaci¨®n se esboza en varios puntos: Giuliana es comunista, como su peri¨®dico; piden la retirada de las tropas italianas de Irak; las ¨²ltimas fotos que ella envi¨® mostraban los ni?os muertos y heridos por el fuego americano. Pod¨ªa contar cosas, pod¨ªa estar "aleccionada". Para estos casos se invent¨® una falacia psiqui¨¢trica llamada "s¨ªndrome de Estocolmo", seg¨²n la cual el secuestrado vive la fantas¨ªa de que fue bien tratado, lo cual debe ser imposible seg¨²n lo pol¨ªticamente correcto. Un loco. El tratamiento de la CIA y del psiquiatra amigo le vuelven a su realidad. Se llam¨® as¨ª tras el asalto a un banco en Estocolmo en 1973; secuestraron mujeres como rehenes y ellas no s¨®lo les defendieron y declararon a su favor en el juicio, sino que dos se casaron con sus asaltantes, y as¨ª est¨¢n a¨²n con gran contento de todos.
Es absurdo. Aquello y esto. Llamamos absurdo a todo lo que difiera de nuestro aprendizaje. El aprendizaje es permanente: de la escuela, la casa y la sociedad, a la prensa, la televisi¨®n, las artes. En literatura se llam¨® "absurdo" al teatro que se sal¨ªa del reflejo cl¨¢sico de la sociedad del aprendizaje. No suele tener car¨¢cter pol¨ªtico: Ionesco es absurdo de derechas, Camus absurdo de izquierdas, Becket absurdo religioso...
?Cu¨¢l es el absurdo de Giuliana Sgrena? Como el de su peri¨®dico: ser comunistas cuando el comunismo no tiene el menor porvenir. Pierden el aprendizaje del beneficio, la conveniencia y algunas cosas m¨¢s. Piden la salida de las tropas italianas: un absurdo, las tropas se conservan bien, y su acci¨®n no tiene nada que ver con una guerra de Estados Unidos. Esa guerra no es absurda: lo que hace un gran Estado y una sociedad aprueba y vota no es absurdo. Contiene mentiras: pero las mentiras forman parte del aprendizaje social. Nos parece ejemplar, recordando a nuestro Aznar, que Berlusconi se enfade, hable, aparezca y se queje: pero no retira las tropas. Conoce mejor el teatro del absurdo. No es lo mismo un fresco bromista y gracioso que un fresco tenebroso.
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