El peque?o comercio se atrinchera
Un grupo de artesanos, en su mayor¨ªa mujeres, se resiste a abandonar el centro comercial La Vaguada
"A m¨ª me van a tener que sacar de los pelos". Mari Paz Campos habla con rabia mientras coloca con esmero monedas de cinco euros en unas cajitas de pl¨¢stico. Ella es una de las artesanas que resisten dentro del centro comercial La Vaguada con su peque?o negocio dedicado a la joyer¨ªa. La plaza de los Artesanos, donde hay ubicada una treintena de peque?os comercios como el de Mari Paz, presentaba ayer un aspecto casi fantasmal. La empresa propietaria mayoritaria de gran parte del centro, Rodamco Europe, ha decidido no renovar los contratos de alquiler a los m¨¢s de treinta peque?os comerciantes que tienen sus locales en este centro comercial del barrio del Pilar. Hay peque?os empresarios, muchos de ellos mujeres y de mediana edad, que llevan con sus comercios en La Vaguada desde que abri¨® el centro, hace ya m¨¢s de 20 a?os. Algunos se dedican a los bordados artesanos, otros a la joyer¨ªa, al cincelado, a los juguetes artesanales para ni?os. No hay franquicias. De los locales hay colgados carteles: "Quieren cerrar la Plaza de los Artesanos". "Los artesanos somos La Vaguada". Los comerciantes han conseguido que muchos vecinos, apoyen su causa. "Ya llevamos recogidas m¨¢s de 8.000 firmas", aseguran. La portavoz de IU en el Ayuntamiento, In¨¦s Saban¨¦s, se reuni¨® la semana pasada con ellos para mostrarles su apoyo.
La empresa mayoritaria ha decidido no renovar los contratos de alquiler
La apertura de La Vaguada en octubre de 1983 supuso una aut¨¦ntica convulsi¨®n entre los vecinos y comerciantes de la zona, que en el solar no quer¨ªan un centro comercial sino un parque. Mucha gente, entre ellos comerciantes de los ahora expulsados, se ech¨® a la calle al grito de "La Vaguada es nuestra". "El Ayuntamiento de entonces, socialista, decidi¨® hacer una concesi¨®n a los peque?os comerciantes para que dej¨¢semos de protestar y nos dieron dentro de La Vaguada dos partes: el mercado de abastos y la Plaza de los Artesanos", explica Ana Redondo, otra de las comerciantes. Pero el acuerdo fue verbal, no consta en ning¨²n registro, por m¨¢s que los artesanos, ahora que se ven con un pie en la calle, se han puesto a rebuscar en los archivos de la ¨¦poca. "Nosotros ten¨ªamos al principio un contrato de alquiler indefinido con la empresa ArteEspa?a", explic¨® Ana Redondo. Cuando ArteEspa?a cerr¨®, seg¨²n Redondo, los comerciantes firmaron en 1995 sus arrendamientos con el propietario que en aquella ¨¦poca ten¨ªa el centro comercial. Esos contratos pasaron luego a depender de Rodamco. "Tuvimos que firmar un contrato por 10 a?os que finaliza ahora", cont¨® Redondo, cuya madre, Isabel, tambi¨¦n tiene una tienda dentro de la Plaza de los Artesanos. Los peque?os comerciantes sospechan que tras la no renovaci¨®n de los contratos de alquiler est¨¢ el inter¨¦s de alg¨²n gran comercio por instalarse en la Plaza de los Artesanos. Esta zona ocupa 900 metros cuadrados y se asemeja a una plaza porticada con farolillos. Una portavoz de Rodamco Europe explic¨® que la empresa hab¨ªa comunicado, con todos los tr¨¢mites necesarios, a los comerciantes que se les acaba el contrato. "Con medidas de presi¨®n no podemos negociar con ellos, aun as¨ª, las puertas siguen abiertas", se?al¨®. "Lo del nivel sentimental es relativo: los comercios que quedan no son puramente artesanales, muchos han quedado convertidos en tienda de regalos", agreg¨®.
Los comerciantes tendr¨¢n que abandonar las tiendas el pr¨®ximo 15 de marzo como muy tarde. Ya han recibido varios requerimientos de Rodamco, y muchos ya se han ido. Pero hay un grupo de 12, una peque?a resistencia que no piensa moverse. "A m¨ª me tendr¨¢ que echar la polic¨ªa de aqu¨ª", cuenta Angelines, de 70 a?os, con las gafas colgando a la altura del pecho y una mantilla en los hombros. Ella es la due?a de una tienda de artesan¨ªa que vende objetos de bronce.
"A m¨ª no se me pasa por la cabeza buscar otro sitio", dice con rotundidad Mari Paz Campos, con una tienda especializada en plata. Sagrario Ruiz, propietaria de una tienda de ropa de estilo hippy, traga saliva cuando dice su edad: "74 a?os". Pero enseguida se repone: "No hacen otra cosa que cargarse al peque?o comercio", cuenta, mientras asegura que es otra que no se va a mover de la tienda hasta que la echen.
Los comerciantes han presentado una demanda contra Rodamco. Con ella, esperan retrasar indefinidamente su expulsi¨®n de La Vaguada.
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