Vecinos del Carmel retiran sus muebles para iniciar los derribos
El vaciado durar¨¢ tres d¨ªas, y el apuntalamiento, una semana
Pasada la tensi¨®n del fin de semana, cuando ayer los t¨¦cnicos del Departamento de Pol¨ªtica Territorial de la Generalitat entraron en los dos edificios del Carmel contiguos a los que se derribar¨¢n por orden judicial, por fin, con la autorizaci¨®n de los vecinos, comenz¨® la retirada de muebles del n¨²mero 4 del pasaje de Calafell, paso imprescindible para apuntalar los inmuebles. El vaciado durar¨¢ tres d¨ªas, y los trabajos de apuntalamiento, ocho.
A las nueve de la ma?ana la escena se parec¨ªa a la de una mudanza cualquiera, con un cami¨®n aguardando, pero ni el entorno -vallas de seguridad y restos de cemento a s¨®lo unos metros del socav¨®n- ni los ¨¢nimos de los vecinos eran los mismos. No se repitieron las airadas protestas de los afectados del pasado s¨¢bado, cuando los t¨¦cnicos comenzaron el apuntalamiento por orden judicial ante el "grave peligro" de derrumbe de los edificios como consecuencia de la lluvia, pero las cr¨ªticas y la desconfianza hacia los argumentos de las autoridades fueron de nuevo constantes.
"Lo del peligro ha sido la excusa para entrar deprisa", comentaban Beatriz Lobeiras, vecina del inmueble, y Salva Carmona, hijo del propietario de la tienda de recambios de autom¨®vil de los bajos. Las 11 familias del n¨²mero 4 del pasaje de Calafell y el 8 de la calle de Conca de Tremp mantienen desde hace dos semanas un duro pulso con la Generalitat sobre las compensaciones econ¨®micas por da?os morales y por la p¨¦rdida de valor de sus viviendas. Precisamente esta tarde est¨¢ previsto que las dos partes, abogados y Administraci¨®n, se re¨²nan por tercera vez en la sede del Departamento de Pol¨ªtica Territorial para tratar de llegar a un acuerdo. La Administraci¨®n tambi¨¦n se reunir¨¢ con la Asociaci¨®n de Vecinos del Carmel.
Con las cr¨ªticas como tel¨®n de fondo, la ajetreada ma?ana comenz¨® en la tienda de ropa infantil de Mari Fe Fern¨¢ndez, un comercio colindante del edificio del pasaje de Calafell que ser¨¢ derribado. Todo estaba listo, pero la propietaria exigi¨® que se hiciera un inventario de todo el g¨¦nero. De ello se encargaron dos agentes de los Mossos d'Esquadra, que anotaron el contenido de casi 60 cajas. Tambi¨¦n sacaron mobiliario, mostradores, perchas... "S¨®lo han dejado el escaparate", susurraba la due?a con una mezcla de enfado y resignaci¨®n.
De forma simult¨¢nea se comenzaron a empaquetar todos los enseres y muebles de los dos entresuelos. Por la tarde les toc¨® a uno de los dos pisos del primer rellano y a otro del segundo. Despu¨¦s de m¨¢s de un mes sin habitantes, hac¨ªa m¨¢s fr¨ªo dentro de las viviendas que en la calle. Sandra L¨®pez, hija de los propietarios del entresuelo 1?, estaba abrumada. "Nos han dicho que quieren acabar en dos horas", exclamaba entre un mar de muebles a medio desmontar. Su piso parec¨ªa el camerino de los hermanos Marx: bomberos, empleados de la mudanza llenando cajas a toda velocidad, mossos inventariando el contenido, t¨¦cnicos de GISA y periodistas entrando y saliendo. Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, el padre, sali¨® muy afectado.
Hasta que puedan regresar a sus casas, cuando adem¨¢s de apuntalado el edificio haya sido recimentado, los muebles de estas familias permanecer¨¢n en un almac¨¦n de Sant Andreu de la Barca. Los objetos y la ropa que puedan necesitar mientras tanto se guardar¨¢n en un local de Adigsa.
Joan Camps, t¨¦cnico de GISA, repiti¨® ayer que el vaciado de los pisos obedece a "una necesidad perentoria para el apuntalamiento y para garantizar la seguridad del edificio". "Se trata de pura prudencia", recalc¨®, pero algunos afectados, como Mari Fe Fern¨¢ndez, cuestionaron sus palabras: "Creo que lo sacan todo porque tienen miedo de que se caiga la casa".
A los trabajos de vaciado de los pisos del n¨²mero 4 del pasaje de Calafell est¨¢ previsto que esta ma?ana se sumen los del 8 de Conca de Tremp. El apuntalamiento contin¨²a simult¨¢neamente, as¨ª como las inspecciones previas al retorno en los edificios de la zona verde, m¨¢s alejada del socav¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.