Huecos
"No sabe usted con quien est¨¢ hablando". La frase me llega en una conversaci¨®n en la que un amigo funcionario me cuenta que, cuando le toc¨® recepcionar una obra p¨²blica, se neg¨® a firmar los papeles que le pusieron delante porque era del todo evidente que ni los materiales ni el equipamiento previstos en el proyecto ten¨ªan nada que ver con lo que le ped¨ªan que diera por bueno. La obra en cuesti¨®n hab¨ªa sido adjudicada en un primer momento a una determinada empresa de fuera de Andaluc¨ªa, pero el encargo cambi¨® de manos con la excusa de un abaratamiento que en el fondo encubr¨ªa la financiaci¨®n de una chapuza ejecutada, eso s¨ª, por una empresa andaluza muy bien situada en el mercado de las goller¨ªas. Mi amigo sab¨ªa perfectamente qui¨¦n era esa persona de la que le hablaban, su interlocutor real, y entendi¨® en seguida que el problema no consist¨ªa tanto en saber o no de qui¨¦n se trataba como en el hecho de que esa persona no pod¨ªa ser nombrada.
Como el asunto no reviste mayor novedad, prefiero andarme por las ramas. Y hay una que me llama la atenci¨®n de una manera especial: parece que no sabemos con qui¨¦n hablamos. El asunto del 3% de las obras contratadas por la Generalitat de Catalu?a ha tenido un final infinitamente m¨¢s escandaloso que el mismo hecho de que la concesi¨®n de una obra p¨²blica tuviera como requisito pagar una comisi¨®n ilegal: los partidos pol¨ªticos implicados en el merd¨¦ han llegado en publico, en sede parlamentaria, al compromiso de mantener en secreto la verdad que est¨¢n dejando a la vista los escombros de la ciudad. ?Implica esta novedosa variante del retablo de las maravillas un nuevo concepto de ciudadan¨ªa? Buen ciudadano: el que hace como que no ve lo que est¨¢ a la luz del d¨ªa y m¨¢s claro que el agua, el que hace como que no sabe lo que todos nos sabemos al dedillo, un conocedor que debe hacerse pasar por ignorante en todo menos en una cosa: el verdadero nombre del que tiene delante, halando con ¨¦l.
As¨ª es como el cuerpo del poder real que decide nuestras vidas se nos vuelve invisible, sin que por eso dejemos de sentir su presencia en todas partes. ?Han reparado en esa maravilla ocurrida en Sevilla de que un mismo se?or firmaba por tres empresas distintas? El alcalde de Sevilla dice que ese se?or -le llamar¨ªan Trinidad- no actuaba a su lado, sino a sus espaldas. Y que por eso no lo ve¨ªa: de donde se deduce que el alcalde de Sevilla es un buen ciudadano.
Todos conocemos perfectamente el nombre propio de este tipo de pr¨¢cticas. La expresi¨®n "no sabe usted con quien est¨¢ hablando" significa exactamente lo contrario de la pol¨ªtica democr¨¢tica. Y sin embargo lo habitual es que el poder de los Estados, que no deja de invertir tanta econom¨ªa y tanta pol¨ªtica en estrategias de identificaci¨®n de los ciudadanos cada vez m¨¢s precisas y m¨¢s pr¨®ximas, prefiera para s¨ª la ocultaci¨®n, la simulaci¨®n y el secreto. ?Hasta d¨®nde es tolerable un poder innombrable y experto en borrar sus propias huellas? El¨ªas Canetti dijo que todo est¨¢ en los peri¨®dicos y que basta con leerlos con la necesaria mala intenci¨®n. La mala intenci¨®n -a?ado yo- que pone el nombre exacto donde hay un hueco estrat¨¦gico.
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