?Nueva pol¨ªtica del agua en Valencia?
El autor opina que la determinaci¨®n del Gobierno por ejecutar el trasvase J¨²car-Vinalop¨®, decisi¨®n a favor de la cual considera que ha presionado el PSPV, cuestiona el cambio en la pol¨ªtica h¨ªdrica
El pasado d¨ªa 22 de marzo, D¨ªa Mundial del Agua, EL PA?S public¨® una tribuna en la que el secretario de Medio Ambiente, Agua y Agricultura del PSPV, Francesc Signes, identificaba la pol¨ªtica del agua que est¨¢ aplicando el Gobierno en el Pa¨ªs Valenciano con la nueva pol¨ªtica que preconiza la Directiva Marco del Agua europea. En el presente art¨ªculo se cuestiona esta afirmaci¨®n.
La antigua pol¨ªtica del agua era la que se dedicaba a explotar los ecosistemas acu¨¢ticos mediante obras con cargo al presupuesto p¨²blico, sin preocuparse ni de los impactos ambientales ni del coste real del agua. Y la nueva pol¨ªtica del agua que preconiza la directiva marco es la que propugna exactamente lo contrario: proteger y recuperar los ecosistemas acu¨¢ticos, y hacer que los usuarios paguen los verdaderos costes del agua, excepto en casos muy justificados por razones sociales. Para valorar en cu¨¢l de los dos lados se sit¨²a la pol¨ªtica del agua que se est¨¢ aplicando en el Pa¨ªs Valenciano lo mejor es examinar los hechos, y en concreto, la principal obra que se lleva a cabo actualmente en esta Comunidad, a gran distancia de la siguiente, que es el trasvase J¨²car-Vinalop¨® (TJV).
Ahora la direcci¨®n del PSPV defiende con u?as y dientes el trasvase al Vinalop¨®
Para conseguir la financiaci¨®n, el Gobierno anterior envi¨® a Bruselas informaci¨®n manipulada
El TJV ha sido objeto de controversia desde el comienzo. La elecci¨®n del trazado fue muy pol¨¦mica, y la decisi¨®n final favoreci¨® a Iberdrola, al necesitar grandes bombeos, y a los promotores de Alicante, al llevarse el agua de mejor calidad. Para conseguir la financiaci¨®n europea, el Gobierno anterior envi¨® a Bruselas informaci¨®n t¨¦cnica manipulada, seg¨²n han reconocido las autoridades actuales. Cuando el proyecto fue cuestionado por el Parlamento Europeo, se nombr¨® una comisi¨®n t¨¦cnica para su estudio, la cual lleg¨® a conclusiones inequ¨ªvocas respecto al agua disponible en el J¨²car: si el r¨ªo se comportase en los pr¨®ximos 25 a?os como lo hizo en los 25 anteriores apenas se podr¨ªan trasvasar al Vinalop¨® 16 o 18 hect¨®metros c¨²bicos anuales de media, y ello aunque no se garantizase ning¨²n caudal ambiental ni para el J¨²car ni para L'Albufera, como ocurre en la actualidad. En cuatro de cada cinco a?os no se podr¨ªa trasvasar cantidad alguna, y eso sin considerar los efectos del cambio clim¨¢tico. S¨®lo se podr¨ªa enviar m¨¢s agua quit¨¢ndosela a los usuarios de la Ribera. Los c¨¢lculos de la comisi¨®n no s¨®lo descontaban ya los supuestos ahorros de la modernizaci¨®n de los regad¨ªos de la Ribera, sino tambi¨¦n un recorte sustancial de la reserva del J¨²car para Sagunto, Valencia, y su ¨¢rea metropolitana, cuyos ayuntamientos sorprendentemente no han planteado objeciones, quiz¨¢ porque no han sido informados.
Ante la delicada situaci¨®n en que quedaba el proyecto, la Direcci¨®n T¨¦cnica de la Confederaci¨®n del J¨²car (CHJ) propuso utilizar el acu¨ªfero de la Plana Sur de Valencia para generar recursos para el Vinalop¨®. Existen muy pocos antecedentes en el mundo del uso de aguas subterr¨¢neas para trasvases, si es que existe alguno. Las aguas subterr¨¢neas son la ¨²ltima reserva de cualquier sistema hidrol¨®gico, y utilizarlas para alimentar trasvases constituye el mayor grado imaginable de la insostenibilidad. Por eso en ning¨²n lugar se atreven a plantearlo, no ya en la nueva pol¨ªtica del agua, sino tampoco en la antigua. Pero en la CHJ no s¨®lo se han atrevido, sino que han denominado a esta propuesta "uso conjunto" de aguas superficiales y subterr¨¢neas, violentando gravemente un concepto de gesti¨®n que fue ideado para reducir la presi¨®n sobre los ecosistemas acu¨¢ticos sobreexplotados, y no para aumentarla.
Mientras la CHJ propon¨ªa esta novedosa versi¨®n valenciana del "uso conjunto", la documentaci¨®n oficial de la Directiva Marco europea calificaba el acu¨ªfero de la Plana Sur de Valencia como en "mal estado" qu¨ªmico, y con un grado de explotaci¨®n "medio". Si al acu¨ªfero se le extraen los vol¨²menes propuestos para alimentar el TJV, y se le reducen dr¨¢sticamente las entradas por la modernizaci¨®n de los regad¨ªos (que aportan el 75% de la recarga), pasar¨¢ a tener un grado de explotaci¨®n "muy alto" -l¨¦ase sobreexplotaci¨®n-, y aumentar¨¢ todav¨ªa m¨¢s su contenido en nitratos y sulfatos. Esto, adem¨¢s de suponer un incumplimiento flagrante de la directiva marco, afectar¨¢ a decenas de miles de personas que son abastecidas con esas aguas en la Ribera.
Pero la CHJ no ha estado sola, ni antes ni ahora, en sus esfuerzos para sacar adelante a toda costa el trasvase. La Generalitat y el Gobierno anterior han presionado a los regantes de la Ribera, prometi¨¦ndoles las obras de modernizaci¨®n y apelando a su lealtad pol¨ªtica, para que acepten d¨®cilmente la expoliaci¨®n de sus derechos hist¨®ricos. En su d¨ªa les convencieron para que aceptaran el Pacto de Alarc¨®n y el Plan de Cuenca del J¨²car, con lo cual entregaron la llave del J¨²car al Gobierno central, y el agua del r¨ªo a Castilla-La Mancha y a Alicante. La CHJ trata ahora de convencerles de que acepten tambi¨¦n utilizar sus aguas subterr¨¢neas en beneficio del Vinalop¨®. ?ltimamente, por fin, a algunos l¨ªderes agrarios parece que se les cae la venda de los ojos y comienzan a reaccionar. Si finalmente resultase que ya es demasiado tarde, responder¨¢n ante la Historia de no haber sabido defender el legado de sus mayores.
El papel de determinados c¨ªrculos del PSPV ha sido decisivo en la ¨²ltima etapa del conflicto. Han presionado con todos los resortes a su alcance, primero al Ministerio de Medio Ambiente, y luego a la estructura federal del PSOE, para imponer la idea de que la cancelaci¨®n del trasvase representar¨ªa un descalabro electoral en Alicante, y por efecto domin¨®, en las auton¨®micas de 2007 y en las generales de 2008. El argumento parece haber calado, y ahora la direcci¨®n del PSPV defiende con u?as y dientes el trasvase, mientras todos los cargos acu¨¢ticos del PSOE desfilan semana tras semana por Alicante. En el PP se frotan las manos, pues justificando un trasvase se justifica el otro, y el PSPV ya comienza a crujir en las populosas comarcas del J¨²car. Las obras, de momento, siguen adelante, y es posible que ya haya comenzado el trasvase de votos del J¨²car al Vinalop¨®, muchos de los cuales se evaporar¨¢n en el trayecto.
Todo indica que el conflicto, lejos de decaer, se va a ir agravando, porque tiene una base real: si se construye la conducci¨®n, antes o despu¨¦s la poca agua del J¨²car que le queda a la Ribera acabar¨¢ en las urbanizaciones de Alicante, y en la Ribera lo saben. Las cosas se pod¨ªan haber hecho de otra manera. Simplemente con que la CHJ hubiera presentado los resultados de la comisi¨®n t¨¦cnica tal como salieron, la Comisi¨®n Europea, que asisti¨® a la presentaci¨®n, habr¨ªa cancelado el proyecto en pocos d¨ªas. Para enderezar el revuelo pol¨ªtico subsiguiente al Gobierno le habr¨ªa bastado con garantizar a los regantes del Medio Vinalop¨® -y s¨®lo a ellos- que les entregar¨ªa en breve plazo 30 o 40 hect¨®metros c¨²bicos anuales de agua apta para riego y generosamente subvencionada, pues ese es todo el problema real que existe en el Vinalop¨®. Hab¨ªa, y sigue habiendo, varias alternativas al TJV para hacer esa entrega, con el agua mucho m¨¢s garantizada y a menor coste para el contribuyente.
Ahora, las cosas se han enrarecido mucho. Las organizaciones ambientales espa?olas pr¨¢cticamente han roto con la CHJ. La nueva pol¨ªtica del agua del PSOE ha sufrido un descr¨¦dito considerable no s¨®lo en el Pa¨ªs Valenciano, sino en toda Espa?a. Los ciudadanos y las instituciones de la Ribera comienzan a organizarse para defender sus derechos hist¨®ricos al agua del J¨²car, una vez han comprobado que la CHJ no lo hace. El conflicto indefinido est¨¢ servido. Las cuentas del desastre habr¨¢ que ped¨ªrselas a los t¨¦cnicos que llevan a?os cocinando los datos hidrol¨®gicos del J¨²car, y a los pol¨ªticos del eje Madrid-Valencia del PSOE que al comienzo de la legislatura decidieron por su cuenta que el TJV deb¨ªa construirse, cuando apenas estaba iniciado.
Es dudoso que un panorama como el arriba descrito se pueda calificar como nueva pol¨ªtica del agua. Maquillar datos t¨¦cnicos, construir obras que acaban esquilmando r¨ªos, arruinando humedales y soobreexplotando acu¨ªferos, o hacer malabarismos con el agua y los votos, no es la nueva pol¨ªtica del agua que mucha gente viene reclamando desde hace a?os. La Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua asegura que esto no tiene nada que ver con una nueva cultura del agua.
Antonio Estevan es portavoz de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua en el Pa¨ªs Valenciano
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