Berl¨ªn, cien a?os de esp¨ªritu rebelde
La capital alemana muestra los frutos de su radical transformaci¨®n arquitect¨®nica
Han pasado m¨¢s de 15 a?os desde la ca¨ªda del muro, el 9 de noviembre de 1989, y seis desde el traslado de la sede del Gobierno alem¨¢n hasta orillas del r¨ªo Spree. La reedificaci¨®n de buena parte del centro de Berl¨ªn ha quedado ultimada. Y seguramente no exista otra capital europea en cuyo interior se haya erigido semejante volumen de construcciones desde los a?os posteriores a la II Guerra Mundial.
Siguiendo la idea de la "reconstrucci¨®n cr¨ªtica" -concepto desarrollado por el arquitecto Josef Paul Kleihuesse para la Exposici¨®n Internacional de Arquitectura de 1984-1987-, se han cerrado las heridas que divid¨ªan la antigua capital de la RDA y Berl¨ªn Occidental, dando lugar a la nueva capital. El objetivo no era acumular edificios aislados y espectaculares ni trazar una silueta de rascacielos, sino introducir un elemento de normalidad. A pesar de la cordura que exig¨ªa semejante ideal, han surgido edificios plenamente convincentes en s¨ª mismos. Por ejemplo, la sede central de la constructora GSW en Kochstrasse, obra de esp¨ªritu ecol¨®gico de Sauerbruch & Hutton; el edificio de DG Bank, de Frank Gehry, en la Pariser Platz; los grandes almacenes de las Galeries Lafayette, de Jean Nouvel, en la Friedrichstrasse; el Museo Jud¨ªo, de Daniel Libeskind, en la Lindenstrasse, y el pabell¨®n deportivo de la Landsberger Allee, proyectado por Dominique Perrault.
Pero para apreciar el presente conviene entender el pasado. Proponemos un itinerario por edificios surgidos a lo largo del ¨²ltimo siglo cuyo conocimiento brinda al visitante una nueva perspectiva de la ciudad. Una ruta que descubre ese constante impulso reformador y que nos habla de los ideales e ideolog¨ªas arquitect¨®nicos, urban¨ªsticos y pol¨ªticos del siglo XX, que en Berl¨ªn han cristalizado de forma especialmente clara.
El paseo comienza en la estaci¨®n de metro de Schlesisches Tor. Aqu¨ª sigue en pie el contexto urban¨ªstico que motiv¨® todos los esfuerzos de reforma realizados en torno a 1900: ante nuestros ojos se despliega aquella capital tomada por los especuladores, densamente urbanizada y poblada, que hab¨ªa experimentado un crecimiento repentino a ra¨ªz de la creaci¨®n del imperio en 1871. Los antiguos edificios, tan apreciados en la actualidad, fueron tachados en su tiempo de "cuarteles de alquiler", y no sin cierta raz¨®n. En las ¨²ltimas d¨¦cadas estos bloques de edificios han sido reformados, y recientemente toda la zona se ha consolidado como barrio de moda en lo que constituye un proyecto mod¨¦lico de la minuciosa reforma urbana puesta en marcha a comienzos de los setenta en Berl¨ªn Occidental, contraria a la v¨ªa del derribo.
1 Urbanistas contra especuladores
Cerca de la estaci¨®n de metro de Sch?nhauser Allee encontramos un buen ejemplo del movimiento de reforma contra los llamados "cuarteles de alquiler". En 1899, la urbanizaci¨®n de la calle Stargarder esquina a la calle Greifenhagener, proyectada por el arquitecto Alfred Messel, consigue dejar atr¨¢s la hasta entonces habitual distribuci¨®n de una manzana en parcelas aisladas en favor de una construcci¨®n viva y articulada concebida como un todo y no regida por el ansia de beneficio. La diferencia se torna clara si se compara el interior de este bloque de edificios con un patio de Kreuzberg.
2 Los ideales de los a?os veinte, en la Torre Einstein
La I Guerra Mundial y el final de la monarqu¨ªa supusieron la abrupta ruptura del proceso urban¨ªstico en curso. Para la vanguardia era de todo punto impensable volver a las formas y m¨¦todos de la ¨¦poca imperial, puesto que les parec¨ªan indisociables del extinguido "mundo del ayer" (Stephan Zweig). A pesar de la penuria econ¨®mica y la confusi¨®n pol¨ªtica imperantes, se despleg¨® toda una serie de utop¨ªas universales que en muchos casos pretend¨ªan nada menos que alumbrar al "hombre nuevo". Cerca de Berl¨ªn, en Potsdam-Babelsberg, la Einsteinturm (Torre Einstein), de Erich Mendelsohn (1921-1922), da testimonio de aquel esp¨ªritu. Se trata probablemente del edificio m¨¢s famoso de la ¨¦poca, restaurado de manera mod¨¦lica entre 1997 y 1999.
3 Woga, Schell-Haus y la Caba?a del T¨ªo Tom
Pero los verdaderos problemas a afrontar en aquel entonces no eran de naturaleza formal. Se trataba de crear hogares humanamente dignos. Tomemos tres ejemplos del rico legado de aquella ¨¦poca: el complejo Woga, erigido por Erich Mendelsohn (1927-1931) en la Lehniner Platz, una simbiosis de locales de esparcimiento y viviendas (en el cine Universum surgi¨® en 1976-1981 el teatro de la Schaub¨¹hne seg¨²n el proyecto de J¨¹rgen Sawade; un espacio teatral muy flexible cuyos espect¨¢culos coreogr¨¢ficos merece la pena contemplar incluso si uno no entiende alem¨¢n); la Shell-Haus de la Rechpietschufer, obra de Emil Fahrenkamp (1931), todo un ejemplo, magn¨ªficamente restaurado, de la arquitectura de edificios de oficinas de aquellos a?os; y la urbanizaci¨®n Caba?a del T¨ªo Tom, en la Argentinische Allee (1926-1932), que con su lograda integraci¨®n en el bosque de pinos y su variado repertorio de edificios y viviendas constituye un testimonio de las ambiciones sociales de la Rep¨²blica de Weimar.
4 La ¨¦poca nazi
El turista interesado en la arquitectura puede saltarse tranquilamente los a?os del nacionalsocialismo. Si bien es cierto que hasta el comienzo de la II Guerra Mundial se construyeron unos cuantos edificios y se proyectaron much¨ªsimos m¨¢s, apenas si encontramos entre ellos obras arquitect¨®nicas de importancia. Constituye una excepci¨®n el Reichssportfeld, construido para los Juegos Ol¨ªmpicos de 1936 en el barrio de Charlottenburg. Por un lado, porque los trabajos de planificaci¨®n hab¨ªan comenzado antes de 1933 y el deseo de Hitler de monumentalidad intensificada no pudo deformar una arquitectura en el fondo moderna, y por otro, porque el af¨¢n del arquitecto Werner March de integrar arm¨®nicamente las instalaciones en el ondulado paisaje boscoso pudo hermanarse a la perfecci¨®n con la veneraci¨®n nacionalsocialista del suelo alem¨¢n. En los ¨²ltimos cinco a?os se han llevado a cabo trabajos de reforma en el estadio ol¨ªmpico para techar las tribunas, bajar el terreno de juego y reedificar los palcos inferiores a fin de dotarles de una inclinaci¨®n m¨¢s pronunciada (un proyecto a cargo de los arquitectos Gerkan, Marg und Partner).
5 La est¨¦tica capitalista y comunista, enfrentadas
En 1945, Berl¨ªn estaba en ruinas, y la l¨ªnea de las edificaciones monumentales desaparece para dar paso a la construcci¨®n de viviendas, esta vez en el marco de la rivalidad entre dos ¨®rdenes sociales enfrentados. Generalmente se mencionan como exponentes t¨ªpicos de estos estilos opuestos los edificios de la antigua Stalinallee, con sus fachadas de estilo clasicista (actualmente, Karl-Marx-Allee, entre la Strausberger Platz y la Frankfurter Tor, 1951-1960), y la agradable ciudad de la exposici¨®n de arquitectura de Berl¨ªn Occidental Interbau (1957), en Hansaviertel. En un principio, la RDA tambi¨¦n consider¨® natural proseguir la l¨ªnea marcada por la modernidad, como testimonian, por ejemplo, las Laubengangh?user, de Ludmilla Herzenstein (1949-1951), en la Weberwiese; de hecho, poco despu¨¦s esa tendencia lleg¨® a imponerse, como testifica el segundo tramo de edificaciones de la Karl-Marx-Allee entre la Strausberger Platz y la Alexanderplatz (1959- 1965). La nueva ciudad socialista se materializa aqu¨ª con una implacabilidad incapaz de tener en cuenta la intrincada ret¨ªcula urbana hist¨®rica.
6 Dos obras maestras, el Kulturforum y la Philharmonie
El Kulturforum de la Potsdamer Strasse tambi¨¦n surgi¨® como resultado de la divisi¨®n de la ciudad. Fue ideado como sustituto de la Isla de los Museos, que de repente se hab¨ªa vuelto inaccesible a los berlineses occidentales por haber quedado al otro lado del muro. El proyecto de cuerpos constructivos modelados con criterios paisaj¨ªsticos fue desarrollado en los cincuenta por Hans Scharoun, representante del constructivismo org¨¢nico. A ojos del visitante actual, el Forum parece desangelado; sin embargo, aqu¨ª se concentran edificios tan importantes como la Philharmonie (sede de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn), de Hans Scharoun (1960-1963), y la Nueva Galer¨ªa Nacional, de Ludwig Mies van der Rohe (1965-1968). Hans Scharoun y Edgar Wisniewski ubicaron la Biblioteca Nacional (1967-1976) justo enfrente, sobre el trazado de la antigua Potsdamer Strasse, como respuesta al cierre de esta arteria de comunicaci¨®n (la m¨¢s importante entre el este y el oeste de Berl¨ªn) por la construcci¨®n del muro en la Potsdamerplatz.
7 Piano, Rogers y Jahn
Desde 1992, esta zona ha visto nacer un nuevo barrio de negocios y esparcimiento, financiado por tres grandes inversores y proyectado por arquitectos de renombre: Renzo Piano, Richard Rogers, Helmut Jahn. La coexistencia de la torre de vidrio de Jahn y el rascacielos de ladrillo art d¨¦co de Hans Kollhoff testimonia lo dif¨ªcil que es hoy d¨ªa poner en pie un fragmento de ciudad que exige un complejo nivel de acuerdo. Si en las urbanizaciones de Alfred Messel podemos detectar la superaci¨®n de la parcela en favor de la manzana de grandes dimensiones, cien a?os despu¨¦s, en la Potsdamerplatz, uno sorprende a la ciudad a punto de dar el salto que va de la manzana de grandes dimensiones al barrio controlado y aprovechado a la medida de la econom¨ªa privada, detectable subliminalmente en el Beisheim-Center, malamente disimulado en el Daimler-Chrysler-Areal y puesto en escena sin el menor tapujo en el Sony-Center.
8 El nuevo barrio gubernamental
Encontramos su equivalente pol¨ªtico, el Regierungsviertel, en el meandro del Spree, al norte del Reichstag (Paul Wallot, 1884-1894, reformado por Norman Foster entre 1995 y 1999). El eje que forman la Canciller¨ªa (Axel Schultes y Charlotte Frank, 1997-2001) y la C¨¢mara de los Diputados (Stephan Braunfels, 1998-2002) une las antiguas mitades de la ciudad y atraviesa el eje norte-sur proyectado por Albert Speer, el arquitecto de Adolf Hitler. Resulta que la estrategia de Speer de dejar libre de edificios el meandro del r¨ªo Spree (reservado para la edificaci¨®n del Gran Pabell¨®n del Pueblo que rematar¨ªa el eje norte-sur), con el objetivo de destinar la zona al barrio gubernamental de una Alemania unificada, ha resultado de lo m¨¢s previsora.
9 Rem Koolhaas
La nueva construcci¨®n de la Embajada holandesa proyectada por Rem Koolhaas en la Rolandufer (1998-2003) marca un posible cambio de rumbo en la concepci¨®n arquitect¨®nica. El elemento constructivo principal, un cubo exento situado en la esquina con la Klosterstrasse, se despliega hacia lo alto con escaleras y rampas que abren panor¨¢micas siempre nuevas del entorno urbano: por ejemplo, la torre de la televisi¨®n de los a?os sesenta o el vecino edificio de la Administraci¨®n de los a?os treinta. En lugar de decidirse por un bando u otro, acepta los opuestos y los integra como elementos de la dramaturgia de la nueva construcci¨®n. ?Llegar¨¢ a crear escuela esta actitud de serenidad? Quiz¨¢ el edificio sea demasiado poco accesible al p¨²blico para lograrlo.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicosPrefijo telef¨®nico: 00 49 30. Poblaci¨®n: la ciudad de Berl¨ªn tiene unos 3,4 millones de habitantes.C¨®mo ir- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com). Comprando antes del 3 de abril, para viajar entre el 1 de abrily el 12 de junio, ida y vuelta a Berl¨ªn desde Madrid, a partir de 82 euros, m¨¢s tasas y gastos de emisi¨®n(precio total, 139,89 euros).- Easyjet (www.easyjet.com;902 29 99 92) tiene vuelos a Berl¨ªn desde Madrid, Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca. El precio aumenta seg¨²n se llena el vuelo. Desde Madrid, por ejemplo, trayectos a partir de 18,99 y 24,49 euros, m¨¢s tasas. Un vuelo de ida y vuelta, desde unos 66 euros.- Airberlin (www.airberlin.com; 901 11 64 02). Conecta Berl¨ªn desde varios aeropuertos espa?oles (algunos, con escala); por ejemplo, Madrid: trayecto a partir de 19 euros en junio o 30 euros en abril, m¨¢s tasas y recargos.Informaci¨®n- Oficina de turismo de Berl¨ªn (25 00 25; www.berlin-tourist-information.de). Ofrece reservas telef¨®nicas y on line de espect¨¢culos y alojamiento (desde pensiones hasta hoteles). La Berlin Welcome Card incluye 48 y 72 horas de transporte p¨²blico y descuentosen visitas en algunos museos, por16 y 22 euros, respectivamente.- www.berlin.de.
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