Incompetencia o mentira

?Qu¨¦ es peor, la incompetencia o la mentira? Cuando se trata de un Gobierno, como el de Bush, que plante¨® una guerra preventiva contra Irak por unas armas de destrucci¨®n masiva que no exist¨ªan, lo primero resulta casi m¨¢s preocupante. Es lo que ha apuntado la comisi¨®n relativamente independiente que ha estudiado estos fallos de los servicios de inteligencia con una conclusi¨®n meridiana: estaban "completamente equivocados" en casi todos sus juicios sobre el arsenal qu¨ªmico, bacteriol¨®gico y nuclear de Sadam Husein.

Un a?o de trabajo ha producido escasos resultados por parte de ese ¨®rgano presidido por un juez retirado y un ex senador, incluidas 74 recomendaciones para mejorar la eficacia de los servicios de informaci¨®n. La Comisi¨®n del 11-S ya vio fallos similares e hizo una labor mucho m¨¢s meritoria. A falta del veredicto de la Comisi¨®n de Inteligencia del Senado, este ¨²ltimo intento no ha encontrado manipulaci¨®n o presiones pol¨ªticas para que los servicios de inteligencia produjeran informes en la direcci¨®n que quer¨ªa la Administraci¨®n para justificar la invasi¨®n de Irak. Sin embargo, s¨ª apunta que los servicios "vend¨ªan" la informaci¨®n que a su juicio iba a interesar "a sus clientes, o al menos a su cliente principal" (el presidente Bush).

Ante lo que es, como poco, uno de los mayores fiascos de estos servicios en su historia, nadie asume la responsabilidad. El entonces director de la CIA, George Tenet, ya dimiti¨® en su d¨ªa y el presidente Bush le otorg¨® la Medalla Presidencial de la Libertad. Todos parecen lavarse las manos.

Cabe preguntarse si esta incompetencia se ha mantenido, ahora que desde Washington se se?ala con el dedo a Ir¨¢n y a Corea del Norte por sus programas de armas nucleares. La inteligencia estadounidense tardar¨¢ en recuperar la credibilidad perdida en su pa¨ªs y en el resto del mundo. Si es que no se demuestra un d¨ªa, en unos nuevos papeles del Pent¨¢gono, que algunos responsables pol¨ªticos hicieron algo m¨¢s que dejarse enga?ar por los servicios. Pues nada excluye que a la incompetencia confesa se sumara la mentira interesada.