Algunas reformas clave para la econom¨ªa espa?ola
La econom¨ªa espa?ola ha resistido bien la ¨²ltima desaceleraci¨®n econ¨®mica internacional, con tasas de crecimiento del PIB por encima del 2%, superiores a la media de los pa¨ªses de la UE. Pero para poder mantener estos buenos resultados en el futuro y hacer frente a los desequilibrios que se han ido acumulando es necesario llevar a cabo una serie de reformas que aborden ciertos problemas estructurales. Algunos de los retos a los que se enfrenta la econom¨ªa espa?ola, que se tratan en detalle en el ¨²ltimo informe de la econom¨ªa espa?ola de la OCDE, son los siguientes:
- Mantener la competitividad. El diferencial de inflaci¨®n con los pa¨ªses de la zona euro lleva muchos a?os en torno al 1%, lo que ha hecho perder paulatinamente las ganancias de competitividad obtenidas tras la devaluaci¨®n de principios de los a?os noventa. Un crecimiento econ¨®mico mayor s¨®lo puede justificar este diferencial de inflaci¨®n si va acompa?ado de mayores ganancias de productividad que empuja los salarios y los precios al alza, incluyendo los sectores no comercializables.
Las deducciones fiscales en vivienda pueden estar favoreciendo la elevaci¨®n del precio final
Hay que evitar que las cl¨¢usulas de actualizaci¨®n salarial propaguen la inflaci¨®n
Pero esto ha sido exactamente lo contrario de lo que ha ocurrido en Espa?a. No hay que olvidar que el mecanismo de ajuste cl¨¢sico ante el deterioro de la balanza de pagos en d¨¦cadas pasadas (la devaluaci¨®n) ya no es posible dentro de la zona euro, con lo que si el diferencial de inflaci¨®n se mantiene, los futuros ajustes se producir¨¢n a trav¨¦s de p¨¦rdidas de crecimiento y empleo, mecanismos m¨¢s dolorosos y lentos que la devaluaci¨®n.
Con la pol¨ªtica monetaria en manos del Banco Central Europeo, y dado que la pol¨ªtica fiscal tiene una capacidad limitada para controlar los excesos de demanda, los esfuerzos deber¨ªan concentrarse en reducir las inercias en la formaci¨®n de precios y salarios. En este sentido, no s¨®lo es necesario reforzar las condiciones de competencia en algunos sectores y elevar el perfil y la independencia de las autoridades de defensa de la competencia, sino tambi¨¦n evitar que las cl¨¢usulas de actualizaci¨®n salarial propaguen la inflaci¨®n, reduciendo su aplicaci¨®n, y en todo caso, lig¨¢ndolas a la inflaci¨®n subyacente en vez de a la inflaci¨®n total.
Aunque los salarios reales se han comportado de forma moderada en los ¨²ltimos a?os, contribuyendo a la extraordinaria creaci¨®n de empleo, los salarios nominales, que en definitiva son los que determinan la competitividad, han crecido m¨¢s que en otros pa¨ªses. Mantener las mismas ganancias de salarios reales con menores tasas de crecimiento de precios y salarios nominales deber¨ªa ser uno de los objetivos de los agentes sociales y el Gobierno en el futuro.
- Enfriar el mercado de la vivienda. Frenar los precios de la vivienda es necesario para mantener la estabilidad macroecon¨®mica y facilitar el acceso a la vivienda a precios razonables. Una de las reformas pendientes es la del mercado del suelo, para permitir una salida m¨¢s r¨¢pida de nuevos terrenos al mercado. Por otra parte, la oferta de viviendas ha aumentado de manera impresionante en los ¨²ltimos a?os, y si los precios se han m¨¢s que doblado en t¨¦rminos reales es porque la demanda de viviendas ha crecido a¨²n m¨¢s que la oferta. Este crecimiento se debe a muchos factores, algunos de ellos estructurales y que se mantendr¨¢n en el largo plazo. Otros est¨¢n ligados a motivos de inversi¨®n, y pueden ser m¨¢s o menos coyunturales.
El ¨²nico factor de demanda directamente controlable por las autoridades son las ayudas fiscales para la compra de vivienda, que pod¨ªan tener sentido cuando se introdujeron (en ¨¦pocas en que los tipos de inter¨¦s reales eran muy altos), pero que hoy contribuyen a que los tipos de inter¨¦s reales efectivos de las hipotecas sean negativos y desv¨ªan la demanda desde el mercado del alquiler, que es el m¨¢s estrecho de la OCDE, al mercado de compra. Adem¨¢s, pueden estar favoreciendo la elevaci¨®n del precio final de las viviendas. En este contexto, la eliminaci¨®n paulatina de estas ayudas, junto a otras medidas como la reforma de la legislaci¨®n de desahucios por impago o al reorientaci¨®n de la pol¨ªtica social de vivienda hacia el alquiler, parecen tener sentido.
- Mejorar las ganancias de productividad. La productividad es la variable clave que determina la renta per c¨¢pita de un pa¨ªs a largo plazo. En contra de lo que se afirma a menudo, el crecimiento de la productividad no es incompatible con una fuerte creaci¨®n de empleo. Son varios los elementos que pueden potenciar la productividad, como la mejora del sistema educativo y un marco m¨¢s adecuado para la investigaci¨®n y el desarrollo en el sector privado, que son analizados en el informe de la OCDE.
Otro factor clave que explica los pobres resultados de productividad en Espa?a es la estructura dual del mercado de trabajo. La tasa de temporalidad, mucho m¨¢s alta que la de todos los pa¨ªses de la OCDE (excepto M¨¦xico) desincentiva la formaci¨®n y fomenta una creaci¨®n de empleo sesgada hacia sectores de baja productividad. Para reducirla ser¨¢ necesario no solamente aplicar m¨¢s estrictamente la legislaci¨®n que limita el encadenamiento de contratos, sino sobre todo reducir las indemnizaciones por despido por causas econ¨®micas de los trabajadores permanentes, que siguen siendo de los m¨¢s elevados en la OCDE y penalizan el empleo fijo.
En cierto modo, unos costes de despido tan altos son el residuo de un periodo en el que la falta de libertades sindicales se compensaba con una alta protecci¨®n del empleo, pero han sido responsables de que la creaci¨®n de empleo en Espa?a haya sido baja hasta la generalizaci¨®n del uso de los contratos temporales.
- Asegurar el futuro de las pensiones p¨²blicas y mantener la disciplina presupuestaria. Las pensiones medias en Espa?a son menores que las de muchos pa¨ªses de la UE, debido en parte a bajas tasas de empleo femenino en las d¨¦cadas pasadas, que han permitido acumular menos derechos de pensi¨®n. Sin embargo, y parad¨®jicamente, las reglas que determinan la pensi¨®n son muy generosas, en el sentido de que hacen que lo que el trabajador medio contribuye sea bastante menos del valor presente de lo que recibir¨¢ en forma de pensi¨®n, lo que crea un d¨¦ficit estructural en el sistema p¨²blico.
A esto se a?ade el problema del envejecimiento de la poblaci¨®n, que afectar¨¢ a Espa?a m¨¢s tarde pero de manera m¨¢s acusada que en otros pa¨ªses, y que har¨¢ crecer el d¨¦ficit anual del sistema de pensiones en nada menos que ocho puntos porcentuales del PIB en 2050. Estas estimaciones son bastante robustas a posibles cambios en las hip¨®tesis sobre la tasa de natalidad, el crecimiento de la productividad o la llegada de inmigrantes (que en cualquier caso recibir¨¢n tambi¨¦n una pensi¨®n).
Una reforma de los par¨¢metros que determinan las pensiones parece, por tanto, inevitable, y es mejor definirla ahora que no dentro de 10 o 15 a?os, que es cuando el impacto demogr¨¢fico entrar¨¢ en juego, pero es tambi¨¦n cuando las generaciones afectadas estar¨¢n pr¨®ximas a la edad de jubilaci¨®n y tendr¨¢n menos tiempo de adaptarse. Para mitigar la magnitud de la reforma ser¨ªa tambi¨¦n bueno empezar a acumular ¨ªntegramente los super¨¢vit de la Seguridad Social y continuar reduciendo la deuda p¨²blica. Mantener el equilibrio presupuestario a lo largo del ciclo econ¨®mico por parte del Estado y de las comunidades aut¨®nomas es crucial, y se debe tener en cuenta de cara a las pr¨®ximas negociaciones sobre la reforma del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica.
Claude Giorno y Miguel Jim¨¦nez son economistas de la Oficina de Espa?a en la OCDE.
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