La discreta resignaci¨®n de...
?Qu¨¦ nos ocurre, doctor? Mire usted -y perdone que le avance un posible diagn¨®stico-, tenemos claros s¨ªntomas de esquizofrenia. Somos mayor¨ªa quienes queremos un cambio de gobierno. Despu¨¦s de veinticinco a?os, es lo l¨®gico, ?no le parece? Si se dice que el sistema b¨¢sico de organizaci¨®n, el Estatuto, ha "envejecido", qu¨¦ es lo que no habr¨¢ hecho el partido de gobierno (coja la ambig¨¹edad de la frase). No llega a ser el PRI mexicano, pero lleva camino de ello; ya sabe, clientelas, fort¨ªsima intervenci¨®n en el sistema econ¨®mico, sociedad civil constre?ida... Pero, mire usted, se?or doctor, a pesar de ello y seg¨²n todas las encuestas, votaremos a los viejos partidos y personajes de gobierno, al PNV y a Ibarretxe o Errazti; incluida la incrustaci¨®n de IU-EB y el se?or Madrazo. ?No resulta inquietante?
Por lo dem¨¢s, este tema de la nacionalidad, sobre la que tanto nos preguntan, empieza a cansarnos -cosa tambi¨¦n l¨®gica, ?no le parece?-. El 40% decimos sentirnos tan vascos como espa?oles... y porque no nos dan m¨¢s opciones, porque ser¨ªamos igualmente europeos como lapones (es un suponer). Est¨¢ ya bien, pensamos; este asunto nos "resbala" bastante: la vida tiene otros matices. Somos, simplemente, de aqu¨ª; nos vale con eso. Y, sin embargo, por eso le hablo de esquizofrenia, votaremos por un Gobierno (PNV-EA-IU) que nos meter¨¢ de hoz y coz precisamente en esa disyuntiva ¨¦tnica que no nos apetece nada. (Volver¨¢n oscuras golondrinas...; o no, si no hay ni isla ni m¨¢stil ni geodas, pero esto es una quimera). ?Es esto grave, doctor?
Amigo (responde el doctor; y lanza un mensaje de confianza a su paciente), olvide su problema. Ve fantasmas, cierto. Pero se crean en otro lugar, no en su cabeza. Est¨¢ usted cuerdo a pesar de que los mensajes que le llegan resulten extra?os. Pero tranquil¨ªcese. Veamos si puedo responderle.
Desde el llamado Pacto de Lizarra, todo se centr¨® en su entorno sobre el tema de "la paz" (no m¨¢s muertes de inocentes; no m¨¢s asesinatos en realidad), para lo que se requer¨ªa una nueva relaci¨®n con Espa?a o con el "Estado", elija usted. Todo comenz¨® ah¨ª. El plan Ibarretxe prolong¨® aqu¨¦l estado de cosas. Le modificaban a usted la realidad: el problema vasco se resum¨ªa en su "frustrada relaci¨®n con Espa?a". No es que fuera un enso?aci¨®n suya, es que le hac¨ªan luz-de-gas. Por ese lado, est¨¦se usted tranquilo.
Quedaba la oposici¨®n, claro, para sacarle a usted de su nebulosa. Pero, amigo, ella misma fue entrando en esa extra?a niebla sobre la "nueva relaci¨®n", la "vasquidad" y todo lo dem¨¢s. Se resign¨®, muy especialmente el PSE, a debatir las cosas en esos t¨¦rminos. Como si fu¨¦ramos monocordes, unidireccionales, simples. La pol¨ªtica y los proyectos se fueron reduciendo a esto. Su desorientaci¨®n aumentaba. Pero, tranquil¨ªcese, era una desorientaci¨®n ambiental, no de su mente.
Por lo dem¨¢s, la oposici¨®n no supo trabajar con responsabilidad donde pod¨ªa. Puedo hablarle de ?lava. El PP de Aznar fue incapaz de avalar a un equipo local sensato y eficaz que gestionaba y gestiona a¨²n sus instituciones. El PSE local ha hecho una labor de tierra quemada tanto en la instituci¨®n foral como en el ayuntamiento de Vitoria. Hasta el punto de que, teniendo la mejor candidatura de los ¨²ltimos a?os (encabezada por Emilio Guevara), el PSE s¨®lo consigue detraer votos de un PP semi-aznarista en el imaginario colectivo. Y, he aqu¨ª la paradoja: es precisamente ?lava el ¨²nico territorio donde verdaderamente sube el PNV (de 9 a 10-11 esca?os).
No, usted no est¨¢ enfermo. Es que tiene una clase pol¨ªtica que le tiene muy desconcertado. Ahora se habla de una bolsa de indecisos. ?Acaso no lo est¨¢ la gran mayor¨ªa? M¨¢s que indecisos, desconcertados. Como si no hubiera otros temas m¨¢s sustantivos sobre los que centrar unas elecciones. Por ejemplo, las opciones socialmente diferenciadas o sobre el modo de frenar el largo declive hist¨®rico de este territorio. En cualquier caso, est¨¢ usted bien, y vaya el domingo a votar sin complejos. Tal vez suene la flauta.
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