De la ilusi¨®n al desencanto en una ma?ana

Andrea acudi¨® ayer llena de ilusi¨®n a la Junta Municipal del distrito centro de Madrid. Es colombiana y, como muchos inmigrantes, intent¨® ayer demostrar que, aunque no se haya empadronado, lleva viviendo en Espa?a mucho tiempo.

El Gobierno anunci¨® que acepta que accedan al proceso de regularizaci¨®n abierto aquellos sin papeles que, aunque no est¨¦n empadronados, demuestren que resid¨ªan en Espa?a antes del 8 de agostode 2004, y tengan un contrato de trabajo.

Andrea no se hab¨ªa asesorado, ni siquiera hab¨ªa le¨ªdo el listado de documentos v¨¢lidos para demostrar este periodo de residencia, pero estaba convencida de que sus an¨¢lisis m¨¦dicos, realizados en una cl¨ªnica privada en 2002, le servir¨ªan.

S¨®lo despu¨¦s de hablar con otras personas en la cola, que le dijeron que era necesario que los documentos fueran emitidos por organismos p¨²blicos, decidi¨® presentar tambi¨¦n una carta del consulado colombiano. Cuando pregunt¨® a la funcionaria del registro que si sus documentos val¨ªan, ¨¦sta le contest¨®: "S¨¦ lo mismo que usted. Lo que he o¨ªdo en los medios de comunicaci¨®n". En realidad, s¨®lo se aceptar¨¢n los expedientes emitidos por una autoridad espa?ola.

Andrea se march¨® desencantada. La ilusi¨®n de la ma?ana se hab¨ªa transformado en miles de dudas. "A saber si me llaman antes de que acabe el proceso", dijo desorientada.