La capital de la biomedicina

Uno de los eslabones de esta historia comienza hace 10 a?os con una palabra dif¨ªcil de recordar, el tungstato s¨®dico, y una llamada telef¨®nica: Joan Guinovart, catedr¨¢tico de bioqu¨ªmica de la Universidad de Barcelona, busca colaboraci¨®n para el desarrollo cl¨ªnico de una sustancia que en pruebas de laboratorio hab¨ªa demostrado ser un eficaz agente para tratar la diabetes por v¨ªa oral. El hallazgo apunta a una diana terap¨¦utica, la diabetes, que cualquier farmac¨¦utica del mundo incluir¨ªa entre sus objetivos prioritarios: afecta nada menos que a 110 millones de personas en el mundo y su incidencia es creciente conforme avanza la obesidad. Como todo investigador b¨¢sico, Guinovart sabe que en esta fase a¨²n no se pueden echar las campanas al vuelo, pero hay una patente en curso y un camino muy prometedor que recorrer. De modo que hace la llamada.

En el hospital Cl¨ªnico de Barcelona, Ramon Gomis lidera un equipo de endocrinolog¨ªa que publica en las revistas m¨¢s prestigiosas. La llamada de Guinovart fructifica inmediatamente. Con la patente ya aprobada comienzan los primeros estudios cl¨ªnicos. "Tuvimos la suerte de que una multinacional como Bayer comprara la licencia", recuerda Gomis, ahora director de investigaci¨®n del hospital. En los 10 a?os transcurridos, diversos estudios en animales han confirmado que esta mol¨¦cula reduce e incluso revierte la diabetes sin efectos t¨®xicos, y han abierto adem¨¢s una nueva e inesperada ventana, a¨²n m¨¢s prometedora: "Observamos que los ratones tratados no s¨®lo reduc¨ªan los niveles de az¨²car en sangre, sino que perd¨ªan peso de forma sostenida". Si la primera diana era importante, la segunda era impresionante: nada menos que un posible tratamiento contra la obesidad, el Santo Grial de la farmacolog¨ªa.

Tratamientos contra la obesidad o la diabetes en fase de investigaci¨®n hay muchos. El que llegue primero se convertir¨¢ en un hito por el que compiten los mejores equipos cient¨ªficos del mundo. ?Pero qu¨¦ tiene de relevante la historia del tungstato a los prop¨®sitos de este reportaje? Que es un excelente ejemplo de qu¨¦ se pretende exactamente con BioCat, la biorregi¨®n catalana, que se ha convertido en una de las apuestas estrat¨¦gicas del Gobierno que preside Pasqual Maragall, y que, explicada en otros t¨¦rminos, podr¨ªa parecer una entelequia puramente administrativa.

La biorregi¨®n acaba de concretarse en un organismo pol¨ªtico y organizativo, pero la idea lleva ya tiempo gest¨¢ndose. El planteamiento es el siguiente: ahora que ya no quedan casi chimeneas humeantes y las empresas del textil y el autom¨®vil amenazan con una deslocalizaci¨®n dif¨ªcil de parar, ?qu¨¦ camino puede seguir la conurbaci¨®n metropolitana de Barcelona -y, por extensi¨®n, Catalu?a- para asegurarse, en la competitiva sociedad globalizada, un lugar en el mundo? ?Qu¨¦ tiene, aparte de un paisaje urbano capaz de convertirse en un atractivo parque tem¨¢tico por el que pasan 3,5 millones de turistas cada a?o? Mirada con escrutadores ojos globalizados, el ¨¢rea de Barcelona tiene algo de aeron¨¢utica, bastante qu¨ªmica y, sobre todo, mucha y buena medicina. Conscientes de que ¨¦ste es su principal activo, la eurorregi¨®n que ha lanzado Maragall con la pretensi¨®n de convertir a Catalu?a en un polo de desarrollo del sur de Europa tiene su primera concreci¨®n en una plataforma especializada en biomedicina y ciencias de la vida.

La historia del tungstato define el objetivo: que distintos equipos de distintas instituciones colaboren, evitando duplicidades, para generar nuevos productos y servicios altamente competitivos, de modo que puedan atraer capital privado para que el conocimiento que se genera en el laboratorio se traduzca r¨¢pidamente en opciones terap¨¦uticas de inter¨¦s social y cree riqueza en el lugar donde se ha generado.

"Barcelona va a ser la California de Europa en biomedicina". As¨ª se expres¨® el bioqu¨ªmico Juan Carlos Izpis¨²a Belmonte a principios de marzo en la presentaci¨®n del banco de c¨¦lulas madre del Centro de Medicina Regenerativa, del que es director cient¨ªfico. Lo dijo con la voz queda y susurrante con que suele expresarse, pero con una determinaci¨®n que no ofrec¨ªa dudas: no era una frase propagand¨ªstica. Izpis¨²a investiga en biolog¨ªa del desarrollo en el Instituto Salk de La Jolla (California) y tiene entre manos varios proyectos muy prometedores sobre c¨¦lulas madre, que va a desarrollar en una colaboraci¨®n entre Barcelona y La Jolla. "Nuestro prop¨®sito es crear un espacio com¨²n de experimentaci¨®n homologable internacionalmente. Y eso es posible porque Catalu?a ha alcanzado un nivel de excelencia y un entorno cient¨ªfico que permiten una investigaci¨®n de primer nivel", asegura.

El proyecto no surge de la nada. Se sustenta sobre la larga tradici¨®n innovadora de la medicina catalana, poblada de figuras ilustres como Josep Trueta, Ignacio Barraquer, Antoni Puigvert o Santiago Dexeus Font, cuyos apellidos dieron nombre a procedimientos terap¨¦uticos y utillajes que en su momento fueron revolucionarios, y cuya actividad dej¨® como poso una exigente cultura cient¨ªfica y una estela de especialistas que situaron a los hospitales de Barcelona en la vanguardia de la medicina. Esos hospitales dieron en los a?os ochenta los primeros trasplantes, los primeros beb¨¦s probeta y los primeros tratamientos en muchas patolog¨ªas. "Pero ahora una buena medicina ya no es suficiente", explica Jos¨¦ Navas, director del Plan de Investigaci¨®n Biom¨¦dica del Departamento de Salud y una de las figuras m¨¢s activas de la biorregi¨®n. "Ahora la investigaci¨®n b¨¢sica y la cl¨ªnica necesitan avanzar de la mano. El reto es conseguir una mayor y m¨¢s r¨¢pida transferencia de la investigaci¨®n b¨¢sica a la aplicaci¨®n cl¨ªnica, y si no nos posicionamos bien en esta carrera perderemos definitivamente el tren".

Para no quedarse en el and¨¦n son necesarios dos requisitos: dinero y cerebros. El Gobierno catal¨¢n se ha comprometido a cumplir el objetivo de la cumbre de Lisboa de 2000, en la que la Uni¨®n Europea se propuso que la inversi¨®n p¨²blica y privada en investigaci¨®n y desarrollo alcanzase el 3% del PIB en 2010. Los cient¨ªficos quieren creer que la promesa se cumplir¨¢, pero tienen el coraz¨®n encogido. Si no es as¨ª, el tren pasar¨¢ de largo. Las primeras se?ales, sin embargo, parecen positivas: el Gobierno catal¨¢n ha comprometido para esta legislatura incrementos del 15% anual en el presupuesto de I+D, y en el a?o y poco que lleva gobernando ha aprobado importantes inversiones para investigaci¨®n.

Pero la innovaci¨®n requiere tambi¨¦n cerebros con capacidad de liderazgo. En los ¨²ltimos a?os, la Administraci¨®n catalana ha hecho un esfuerzo para atraer a investigadores espa?oles y extranjeros que se encuentran en posiciones punteras.

El primero en regresar fue Miguel Beato, que dirig¨ªa el Instituto de Biolog¨ªa Molecular e Investigaci¨®n Tumoral de la Universidad de Marburg, en Alemania. Desde 2002 dirige el Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica, que cuenta con una plantilla de 160 personas. Beato vive en la Villa Ol¨ªmpica, de modo que va caminando a trabajar, y ahora se permite fichar a primeras figuras mundiales mediante convocatorias en la revista Nature. Una de las ¨²ltimas incorporaciones ha sido la de Thomas Graff, que dejar¨¢ Estados Unidos para dirigir el laboratorio de biolog¨ªa celular. Para esta plaza, Beato ha podido elegir entre m¨¢s de treinta solicitantes, la mayor¨ªa de alto nivel y extranjeros, algo impensable hace s¨®lo unos a?os. Pr¨®ximamente se incorporar¨¢ tambi¨¦n Luis Serrano, jefe de grupo en el European Molecular Biology Laboratory de Heidelberg, que ha rechazado, para trasladarse a Barcelona, una propuesta del Instituto Max Planck alem¨¢n. "Lo m¨¢s importante de la biorregi¨®n es que nos ayudar¨¢ a tener los mejores cient¨ªficos, y eso crear¨¢ una concentraci¨®n y un entorno de creatividad que nos permitir¨¢ competir no s¨®lo a nivel europeo, sino m¨¢s all¨¢. Esto es muy importante porque la ciencia es el sector m¨¢s globalizado. Catalu?a aplica una pol¨ªtica p¨²blica muy bien pensada, y ha reunido una masa de cient¨ªficos con un potencial enorme. Creo que esto va a ser ya dif¨ªcil de torcer. Pero el resultado final depender¨¢ de que la industria tambi¨¦n apueste en serio".

Otra de las joyas de la biorregi¨®n ser¨¢ el ya mencionado Centro de Medicina Regenerativa, que iniciar¨¢ su actividad en 2006 bajo la direcci¨®n de Juan Carlos Izpis¨²a, el segundo de los fichajes estrella. Izpis¨²a compatibilizar¨¢ este cargo con el que ejerce en el Instituto Salk de California, donde ahora trabaja. Con una plantilla prevista de 70 investigadores y t¨¦cnicos, el centro se ubicar¨¢ en el nuevo edificio del Parque de Investigaci¨®n Biom¨¦dica. Su primer fichaje ha sido la bi¨®loga Anna Veiga, pionera de la fecundaci¨®n in vitro en Espa?a. Ella hizo posible el nacimiento en el Instituto Dexeus del primer beb¨¦ probeta, Victoria Anna, que en julio pasado cumpli¨® 20 a?os. "Tenemos la inmensa suerte de que la Administraci¨®n ha entendido la importancia de este reto y est¨¢ dispuesta a destinar recursos a ello", dice. Con este paso, Anna Veiga da un nuevo impulso a su carrera. Ella facilitar¨¢ l¨ªneas celulares a los equipos de Izpis¨²a, y tambi¨¦n investigar¨¢ enfermedades gen¨¦ticas como la fibrosis qu¨ªstica o la hemofilia en embriones no viables.

Aunque ser¨¢n varias las l¨ªneas celulares en estudio, en el laboratorio de Izpis¨²a se hablar¨¢ sobre todo de cardioblastos, un tipo de c¨¦lula madre a partir de la cual pueden desarrollarse todos los tejidos que forman el coraz¨®n. Conocer c¨®mo funcionan, cultivarlas en laboratorio y conseguir que se diferencien en tejido cardiaco ser¨¢ el n¨²cleo de su investigaci¨®n. Pero Izpis¨²a est¨¢ tambi¨¦n muy interesado en estudiar la capacidad que tienen algunos animales para regenerar los ¨®rganos da?ados, como el ojolote mexicano, que es capaz de reconstituirlos por completo, o el pez cebra, que puede perder la quinta parte de la masa ventricular de su coraz¨®n y recuperarla en apenas un mes. "?sta es una facultad que la humanidad perdi¨® a lo largo de la evoluci¨®n, pero conserva los genes que alg¨²n d¨ªa la hicieron posible. Si pudi¨¦ramos hallar la forma de activarlos?", dice Izpis¨²a.

El tercero de los grandes fichajes fue anunciado por Carles Sol¨¤ -consejero del Departament d'Universitats, Recerca y Societat de la Informaci¨®- en noviembre: el del investigador Manuel Perucho, director del laboratorio de gen¨¦tica y epigen¨¦tica del c¨¢ncer del Instituto Burnham de La Jolla (California), que dirigir¨¢ un nuevo Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada que se ubicar¨¢ en un edificio anexo al hospital Can Ruti de Badalona.

Jos¨¦ Navas y Joan Guinovart han sido los art¨ªfices de otra colaboraci¨®n que ha insuflado grandes dosis de optimismo, porque es un indicador de que la apuesta va en serio. El acuerdo se fragu¨® el pasado 28 de diciembre en un encuentro entre el presidente Maragall y el cient¨ªfico Joan Massagu¨¦, premio Pr¨ªncipe de Asturias 2004, que dirige el Programa de Gen¨¦tica y Biolog¨ªa Celular del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, y cuyos notables hallazgos le han colocado entre los 50 investigadores m¨¢s citados del mundo. A la entrevista asisti¨® el consejero de Econom¨ªa, un indicador claro del compromiso del Gobierno.

Massagu¨¦ ha abierto una l¨ªnea centrada en las met¨¢stasis, un elemento clave en la lucha contra el c¨¢ncer, ya que s¨®lo el 10% de las personas que mueren por esta enfermedad lo hace por causa del tumor original; el resto muere porque el proceso cancer¨ªgeno se ha extendido a otros ¨®rganos. ?C¨®mo se produce esa extensi¨®n? ?sta es la pregunta que Massagu¨¦ pretende responder desde su eminente posici¨®n en el Memorial Sloan-Kettering, donde coordina un programa que tiene un presupuesto de 30 millones de d¨®lares y en el que trabajan 250 cient¨ªficos. Una parte de esa investigaci¨®n se realizar¨¢ en Barcelona, y se iniciar¨¢ con una decena de cient¨ªficos adscritos al Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica, que dirige Guinovart. "El laboratorio de Massagu¨¦ funcionar¨¢ como una extensi¨®n del que tiene en Nueva York y ser¨¢ la base de nuestro quinto programa de investigaci¨®n", explica Guinovart. El Gobierno catal¨¢n ha garantizado una inversi¨®n de 28 millones de euros en cuatro a?os para este instituto, ubicado en el Parque Cient¨ªfico de la Universidad de Barcelona, que ahora tiene abiertas 22 l¨ªneas de investigaci¨®n y cuenta con 300 investigadores. Algunos de ellos proceden de prestigiosos laboratorios, como Marco Mil¨¢n, Mar¨ªa Mac¨ªas o Cayetano Gonz¨¢lez, que vienen del European Molecular Biology Laboratory de Heidelberg; Eduard Batlle, que ha regresado de Holanda, o Llu¨ªs Ribas, que procede del Scripps de California.

Adem¨¢s de exigir unas inversiones que garantizasen el entorno adecuado, Massagu¨¦ hizo una propuesta que fue r¨¢pidamente aceptada: la colaboraci¨®n, en el desarrollo cl¨ªnico de su programa, del onc¨®logo Josep Baselga, actual jefe de servicio y coordinador del ¨¢rea de oncolog¨ªa de Vall d'Hebron, que regres¨® a Catalu?a en 1996 despu¨¦s de haber desarrollado una intensa carrera cient¨ªfica precisamente en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, donde coincidi¨® con Massagu¨¦. Dos de los investigadores formados por Massagu¨¦ en Nueva York, Joaqu¨ªn Arribas y Joan Seoane, trabajan ya como cient¨ªficos independientes en Vall d'Hebron. La participaci¨®n de Baselga garantiza adem¨¢s la colaboraci¨®n de un gran hospital universitario, que ocupa la segunda posici¨®n de Espa?a en publicaciones cient¨ªficas, y un banco de tumores con una extensa muestra de tejidos.

En los nueve a?os que Baselga lleva en Barcelona ha logrado colocar el laboratorio de biolog¨ªa molecular de Vall d'Hebron en la primera posici¨®n europea en ensayos cl¨ªnicos de nuevas mol¨¦culas contra el c¨¢ncer. Su servicio de oncolog¨ªa, con seis laboratorios independientes adscritos, es el que m¨¢s trabajos de investigaci¨®n cl¨ªnica publica de Espa?a. Cada a?o, 500 enfermos entran en estudios cl¨ªnicos de nuevos tratamientos. Baselga ha introducido adem¨¢s la filantrop¨ªa en la financiaci¨®n de la investigaci¨®n a trav¨¦s de una fundaci¨®n que ¨¦l ha creado, y que ha conseguido atraer importantes donaciones para infraestructuras, entre ellas las obras de un nuevo centro monogr¨¢fico de c¨¢ncer de mama.

En los ¨²ltimos meses, Josep Baselga ha recibido dos ofertas que han puesto a prueba la voluntad pol¨ªtica del Gobierno catal¨¢n en relaci¨®n a la apuesta biotecnol¨®gica. Primero fue el Memorial Sloan Kettering Cancer Center quien le propuso volver a Nueva York para dirigir la nueva divisi¨®n de desarrollo de tratamientos contra el c¨¢ncer. Al poco recibi¨® una oferta similar de Houston. As¨ª funciona la competencia en Norteam¨¦rica. "Yo necesito estar en un entorno cient¨ªfico puntero porque la vida profesional es muy corta. Si no pudiera hacer aqu¨ª lo que quiero, tendr¨ªa que irme", sostiene. "Pero conf¨ªo en no tener que hacerlo. Estoy convencido de que en biomedicina podemos hacer en Europa una revoluci¨®n como la que ha hecho la industria aeron¨¢utica. Tenemos unos valores culturales superiores en muchos aspectos, como una mayor capacidad de trabajar en equipo y mayor intuici¨®n para la innovaci¨®n. He visto muchos signos de genialidad entre los cient¨ªficos de aqu¨ª. Catalu?a est¨¢ muy bien posicionada, pero la apuesta debe concretarse". Las dudas de Baselga se disiparon en otra comida con Maragall en la que se acord¨® invertir 12 millones de euros en el ¨¢rea de oncolog¨ªa de Vall d'Hebron para aumentar el n¨²mero de laboratorios y crear un centro de terapia experimental del c¨¢ncer. El 40% de esa inversi¨®n proceder¨¢ de donaciones.

Baselga sabe que tiene muchas puertas abiertas en Estados Unidos. A principios de febrero recibi¨® el encargo de copresidir en 2006 el congreso anual de la American Association for Cancer Reserch. Pero aqu¨ª encuentra ventajas que ¨¦l aprecia: "Una cultura m¨¦dica muy arraigada, un sistema sanitario potente y algo muy importante: Gobiernos que apuestan y no tienen miedo de gobernar. Porque, adem¨¢s de invertir, un Gobierno puede crear instrumentos que permitan alcanzar la excelencia, como el Programa ICREA. Gracias a este programa podemos competir por los mejores cient¨ªficos", sostiene.

El Programa ICREA (Instituci¨®n Catalana de Investigaci¨®n y Estudios Avanzados) fue creado para recuperar y atraer talentos de cualquier disciplina. La primera convocatoria se hizo en el a?o 2000, y desde entonces han contratado a 85 investigadores de alto nivel, la mayor¨ªa de entre 35 y 40 a?os, para dirigir equipos de investigaci¨®n. Casi el 40% de los contratados son extranjeros, y la tercera parte de ellos trabaja en biomedicina. Ahora se est¨¢ ultimando la incorporaci¨®n de 25 m¨¢s y est¨¢ previsto convocar otro centenar de plazas en los pr¨®ximos tres a?os. En la ¨²ltima convocatoria se han recibido 508 solicitudes.

En este programa, quien contrata al investigador no es el centro en el que trabajar¨¢, sino la Fundaci¨®n Catalana per la Recerca, que se financia con capital p¨²blico y puede hacer ofertas a la medida de cada cient¨ªfico. El contrato es indefinido, pero con una evaluaci¨®n cada tres a?os. "El objetivo es lograr un aumento sostenido de la masa cr¨ªtica de investigaci¨®n", resume Marta Aymerich, directora del Consejo Interdepartamental de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n Tecnol¨®gica (CIRIT) de la Generalitat. El hecho de que s¨®lo se hayan producido cuatro bajas por haber recibido ofertas mejores indica el grado de satisfacci¨®n de los investigadores contratados. El impulsor de este programa, el economista Salvador Barber¨¤, es ahora secretario de Estado de Pol¨ªtica Cient¨ªfica y Tecnol¨®gica del Ministerio de Educaci¨®n, y desde este nuevo puesto se proponer extender el modelo al resto de Espa?a.

Otro programa que ha dado notables frutos es el Ram¨®n y Cajal del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, que ofrece contratos de cinco a?os a doctores para proyectos de investigaci¨®n b¨¢sica. Desde la primera convocatoria, en 2001, Catalu?a ha logrado 524 contratos, el 23% de las plazas ofertadas en Espa?a.

Si la biorregi¨®n ha tomado cuerpo ha sido por la visi¨®n y la tenacidad de unas pocas personas que han sabido vencer la inercia de los reinos de taifas para confluir en un proyecto de cooperaci¨®n, o de coopetici¨®n, como se prefiere ahora. Todav¨ªa queda mucho por limar: a veces surgen conflictos de protagonismo, y los recelos entre equipos afloran donde menos se espera. Pero la inercia ya no empuja hacia la disgregaci¨®n, sino hacia la confluencia, y existe la convicci¨®n de que s¨®lo un cataclismo pol¨ªtico o una fuerte recesi¨®n econ¨®mica podr¨ªan echarlo por tierra.

Un proceso de esta naturaleza no se puede conseguir por decreto. Se ha de comenzar desde abajo y requiere su tiempo, porque se trata de recoser un mundo muy atomizado y muy poco proclive a compartir. Tres han sido los principales art¨ªfices: M¨¤rius Rubiralta, Joan Rod¨¦s y Jordi Cam¨ª, o al rev¨¦s, pues el orden de los factores no altera el producto. Desde sus respectivas responsabilidades han articulado en los ¨²ltimos a?os sucesivos acuerdos hasta lograr que los diferentes centros, universidades e instituciones convergieran en septiembre de 2003 en una misma plataforma: la Alianza Biom¨¦dica de Barcelona, el embri¨®n de la biorregi¨®n. La Alianza incluye el IDIBAPS, el potente centro de investigaci¨®n creado en torno al hospital Cl¨ªnico que dirige Joan Rod¨¦s; el Parque Cient¨ªfico de la Universidad de Barcelona, que dirige Rubiralta, y el Parque de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Barcelona, que lidera Jordi Cam¨ª e incluye al Instituto Municipal de Investigaci¨®n M¨¦dica (IMIM). A esta alianza se han sumado recientemente la Universidad Aut¨®noma, que incluye potentes estructuras de investigaci¨®n, como el Biocampus de Bellaterra, y dos organismos transversales, el Departamento de Salud, que dirige Marina Geli y aporta los grandes hospitales de la Seguridad Social, y el Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), cuyos equipos colaboran con distintas instituciones.

La estructura pol¨ªtica est¨¢ puesta. ?Pero hay masa cr¨ªtica suficiente para competir con las otras biorregiones de Europa? M¨¤rius Rubiralta est¨¢ convencido de que s¨ª. Siendo vicerrector de la Universidad de Barcelona, estudi¨® a fondo las estructuras de investigaci¨®n que hab¨ªa en Europa: "Tanto Madrid como Catalu?a pueden liderar una biorregi¨®n. Madrid acumula una gran cantidad de investigaci¨®n b¨¢sica, porque alberga a los principales centros del CSIC y el Carlos III. Barcelona tiene menos investigaci¨®n b¨¢sica, pero la que tiene es de muy alto nivel, y adem¨¢s est¨¢ claramente en cabeza de la investigaci¨®n cl¨ªnica de Espa?a", explica.

Marta Aymerich hace recuento de las existencias en biomedicina y ciencias de la salud: 83 grupos de investigaci¨®n consolidados y 43 redes tem¨¢ticas de investigaci¨®n. "El 30% del conjunto de la investigaci¨®n biom¨¦dica de Espa?a se realiza en Catalu?a", explica. "Y la productividad es alta: 0,4 art¨ªculos por investigador y a?o". Un estudio bibliom¨¦trico realizado por Jordi Cam¨ª, Eduard Su?¨¦n-Pi?ol y Ra¨²l M¨¦ndez-Vasquez indica que entre los ocho hospitales espa?oles que m¨¢s trabajos de investigaci¨®n publican en revistas cient¨ªficas internacionales, cinco son catalanes. El hospital Cl¨ªnico de Barcelona es, con diferencia, el primero: entre 1994 y 2002 ha publicado 4.070 art¨ªculos, que han sido citados en otros 42.564 trabajos cient¨ªficos, lo que representa una notable capacidad de impacto. El segundo y tercer hospitales son tambi¨¦n catalanes: Vall d'Hebron y Sant Pau. Les siguen los hospitales Ram¨®n y Cajal, La Paz y Doce de Octubre, de Madrid, y a continuaci¨®n figuran otros dos centros catalanes: el de Bellvitge y el del Mar. Por universidades, la de mayor producci¨®n cient¨ªfica de Espa?a es tambi¨¦n la de Barcelona, con 6.872 art¨ªculos y 66.084 citas.

"Nos dimos cuenta de que Catalu?a, a pesar de que genera una gran cantidad de conocimiento, apenas logra capitalizarlo", sostiene Rubiralta. "En Europa, los centros con mayor ¨¦xito tienen ingresos muy altos por propiedad intelectual, mientras que aqu¨ª son insignificantes. Las universidades han dado un paso m¨¢s en su funci¨®n social, y no s¨®lo se implican en el desarrollo econ¨®mico de la regi¨®n, sino que se convierten en un motor de desarrollo. Con la biorregi¨®n, eso va a ser posible".

Joan Guinovart define la actual situaci¨®n de la biomedicina catalana como un jard¨ªn en primavera: "Hay muchas flores de muchos colores, y ahora florecen todas juntas. Realmente est¨¢n ocurriendo cosas importantes, pero para que fructifique hay que doblar el presupuesto. Hoy la investigaci¨®n puntera es muy cara. Hasta ahora hemos hecho ciencia de guerrilla: con poco dinero y mucha imaginaci¨®n hemos logrado posiciones de liderazgo en algunos sectores. Pero ya no es posible hacer buena investigaci¨®n sin un entorno y unos servicios de alto nivel. Los investigadores punteros necesitan servicios punteros y estructuras de gesti¨®n flexibles". El Sincroton, el gran acelerador de part¨ªculas que se va a construir en el Vall¨¨s; el supercomputador de la Universidad Polit¨¦cnica, y la anilla biom¨¦dica de banda ancha son algunas de esas infraestructuras.

EL ?XITO DEL CL?NICO

Innovaci¨®n y flexibilidad: todos coinciden en que una inteligente combinaci¨®n de estos dos ingredientes es lo que ha colocado al hospital Cl¨ªnico en la primera posici¨®n de la investigaci¨®n biom¨¦dica de Espa?a. La creaci¨®n del Instituto de Investigaciones Biom¨¦dicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) en 1993 cristaliz¨® una reforma iniciada a?os atr¨¢s. "Vimos que la relaci¨®n entre la investigaci¨®n b¨¢sica y la cl¨ªnica era fundamental", explica su director general, Joan Rod¨¦s.

El nivel de excelencia alcanzado por el Cl¨ªnico arranca, seg¨²n Rod¨¦s, de los cambios impulsados en los a?os setenta. Estos cambios incluyeron medidas revolucionarias como la instauraci¨®n del a?o sab¨¢tico, que permite que cuatro m¨¦dicos del centro puedan pasar un a?o form¨¢ndose en el extranjero y cobrando del hospital, o el premio fin de residencia, por el que una treintena de m¨¦dicos residentes puede quedarse un a?o m¨¢s investigando en el hospital al acabar la especialidad. Eso le ha dado al Cl¨ªnico una cantera de la que han salido m¨¢s de un centenar de investigadores que han trabajado en Estados Unidos y tienen una rica red de contactos y relaciones. "La clave fue separar la carrera cient¨ªfica de la categor¨ªa laboral, de manera que para ocupar un cargo es preciso tener una determinada categor¨ªa y para ascender en las categor¨ªas se requieren m¨¦ritos en investigaci¨®n", explica Rod¨¦s. "Hemos creado un ambiente en el que hasta tomando caf¨¦ se habla de ciencia".

Los investigadores del Cl¨ªnico aparecen con frecuencia en los diarios, pero uno de ellos, Pedro Alonso, ha logrado un hito: ver citado un trabajo suyo en la revista Science entre los 10 avances m¨¢s relevantes de 2004. Alonso dirige el Centro de Salud Internacional del Cl¨ªnico y el Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (Mozambique), creado en 1996. All¨ª ha realizado, con financiaci¨®n de la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, el ensayo cl¨ªnico de una vacuna de Glaxo SmithKline contra la malaria, la enfermedad que diezma los pa¨ªses pobres a raz¨®n de un mill¨®n de muertos anuales. El ensayo, cuyos resultados se publicaron en The Lancet en octubre, ha sido importante, seg¨²n Alonso, por dos razones: "Por primera vez se ha demostrado que es factible lograr una vacuna contra la malaria, y por primera vez se han logrado reducir a m¨¢s de la mitad los episodios graves en ni?os menores de cuatro a?os y en un 77% en menores de dos".

Pedro Alonso es madrile?o, y recal¨® en el Cl¨ªnico a principios de los a?os noventa a trav¨¦s de un anuncio en EL PA?S. Lo puso Rod¨¦s, entonces director de investigaci¨®n, cuando la endogamia era a¨²n la norma en la mayor¨ªa de universidades y hospitales. "Se presentaron 32 candidatos. Alonso me pareci¨® el mejor". Le ubic¨® en un despacho de seis metros cuadrados sin ventana, lo cual era un lujo teniendo en cuenta que el de Rod¨¦s ten¨ªa apenas 12. Luego todo fue sobre ruedas. Alonso ha compartido con su mujer el proyecto de Manhi?a, donde pasa la mitad del a?o. "Hoy es un centro homologado para satisfacer los m¨¢s exigentes requisitos de cualquier investigaci¨®n cl¨ªnica", dice. Hace dos a?os, Alonso recibi¨® una tentadora oferta para trabajar en el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Atlanta como experto en malaria, pero la declin¨®. No ha necesitado estar en Am¨¦rica para que el magnate de los ordenadores, Bill Gates, confiara en ¨¦l.

FLOTANDO SOBRE EL MAR

El Parque Cient¨ªfico de la Universidad de Barcelona, que dirige Rubiralta junto a la Diagonal, fue gestado en 1997 y cristaliz¨® operativamente en 2002. Su creaci¨®n fue muy importante porque marc¨® el camino a seguir. Por ahora es el ¨²nico centro donde conviven investigadores procedentes de instituciones p¨²blicas y de empresas privadas. A finales del a?o pasado se constituy¨® el Parque de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Barcelona, que dirige el farmac¨®logo Jordi Cam¨ª, el segundo gran parque cient¨ªfico de la ciudad, que tiene como buque insignia un edificio de 50.000 metros cuadrados en forma de enorme cascar¨®n de barco, de atrevida arquitectura y una sensual proximidad al mar: los ocho kil¨®metros de playa que la ciudad ha ganado en los ¨²ltimos a?os se encuentran a sus pies, y desde las ventanas de este nuevo santuario del saber, construido al lado mismo del hospital del Mar, se puede ver un horizonte azul salpicado de velas blancas.

El centro m¨¢s veterano de este parque es el Instituto Municipal de Investigaciones M¨¦dicas, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona. Este instituto fue creado en 1985 y es uno de los ejemplos m¨¢s exitosos de c¨®mo una buena idea es capaz de dar frutos con recursos relativamente modestos siempre que est¨¦ gestionada con una dosis equilibrada de osad¨ªa y prudencia. Ahora el IMIM tiene una plantilla de 315 personas y alberga una potente ¨¢rea de salud p¨²blica y ambiental, con figuras como Josep Maria Ant¨®, que coordina desde Barcelona la red tem¨¢tica de salud p¨²blica del Instituto Carlos III.

El nuevo parque, vinculado a la Pompeu Fabra, alberga tambi¨¦n algunas plataformas de liderazgo indiscutido, como el Centro Nacional de Genotipado, que dirigen Jaime Bertranpetit y Xavier Estivill por encargo de la Fundaci¨®n Genoma, y el grupo de bioinform¨¢tica, que lidera Roderich Guig¨®, que regres¨® de Estados Unidos.

Entre los investigadores de la Pompeu destaca Rafael Maldonado, que en noviembre pasado consigui¨® una inversi¨®n de m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos para una investigaci¨®n cuyo objetivo es identificar los genes que intervienen en la adicci¨®n a la nicotina. "La parte docente del parque est¨¢ cubierta por el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, creado hace siete a?os con la idea clara de que para estar en los circuitos internacionales era fundamental abrazar el ingl¨¦s como lengua de ense?anza, sin menoscabo del catal¨¢n y el castellano", explica Cam¨ª. "El tronco com¨²n del doctorado se imparte en ingl¨¦s, lo cual ha propiciado que buena parte de sus alumnos sean extranjeros". Entre los profesores destaca Francesc Posas, quien ha recibido el Premio Eury para j¨®venes investigadores europeos, dotado con un mill¨®n de euros.

LA TERCERA PATA: EMPRESAS

Para que la biorregi¨®n sea capaz de generar riqueza es indispensable el concurso de las empresas. En Catalu?a se encuentra el 44% de los laboratorios farmac¨¦uticos, el 66% de las empresas de qu¨ªmica fina y el 60% de la producci¨®n farmac¨¦utica de Espa?a. Los principales laboratorios espa?oles -Almirall, Esteve, Uriach, Ferrer Internacional y Salvat- se encuentran en Catalu?a y tres de las principales multinacionales -Novartis, Bayer y Sanofi- tienen tambi¨¦n su sede en Barcelona. Pese a ello, todos coinciden en que esta tercera pata de la biorregi¨®n todav¨ªa cojea. En realidad, est¨¢ bastante atrasada. Las empresas muestran su entusiasmo por el proyecto, pero los investigadores lamentan que no sean m¨¢s decididas a la hora de financiar proyectos innovadores. Jes¨²s Acebillo, presidente ejecutivo de Novartis Espa?a, es uno de los m¨¢s convencidos impulsores de la biorregi¨®n. "Si se analiza lo que ocurre en el mundo, se observa que las ¨¢reas de innovaci¨®n tienden a concentrarse en el territorio. Para ello se requieren tres componentes: una concentraci¨®n elevada de conocimiento tecnol¨®gico, que debe estar muy por encima de la media; mucho talento innovador, y una simbiosis entre Administraci¨®n p¨²blica, centros de investigaci¨®n e industria. Las tres condiciones se dan en Catalu?a". Acebillo subraya que la biomedicina tiene en Espa?a un valor a?adido "mucho m¨¢s importante de lo que creemos": la existencia de un sistema nacional de salud integrado. Hay dos datos que Acebillo destaca especialmente: Catalu?a concentra el 62% de las inversiones en I+D farmac¨¦utico y el 65% de las exportaciones de este sector. "La apuesta es desarrollar productos que tengan repercusi¨®n terap¨¦utica, porque si la investigaci¨®n no es aplicable, eso significa que est¨¢ a¨²n muy lejos del ciudadano, y la tercera pata del tri¨¢ngulo, la industria, tiene entonces poco que hacer".

"En la cumbre de Lisboa, Europa se propuso reducir el diferencial cient¨ªfico que tiene con Estados Unidos. Y para ello se va a hacer un gran esfuerzo inversor", argumenta Acebillo. "Todos los pa¨ªses tendr¨¢n que aportar recursos a ese objetivo. Espa?a puede ser simplemente donadora o convertirse en receptora de esos fondos. Si tenemos centros competitivos podremos convertirnos en receptores de inversi¨®n. Ahora la investigaci¨®n en el mundo se hace en red. Los equipos compiten en un contexto muy din¨¢mico, abierto, en el que todo cambia cada d¨ªa. Y nadie tiene el monopolio de nada. Las multinacionales est¨¢n dispuestas a deslocalizar lo que haga falta. Dinero sobra. Hay fondos de inversi¨®n buscando proyectos interesantes que financiar. Pero hay que tener buenos proyectos", dice Acebillo. ?sa es la apuesta. "Los cient¨ªficos estamos ilusionados, y estamos dispuestos a dejarnos la piel; pero los pol¨ªticos han de mantener su compromiso en el futuro", dice Cam¨ª. "Y la industria y el capital privado han de arriesgar tambi¨¦n", advierte Miguel Beato. "S¨®lo con dinero p¨²blico no ir¨ªamos muy lejos". Para dar una idea de la dimensi¨®n de la apuesta, Beato tiene una frase implacable: "La meta est¨¢ a cien pasos. Hemos dados los primero quince".