Cient¨ªficas de vuelta

Est¨¢n todas en la treintena, pero ya publican en las revistas cient¨ªficas m¨¢s prestigiosas del mundo. Han vuelto a Espa?a tras trabajar con cient¨ªficos de primera l¨ªnea internacional, y, al tiempo que investigan en temas punteros, se pelean por conseguir financiaci¨®n para sus trabajos, estabilidad laboral y una visibilidad como cient¨ªficas a¨²n dif¨ªcil de alcanzar. Son creativas, constantes, poco acomplejadas y peleonas, y est¨¢n dispuestas a comerse el mundo, al menos el de su especialidad cient¨ªfica. Dedican a sus trabajos todas las horas que haga falta, y la mayor¨ªa no tiene hijos porque resultan poco compatibles con una carrera tan absorberte y competitiva como la cient¨ªfica. Coinciden en que la investigaci¨®n ha cambiado mucho en Espa?a en los ¨²ltimos a?os, para mejor; pero admiten que, como mujeres, todav¨ªa se topan con sutiles "techos de cristal".

Forman parte de un reducido grupo que, a su regreso, ha conseguido dirigir sus propios laboratorios e investigaciones, pese a mantener una situaci¨®n laboral todav¨ªa inestable -salvo contadas excepciones, tienen contratos temporales Ram¨®n y Cajal-. Es el caso de la bi¨®loga de plantas Ana Ca?o, la matem¨¢tica Ana Mar¨ªa Mancho y las bi¨®logas Elena Sancho y Mar¨ªa Dom¨ªnguez, cuatro exponentes de esta nueva generaci¨®n de cient¨ªficas que pisa fuerte en el actual panorama de la ciencia espa?ola. "Me ha costado mucho llegar aqu¨ª, pero no me cambiar¨ªa por nada. Disfruto intentando contagiar mi experiencia a los dem¨¢s", dice una exultante Elena Sancho en su laboratorio del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Barcelona.

No tienen complejos cuando se trata de competir con colegas extranjeros, ni en investigaciones, ni en curr¨ªculos, ni en publicaciones. "Cuando yo volv¨ª, en 1999, todo el mundo me dec¨ªa: 'Para el carro, porque aqu¨ª las cosas van mucho m¨¢s lentas y es dif¨ªcil sacar investigaci¨®n de calidad. En Espa?a no hay dinero'. Era una postura muy derrotista. Cuando ahora veo mi instituto, con j¨®venes entusiastas y que quieren ser competitivos, creo que la situaci¨®n ha cambiado mucho porque la gente que vuelve lo hace con una mentalidad distinta", afirma la bi¨®loga Mar¨ªa Dom¨ªnguez, vicedirectora del Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH) de Alicante. "Se ha producido un proceso de selecci¨®n evolutiva incre¨ªble, y ahora en Espa?a s¨®lo salen adelante los mejores. Hemos producido un grupo superpotente de investigadores geniales, porque la falta de posiciones estables ha hecho que s¨®lo aquellos que tienen el mejor curr¨ªculo saquen las plazas. Y hay algunos impresionantes, con publicaciones en las mejores revistas, Science, Nature, Cell? ?Es fant¨¢stico!", a?ade la bioqu¨ªmica Elena Sancho.

Se reconocen competitivas y pragm¨¢ticas: "Yo soy la misma investigadora en el Salk Institute que aqu¨ª, y las preguntas cient¨ªficas que me puedo hacer son id¨¦nticas. Hoy tenemos en Espa?a iguales t¨¦cnicas y aparatos para competir, no hay por qu¨¦ tener miedo", dice Ana Ca?o con una seguridad envidiable para sus 32 a?os. Y no se les caen los anillos al hablar de investigaciones aplicadas y patentes. "Hay algo de lo que no tenemos costumbre en Espa?a: hacer investigaci¨®n dirigida a generar patentes. Y si somos capaces de generar patentes revertir¨¢n en beneficios, y esos beneficios, en investigaci¨®n. Queremos aportar conocimiento lo m¨¢s ¨²til posible a todos los niveles", mantiene Sancho, que investiga en c¨¢ncer de colon.

Admiten que la limitaci¨®n de cinco a?os de sus contratos, los Ram¨®n y Cajal, creados precisamente para repescar a j¨®venes cerebros en el extranjero, es una especie de espada de Damocles colgada sobre la continuidad de sus trabajos, aunque no les quita el sue?o: "He aprendido que, si lo haces bien, la temporalidad se resuelve", dice Sancho. "No me preocupa que el contrato sea permanente, sino que el ministerio me proporcione durante esos cinco a?os el dinero necesario para realizar mi investigaci¨®n y demostrar que puedo llevar a cabo una l¨ªnea independiente que merece ser financiada porque puede aportar beneficios intelectuales y econ¨®micos", explica Ana Ca?o. Una inestabilidad laboral que es bastante m¨¢s inquietante para Mancho, que quiere acceder a plazas de profesor universitario. "Se nos ha prometido la oportunidad de presentarnos a una plaza de investigador antes de terminar el contrato, y conf¨ªo en que sea cierto. Voy a intentar conseguir la estabilidad laboral en Espa?a, pero en ¨²ltima instancia me plantear¨¦ marcharme fuera otra vez".

"La situaci¨®n de las cient¨ªficas en Espa?a es el resultado de un conjunto de microdiscriminaciones y sesgos sostenidos a lo largo de muchos a?os. No hay ninguna duda, cuando se analizan los datos, de que no hay igualdad de oportunidades, que hay m¨¢s barreras y menos apoyo con las mujeres. Y lo que es muy triste es que las j¨®venes no lo perciben, como no lo percib¨ªa yo cuando ten¨ªa 30 a?os? Tampoco lo admite un porcentaje muy alto de varones. Y mientras no miremos los datos con frialdad, no nos daremos cuenta de que esa representaci¨®n masiva de varones en los puestos de responsabilidad se debe a una serie de factores que lo han facilitado, y que las pol¨ªticas de igualdad han sido papel mojado", sostiene Flora de Pablo, investigadora del Centro de Investigaciones Biol¨®gicas del CSIC.

Los datos oficiales se?alan que en Espa?a hay unas 30.000 investigadoras, un tercio del colectivo total de 90.000 investigadores (datos muy similares a los de la Uni¨®n Europea), tercio que se ajusta bien a la plantilla del CSIC (1.602 investigadores varones y 759 mujeres). M¨¢s datos: las mujeres est¨¢n ancladas, en general, en los puestos de entrada del escalaf¨®n, tanto en la universidad (71 rectores y s¨®lo cuatro mujeres) como en el CSIC. En este ¨²ltimo bajan a medida que se escalan los puestos de mayor nivel, los de profesor de investigaci¨®n (400 hombres y 71 mujeres, 15,07%).

"Lo m¨¢s importante es que la mujer se est¨¢ haciendo visible", opina Cecilia Casta?o, catedr¨¢tica de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y autora del libro Las mujeres y las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. "Eso tambi¨¦n ha llegado al campo cient¨ªfico, y se refleja, por ejemplo, en las oposiciones a c¨¢tedra, donde ya no provoca rechazo que la mitad de los candidatos a una plaza sean mujeres". Pero Casta?o no lanza las campanas al vuelo. "En los comit¨¦s de becas, de selecci¨®n, de evaluaci¨®n no hay casi mujeres. No es una cuesti¨®n de cuota, es cuesti¨®n de valorar los m¨¦ritos de verdad, y si hay tantas mujeres que estudian como hombres, es imposible que no haya tantas mujeres preparadas como hombres, no puede ser que no haya ninguna mujer capaz de conseguir una beca? Por eso es important¨ªsimo que en estos comit¨¦s de selecci¨®n haya mujeres".

Algo en lo que coincide Mar¨ªa Dom¨ªnguez, miembro de la Comisi¨®n de ?rea de Biolog¨ªa y Biomedicina del CSIC. "Voy a reuniones de institutos y comisiones donde soy la ¨²nica mujer, y si hay otras, desde luego no son de mi edad, as¨ª que algo falla; no s¨¦ d¨®nde falla, pero algo falla".

"Yo s¨¦ que voy a correr todo lo que haga falta para llegar a mi punto fijado, y para eso los hijos son un handicap; pero no desisto, soy todav¨ªa joven? Lo que no puede ser es que para llegar a ser profesoras de investigaci¨®n tengamos que renunciar a ser madres, que es algo que est¨¢ pasando con las mujeres que quieren llegar lejos profesionalmente", dice Ca?o.

Todas coinciden en un punto: es necesario invertir m¨¢s en investigaci¨®n y conocimiento. Si algo tienen claro estas cient¨ªficas es que, sin invertir en conocimiento, un pa¨ªs como Espa?a tiene poco futuro. "Tenemos unos centros que est¨¢n al mismo nivel, o mejor, que otros europeos y que nos permiten trabajar, pero hace falta incrementar la inversi¨®n. Somos diez veces menos eficientes que la mayor¨ªa de los colegas europeos porque perdemos much¨ªsimo tiempo buscando financiaci¨®n", concluye Elena Sancho.

MAR?A DOM?NGUEZ

"Cuando mont¨¦ el laboratorio no ten¨ªa ni para papel. Ped¨ª dinero prestado y empec¨¦ a trabajar"

39 a?os. Bi¨®loga. Ha trabajado tres a?os de posdoctoral en el Departamento de Zoolog¨ªa de la Universidad de Z¨²rich (Suiza), y tres a?os en el MRC Laboratory of Molecular Biology, en Cambridge (Reino Unido). Premio EMBO Young Investigador Award 2000-2004. En la actualidad es cient¨ªfica titular del CSIC y vicedirectora del Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH) de Alicante.

Cuando habla de la Drosophila melanogaster, una mosca emblem¨¢tica en los laboratorios de biolog¨ªa, Mar¨ªa Dom¨ªnguez se refiere a ella simplemente como "la mosca". Y a la mosca, y su relaci¨®n con el desarrollo gen¨¦tico, le ha dedicado muchos d¨ªas, y noches, de una vida en la que la ciencia es protagonista. "Desde que tengo uso de raz¨®n quer¨ªa investigar. De peque?a quer¨ªa ser inventora, me gustaba descubrir, mirar? Y cuando lleg¨® el momento de elegir carrera, lo que m¨¢s me influy¨® fue la postura de mis padres, que me repet¨ªan: no estudies biolog¨ªa, que no tiene salida. As¨ª que me decid¨ª por la biolog¨ªa".

Dom¨ªnguez tiene un f¨ªsico menudo, un hablar suave y un aspecto muy juvenil que puede inducir a equ¨ªvocos, porque esta apacible apariencia esconde sin duda una decisi¨®n y tozudez de la que ha dado pruebas en su itinerario cient¨ªfico. Un car¨¢cter que le ha llevado, antes de los 40 a?os, a ser vicedirectora del moderno Instituto de Neurociencias de Alicante, donde dirige su propio laboratorio, y a tener publicados tres art¨ªculos en la revista Nature. "Y sacar uno desde Alicante no est¨¢ mal, ?eh?".

El caso es que Mar¨ªa parece acostumbrada a moverse contracorriente con bastante soltura. En su primer posdoctorado, en Z¨²rich, se empe?¨® en mantener su propia l¨ªnea de investigaci¨®n, y lo consigui¨®, lo que fue casi una revoluci¨®n? Y cuando el ingl¨¦s Peter Lawrence le ofreci¨® trabajar en su laboratorio -apoyo cient¨ªfico, espacio y fondos- pudo tambi¨¦n conservar su l¨ªnea de investigaci¨®n, algo bastante ins¨®lito. "Lawrence fue muy generoso".

Dom¨ªnguez decidi¨® volverse a Espa?a en 1999. "Fue cuesti¨®n de edad: cuando pasas de los 35 a?os no se pueden pedir m¨¢s becas, salvo si tienes hijos. Yo estaba casada, pero no ten¨ªa hijos". Y sac¨® -a la primera- una plaza de investigadora en las oposiciones del CSIC. "Esto ha cambiado much¨ªsimo, sobre todo en cuanto a la financiaci¨®n de grupos j¨®venes; cuando vine a Alicante no hab¨ªa nada. El CSIC te daba 1.200 euros para empezar a investigar -si sabes que tienes derecho a pedirlos; si no, ni eso, ni siquiera te dan espacio-. Yo ped¨ª todo lo que pude para montar el laboratorio, no hab¨ªa ni para papel? Ten¨ªa una beca del Plan Nacional y otra de EMBO, pero el Plan Nacional no me pag¨® hasta el a?o siguiente? As¨ª que ped¨ª dinero prestado a un amigo y empec¨¦ a trabajar y a luchar contra la burocracia".

En su laboratorio, centrado en la investigaci¨®n de problemas de biolog¨ªa del desarrollo, Mar¨ªa explica c¨®mo el genoma de "la mosca" es una versi¨®n resumida del libro gen¨¦tico de los humanos, y eso la convierte en algo apasionante. "El desarrollo es el proceso que da lugar a un organismo multicelular a partir de una primera c¨¦lula (el huevo fecundado). La secuencia del genoma (DNA) de un organismo contiene todas las instrucciones para construir cada uno de sus tejidos y ¨®rganos. Pero si todas las c¨¦lulas de un organismo tienen la misma secuencia de DNA, ?qu¨¦ las hace c¨¦lulas diferentes? La diferencia esencial estriba en los genes que est¨¢n encendidos o apagados en una c¨¦lula determinada y en un momento determinado. Aislar los genes que inducen el desarrollo del ojo de la mosca y ver c¨®mo se comportan cuando los alteramos es el objetivo de nuestra investigaci¨®n".

?Por qu¨¦ precisamente el ojo de la mosca? ?Qu¨¦ aplicaci¨®n puede tener esta investigaci¨®n en humanos? "Aunque el ojo de la mosca es anat¨®micamente muy diferente al nuestro, la base gen¨¦tica que construye ambos tipos de ojos es extraordinariamente similar. Otro aspecto importante del desarrollo de un ¨®rgano es el control del crecimiento. En el ojo de la mosca, por ejemplo, emplea muchos de los genes que sabemos act¨²an en los tumores humanos. Usamos las herramientas disponibles en la mosca y el desarrollo del ojo como modelo para estudiar el c¨¢ncer".

En Cambridge descubri¨® -en colaboraci¨®n con el espa?ol Jos¨¦ de Celis- que en el desarrollo de la mosca la formaci¨®n de los ¨®rganos depende de unas mol¨¦culas organizadoras, una especie de arquitectos de las estructuras y partes del organismo. "Instruyen a las c¨¦lulas, que son como los obreros, de cu¨¢ndo y cu¨¢nto tienen que multiplicarse, de cu¨¢ndo y en qu¨¦ tienen que diferenciarse. Descubrimos que en el ojo de la mosca exist¨ªa un organizador, y fuimos viendo c¨®mo se regulaba y funcionaba. Lo relevante es que ese organizador es similar, o muy parecido, a otros que son importantes en la formaci¨®n de las extremidades humanas y de otros vertebrados".

La bi¨®loga y su equipo han descubierto que en Drosophila, y posiblemente en vertebrados, hay dos genes necesarios para la formaci¨®n del ojo (eyegone y eyeless) de una misma familia g¨¦nica llamada Pax6. "Pero el que act¨²a en el control de crecimiento es el eyegone, y no el eyeless, como se pensaba. Nuestro trabajo ha sugerido que mientras una (eyeless) regula la identidad -'esto es un ojo'-, la otra (eyegone) regula el crecimiento. Hay una variante, la prote¨ªna Pax6 en humanos, que se parece, en estructura, a la prote¨ªna de la mosca que controla el crecimiento. Es m¨¢s: cuando introduces la secuencia de esta prote¨ªna humana en el genoma de la mosca (moscas transg¨¦nicas humanizadas) es capaz de hacer lo mismo que hace la prote¨ªna de la mosca?".

Con estas moscas transg¨¦nicas descubri¨® algo importante: "Que la variante de Pax6 de la mosca era capaz de producir tumores, al menos en la mosca. Y esta variante, apenas estudiada, puede tener un papel importante en la formaci¨®n del ojo humano y en el desarrollo de tumores. En el laboratorio trabajamos con 60 genes que pueden ser importantes en la formaci¨®n de tumores, y nos hacemos preguntas como: ?qu¨¦ factores pueden desatar crecimiento tumoral?, ?c¨®mo evitarlo o retardarlo?".

Dom¨ªnguez, que se reconoce "compulsiva" en el trabajo, admite que no ha sido f¨¢cil llegar en tan poco tiempo a dirigir un laboratorio y ser directiva del centro. "Despu¨¦s de tres a?os con equipo propio es cuando me siento jefa de equipo, porque antes se cometen errores importantes? En cuanto a ser vicedirectora del instituto, he aprendido a valorar que no s¨®lo es importante la investigaci¨®n que haces en el laboratorio, sino que ¨¦sta tiene que proyectarse dentro del centro en el que trabajas y de la ciencia en Espa?a".

32 a?os. Bi¨®loga de plantas. Cinco a?os en el John Innes Centre de Norwich (Reino Unido), donde hizo el doctorado. Tres a?os como posdoctoral en el Salk Institute de San Diego (EE UU). Premio Career Development Award 2004 (a la excelencia de un investigador joven) de Human Frontiers Science Organization l En la actualidad tiene un contrato Ram¨®n y Cajal en el Consorcio CSIC-IRTA de Barcelona.

Despu¨¦s de casi nueve a?os de formaci¨®n en el extranjero, A?a Ca?o regres¨® en septiembre pasado del famoso Salk Institute, donde trabaj¨® en el laboratorio de Joan Chory -declarada n¨²mero uno en plantas del mundo en 2004- para iniciar en Espa?a su propia l¨ªnea de investigaci¨®n en desarrollo vascular de plantas. Es evidente que ese itinerario por codiciados centros cient¨ªficos de excelencia ha proporcionado a Ca?o -una adolescente en el mundo de la investigaci¨®n- un aplomo sorprendente. Una seguridad que mezcla con un car¨¢cter extravertido, una dedicaci¨®n "sin horario" al laboratorio y un entusiasmo desbordante.

Siempre ha trabajado con plantas, aunque esta madrile?a asegura divertida que, si volviera a empezar, se har¨ªa neurobi¨®loga "para saber por qu¨¦ estamos tan locos". El premio de Human Frontiers le ha permitido cumplir el sue?o de todos los investigadores que vuelven: montar su propio laboratorio. "La financiaci¨®n ha sido fundamental para mi incorporaci¨®n al Laboratorio de Gen¨¦tica Vegetal (CSIC-IRTA); he acelerado un proceso que hubiera tardado como m¨ªnimo un a?o y medio, porque el Ram¨®n y Cajal s¨®lo proporciona 6.000 euros? As¨ª, he podido contratar un becario y adquirir equipamiento".

Son aspectos que suenan a intendencia, pero vitales para los cient¨ªficos, y m¨¢s para los j¨®venes. No hay investigaci¨®n que valga, por muy brillante que sea, sin dotaci¨®n econ¨®mica, sin un laboratorio, sin personal contratado?, algo que en Espa?a no resulta f¨¢cil conseguir. "El Consorci ha repescado en los ¨²ltimos dos a?os a casi una decena de j¨®venes investigadores. La idea es integrarnos en un centro que funcionar¨¢ en el campus de Bellaterra de la Universidad de Barcelona, dirigido por Pere Puigdomenech. Queremos aplicar los conocimientos b¨¢sicos al beneficio de la agricultura en Espa?a".

Ca?o explica que su trabajo nace de mezclar las investigaciones hechas en el John Innes Centre, con el xilema de la Arabidopsis como planta modelo, y en el Salk, donde se ha centrado en los esteroides en plantas, los brasinosteroides -muy similares a los animales-, que desempe?an un papel important¨ªsimo en el crecimiento de la planta. "Hemos demostrado que en las c¨¦lulas vegetales se unen al esteroide por un receptor que est¨¢ en la membrana, de manera distinta a las c¨¦lulas animales que lo hacen siempre a trav¨¦s de receptores nucleares. Se public¨®, en enero, en Nature".

Los nombres de revistas como Nature, Development o Plant Cell se intercalan de forma natural en las explicaciones de Ca?o mientras habla de la importancia del sistema vascular de la planta, sin el cual no podr¨ªa existir: "La planta utiliza un sistema de transporte para el agua y los solutos (el xilema) que, una vez realizada la fotos¨ªntesis, convierte en fotoasimilados y conduce a trav¨¦s de otro sistema de transporte (el floema) que compone el sistema vascular. Tanto el floema como el xilema se diferencian a partir de una poblaci¨®n de c¨¦lulas madre que se denomina procambium. Hemos descubierto que la percepci¨®n de esteroides en estas c¨¦lulas es importante para que se conviertan en floema o xilema. Esto se public¨® en Development en noviembre pasado. En mi laboratorio investigaremos qu¨¦ genes est¨¢n encargados en comprometer el destino de esta peque?a poblaci¨®n de c¨¦lulas madre en c¨¦lulas con funci¨®n vascular. Con esto pretendemos contribuir al conocimiento del desarrollo vegetal".

Todo resulta m¨¢s f¨¢cil de entender cuando se descubre que las c¨¦lulas vasculares del xilema es lo que se conoce vulgarmente como madera. Y si consideramos que la madera es el material m¨¢s abundante de la biosfera, se comprende el porqu¨¦ del contento de Ca?o ante las posibles aplicaciones biotecnol¨®gicas de su trabajo, que puede tener un gran impacto ambiental y econ¨®mico. "Durante todos estos a?os he querido encontrar el mecanismo molecular que conduc¨ªa a la diferenciaci¨®n del xilema porque tiene unos beneficios aplicados a la industria maderera muy importantes. La madera es el principal componente de la biomasa terrestre: es una fuente de ox¨ªgeno, de energ¨ªa, de biomasa, modera los climas?, y conocer c¨®mo se forma es fundamental para la conservaci¨®n de nuestros ecosistemas. Y tambi¨¦n en la alimentaci¨®n. Saber c¨®mo se forma el sistema vascular de la planta tiene una repercusi¨®n en los productos hort¨ªcolas y frut¨ªcolas que se producen, y sobre todo mejora la producci¨®n: m¨¢s cantidad y calidad con menos gastos".

Ana Ca?o, una enamorada de la investigaci¨®n b¨¢sica, no s¨®lo no desde?a, sino que defiende con entusiasmo la aplicada. "La nuestra es una investigaci¨®n b¨¢sica, pero si sabemos c¨®mo se forma el floema y podemos manipular las condiciones en las que se forma, podremos, de alguna manera, controlar fen¨®menos ambientales, hacer plantas con mayor resistencia a sequ¨ªas o a pat¨®genos". Otro de los proyectos por el cual esta bi¨®loga se ha incorporado al CSIC-IRTA tiene que ver con el mel¨®n, una fruta que produce dos millones de toneladas al a?o en Espa?a, lo que la convierte en la segunda especie hort¨ªcola con m¨¢s beneficios econ¨®micos. "Me atrae la idea de aplicar algunos conocimientos de la biolog¨ªa a la producci¨®n vegetal, contribuir al desarrollo tecnol¨®gico de una especie de inter¨¦s agron¨®mico como es el mel¨®n".

Ca?o ha encontrado el panorama investigador espa?ol much¨ªsimo mejor de como lo dej¨®, pero critica el escaso apoyo que se da a los j¨®venes. "La media de edad de los contratos Cajal est¨¢ en torno a los 37 a?os. Se supone que la edad m¨¢s creativa oscila entre los 30 y los 40 a?os; eso significa que los incorporados han dejado la ¨¦poca m¨¢s productiva fuera del pa¨ªs". Y echa en falta dos cosas: que se incentive la autoestima de los estudiantes y que se crea m¨¢s en ellos. "Desde el punto de vista intelectual, quiz¨¢ sean los m¨¢s creativos del panorama cient¨ªfico, y hay que depositar m¨¢s confianza en ellos porque van a ser no s¨®lo las manos, sino las cabezas de nuestros proyectos".

Matem¨¢tica. 36 a?os. Doctora en Ciencias F¨ªsicas. Ha trabajado casi tres a?os en el Departamento de Matem¨¢ticas de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y dos a?os en el Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial de Madrid. Fue becaria posdoctoral en el Departamento de Ingenier¨ªa, Ciencias y Matem¨¢ticas Aplicadas de la Universidad de Northwestern (Illinois, EE UU) l En la actualidad tiene un contrato Ram¨®n y Cajal de investigadora en el Instituto de Matem¨¢ticas y F¨ªsica Fundamental del CSIC (Madrid).

En 2000, el Clay Mathematical Institute destac¨® siete problemas matem¨¢ticos, a¨²n sin resolver, a cuya soluci¨®n otorg¨® un premio de un mill¨®n de d¨®lares. Uno de ellos trata sobre si existen o no soluciones singulares en las ecuaciones de fluidos en tres dimensiones. Y precisamente en esa materia trabaja Ana Mar¨ªa Mancho, que, aunque es doctora en f¨ªsicas, se considera, sin lugar a dudas, matem¨¢tica. "Los problemas de fluidos tienen mucho que ver con las matem¨¢ticas, y su resoluci¨®n, con los c¨¢lculos num¨¦ricos. Yo me muevo en un campo donde coinciden f¨ªsicos y matem¨¢ticos, el de la matem¨¢tica aplicada, que consiste en resolver problemas aplicados a la naturaleza con t¨¦cnicas sofisticadas".

Las soluciones singulares en ecuaciones de fluidos se relacionan con los torbellinos, la formaci¨®n de frentes de aire caliente y fr¨ªo, la turbulencia o las manchas solares, y Mancho, con colaboradores del CSIC, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y de la Universidad de Yale (EE UU), ha obtenido recientemente un resultado -publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science- en el que muestra "el ¨²nico ejemplo conocido hasta ahora de singularidades en fluidos incomprensibles". No es que hayan resuelto el problema del mill¨®n de d¨®lares -"?ser¨ªa apasionante, es un aut¨¦ntico reto!", exclama Mancho casi en ¨¦xtasis-, "pero hemos obtenido un peque?o avance".

Mancho explica su trabajo partiendo de cero: "Las matem¨¢ticas describen la naturaleza con herramientas muy potentes, entre las que destacan las ecuaciones diferenciales. Quiz¨¢ las ecuaciones que m¨¢s conoce la gente son las que ha estudiado en el Bachillerato, donde se plantea una ecuaci¨®n y al final hay un resultado, un n¨²mero. Cuando se resuelven las ecuaciones en derivadas parciales lo que se busca no es un n¨²mero, sino una funci¨®n, que describe, por ejemplo, c¨®mo evoluciona el campo de velocidades de un fluido; es decir, que cuantifica la din¨¢mica del fluido en cada punto del espacio. Esto permite predecir multitud de fen¨®menos con aplicaciones tecnol¨®gicas o en la vida diaria. Por ejemplo, cuando los meteor¨®logos predicen el tiempo tienen velocidades, presi¨®n, temperaturas en muchos puntos del espacio? Mi objetivo es conocer esas funciones, y eso se calcula con ecuaciones derivadas parciales. Pero calcular o entender las soluciones que despliegan esas ecuaciones constituye un problema matem¨¢tico muy dif¨ªcil".

El objetivo de Mancho, desarrollar t¨¦cnicas num¨¦ricas para resolver esas ecuaciones, resulta bastante m¨¢s accesible cuando explica su relaci¨®n con algunas aplicaciones: "Tienen que ver con la meteorolog¨ªa; con la evoluci¨®n de una estrella; con c¨®mo se mueve un torrente de agua en una torrentera, en un r¨ªo o en los oc¨¦anos, y en el transporte? Las ecuaciones que describen los fluidos tienen potencialidad para describir todos esos comportamientos f¨ªsicos, muy complejos, pero esenciales en el d¨ªa a d¨ªa".

Mancho reconoce que trabajar en tres frentes simult¨¢neos resulta un poco agotador -"supone un esfuerzo a?adido y las investigaciones van m¨¢s lentas; pero tambi¨¦n es una ventaja, porque cuando una cosa no te sale, te dedicas a la otra?"-, y explica su tercera investigaci¨®n, que lleva a efecto con colaboradores de la Universidad de Castilla-La Mancha: "A veces los fluidos se mueven gracias al calor que transportan, y se origina as¨ª el fen¨®meno de la convecci¨®n. Nos hemos dado cuenta de que, seg¨²n la forma en que se aplica el calor, pueden aparecer distintas inestabilidades t¨¦rmicas en fen¨®menos geof¨ªsicos o procesos tecnol¨®gicos. Creemos que calentamientos no homog¨¦neos pueden controlar el tipo de inestabilidades que aparecen. Intentamos buscar soluciones que tengan aplicaciones para problemas atmosf¨¦ricos como torbellinos o huracanes. Por ejemplo, qu¨¦ es lo que cambia la intensidad de los huracanes, por qu¨¦ se ponen a rotar muy r¨¢pido, es un problema abierto. Se atribuye a la termodin¨¢mica, pero nosotros estamos viendo c¨®mo el calor es capaz de alterar esas inestabilidades".

Esta aragonesa trasladada a Madrid, donde estudi¨® la carrera, analiza el actual panorama cient¨ªfico y se detiene en lo que le afecta m¨¢s de cerca: "La ciencia en Espa?a va a salir adelante fundamentalmente con los investigadores, y hay que invertir m¨¢s en recursos humanos. Creo que tenemos que dar un salto; en general, la situaci¨®n de un joven que quiere investigar en Espa?a es inestable. No es f¨¢cil, ni hacer investigaci¨®n, ni dedicarse a ella; son cotos muy cerrados donde hay poco flujo de personal".

39 a?os. Bioqu¨ªmica. Hizo la tesis doctoral en la Universidad de Aberdeen (Escocia) Trabaj¨® cuatro a?os como posdoctoral en el Instituto Municipal de Investigaciones M¨¦dicas de Barcelona, y tres a?os y medio en el Netherlands Institute for Developmental Biology (Holanda), tras una breve estancia en el Institute of Molecular Biology and Tumor Research (Alemania) l Desde 2004 tiene un contrato Ram¨®n y Cajal en el Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica del Parque Cient¨ªfico de Barcelona, donde codirige el laboratorio de c¨¢ncer colorectal con Eduard Batll¨¦.

Elena Sancho no oculta su alegr¨ªa cuando explica que acaban de admitirles -a su laboratorio y a otros colaboradores holandeses y canadienses- un art¨ªculo, y no es el primero, en la prestigiosa revista Nature. "Estamos muy contentos. Eso, adem¨¢s de un respaldo para la investigaci¨®n, son puntos a la hora de conseguir financiaci¨®n?".

No cabe duda de que esta bioqu¨ªmica, que investiga el c¨¢ncer de colon, mantiene, adem¨¢s de un apasionamiento contagioso por su trabajo, una l¨ªnea pragm¨¢tica que le ha llevado a unir dos laboratorios en uno -el de su pareja, Eduard Batll¨¦, y el suyo- para optimizar recursos. "Al trabajar en aspectos diferentes del mismo campo acabar¨ªamos teniendo todo duplicado. De esta manera somos mucho m¨¢s eficientes a la hora de aprovechar los recursos que hay en Espa?a".

Un pragmatismo que parece inherente a las decisiones de esta madrile?a de respuestas ¨¢giles y carcajada espont¨¢nea. "Siempre quise hacer investigaci¨®n sobre c¨¢ncer, quiz¨¢ porque lo ves en tu proximidad y deseas contribuir a mejorar el conocimiento de la enfermedad. En principio quer¨ªa entrar en la industria farmac¨¦utica para ganarme la vida decentemente y hacer al tiempo investigaci¨®n, pero no lo consegu¨ª. As¨ª que entr¨¦ en la din¨¢mica de la investigaci¨®n b¨¢sica".

El paso siguiente, y con el grupo de Antonio Garc¨ªa Herreros, fue publicar, en Nature Cell Biologic, un art¨ªculo, que tuvo un enorme impacto, sobre el mecanismo mediante el cual las c¨¦lulas epiteliales, que normalmente est¨¢n adheridas unas a otras, aprenden a perder estos contactos para poder migrar e invadir otros tejidos cuando se vuelven cancerosas. "Esa publicaci¨®n no se me olvidar¨¢ nunca porque fue el primer impulso grande a mi carrera, en el a?o 2000, y tambi¨¦n porque nos pasamos las navidades trabajando. Nos la aceptaron el 4 de enero y fue una aut¨¦ntica carrera contrarreloj, porque hab¨ªa otros grupos trabajando en lo mismo, y la revista cerraba el n¨²mero? ".

Elena Sancho investiga el c¨¢ncer de colon en dos frentes. Por un lado, estudia las etapas iniciales y el efecto de las mutaciones responsables de la aparici¨®n de lesiones benignas, como p¨®lipos y peque?os adenomas, que son el sustrato sobre el cual se desarrolla el c¨¢ncer de colon. "Hemos estudiado cu¨¢l es la consecuencia de la adquisici¨®n de las mutaciones que dan lugar a p¨®lipos y que afectan la actividad de una prote¨ªna llamada beta-catenina, manteni¨¦ndola constantemente activa. El resultado final es que, en la c¨¦lula que recibe la mutaci¨®n, esta prote¨ªna activa un conjunto de genes, o, en otras palabras, da un conjunto de instrucciones que obligan a la c¨¦lula a comportarse como una c¨¦lula madre intestinal. Como resultado, la c¨¦lula se divide indefinidamente y el tejido se repuebla con descendientes mutados que, a su vez, tambi¨¦n se comportan como c¨¦lula madre intestinal y siguen dividi¨¦ndose. Creemos que ¨¦ste es el origen de las lesiones benignas sobre las cuales surgir¨¢ el c¨¢ncer de colon si posteriormente inciden las mutaciones adecuadas en alguna de estas c¨¦lulas". Este descubrimiento fue portada de la revista Cell y ha recibido m¨¢s de 200 citaciones en s¨®lo dos a?os.

La existencia de c¨¦lulas madre cancerosas en varios tipos de tumores es, seg¨²n Sancho, un tema muy novedoso y que puede tener consecuencias importantes para el tratamiento del c¨¢ncer a medio plazo. "Actualmente se postula que las c¨¦lulas madre cancerosas podr¨ªan ser la fuerza motora del c¨¢ncer. Si eliminas un tumor pero dejas atr¨¢s unas pocas de esas c¨¦lulas madre cancerosas corres el riesgo de que regeneren de nuevo el tumor".

El c¨¢ncer de colon es la segunda causa de muerte por c¨¢ncer en el mundo occidental, y no hay que decir que, en estos momentos, existen centenares de laboratorios farmac¨¦uticos buscando dianas terap¨¦uticas y drogas para atacarlo. "Ahora estamos comparando c¨¦lulas madre intestinales, normales y cancerosas, para identificar diferencias que nos permitan atacar espec¨ªficamente las c¨¦lulas del tumor", dice la bioqu¨ªmica.

Los m¨¦dicos clasifican el c¨¢ncer de colon en cuatro estadios en funci¨®n de su gravedad. El ¨²ltimo, y el m¨¢s grave, es la met¨¢stasis en ¨®rganos distantes. La mortalidad asociada a este estadio es alt¨ªsima. "El problema, adem¨¢s, es que frecuentemente los pacientes a los que se elimina un tumor primario desarrollan posteriormente met¨¢stasis. Pensamos que es posible que las c¨¦lulas del tumor tengan un programa gen¨¦tico que diga 't¨² har¨¢s una met¨¢stasis en el h¨ªgado, o no'. Hemos estudiado varios tipos de c¨¦lulas derivadas del c¨¢ncer de colon y sabemos que unas hacen met¨¢stasis en el h¨ªgado y otras no. ?D¨®nde est¨¢ la diferencia? Eso es lo que estamos investigando".

Las aplicaciones son evidentes, y Sancho las tiene muy claras: "Por un lado, poder identificar dianas terap¨¦uticas que nos permitan bloquear en un futuro la diseminaci¨®n del tumor. Y por otro, ser capaces de predecir qui¨¦n va desarrollar, o no, una met¨¢stasis. Colaboramos con varios laboratorios y estamos en contacto con los departamentos de oncolog¨ªa y patolog¨ªa del hospital Vall d'Hebron, que dirigen los doctores Baselga y Ram¨®n y Cajal".

Por todo ello, Sancho derrocha entusiasmo. "?Trabajo bonito? ?Ja, ja! Es precioso? Es investigaci¨®n puntera". Un entusiasmo que s¨®lo se ve enturbiado por la necesidad de reunir suficiente financiaci¨®n. "Llevamos un a?o en este laboratorio, lo hemos puesto en marcha; ha habido que traer modelos animales, contratar personal? Ahora tenemos fondos europeos y tambi¨¦n de la Generalitat de Catalu?a, hemos contactado instituciones y fundaciones privadas, y estamos a la espera. Podemos ser muy buenos, pero no hacemos milagros? Me gustar¨ªa conseguir financiaci¨®n suficiente para sacar adelante esos dos proyectos que pienso van a ser muy ¨²tiles a la sociedad".