Un debate que aviva la divisi¨®n
Los jugadores espa?oles y la federaci¨®n abogan por limitar a los clubes la contrataci¨®n de extranjeros
El nuevo fil¨®n que han encontrado los clubes para fichar jugadores extranjeros contribuye a avivar, si cabe, la divisi¨®n que vive el baloncesto espa?ol. Desde hace a?os, la Asociaci¨®n de Clubes (ACB) va por un camino y la Asociaci¨®n de jugadores espa?oles (ABP) y la Federaci¨®n Espa?ola (FEB), por otro. Los clubes mantienen una pol¨ªtica de contrataci¨®n que los jugadores aspiran a que sea m¨¢s restrictiva en cuanto a la contrataci¨®n de extranjeros. La ACB culpa al sindicato de jugadores por no haber aceptado, hace dos a?os, un pacto por el que las plantillas de los clubes deber¨ªan contar con seis jugadores seleccionables, cuatro comunitarios y dos extranjeros. La ABP pidi¨® entonces un m¨ªnimo de siete seleccionables.
El verano pasado, bajo el impulso del secretario de estado para el deporte, Jaime Lissavetzky, volvieron a reunirse las partes implicadas. Los jugadores espa?oles son ahora los que reprochan a los clubes de la ACB por no firmar un principio de acuerdo por el que cada equipo tendr¨ªa un m¨ªnimo de cinco jugadores nacionales y seleccionables. La pol¨¦mica lleg¨® al extremo de que el presidente de la ACB, Eduardo Portela, el pasado mes de febrero afirm¨® estar harto de recibir insultos por parte de la federaci¨®n y de la asociaci¨®n de jugadores espa?oles, a los que acus¨® de vivir del dinero ajeno.
El presidente del Tau, Josean Querejeta, asegur¨® en una carta abierta que restringir el mercado provocar¨ªa mayores desigualdades entre los equipos, adem¨¢s de citar argumentos de orden t¨¦cnico, deportivo e inflacionario. El Tau es uno de los clubes que m¨¢s ha pleiteado por el reconocimiento de algunos de sus jugadores extranjeros como comunitarios, caso de Sherron Mills, estadounidense que pose¨ªa pasaporte turco. El TAU alegaba que pod¨ªa jugar como comunitario en virtud de los acuerdos de Turqu¨ªa con la UE y por tener contrato de trabajo y permiso de residencia o del lituano Timinskas, al que lleg¨® a alinear como comunitario por lo que fue sancionado con la derrota en un partido por 20-0. La Euroliga, por su parte, hab¨ªa abolido los cupos en cuanto a jugadores europeos y la pr¨®xima temporada ya no impondr¨¢ ning¨²n tipo de restricci¨®n por lo que un club, si lo desea, podr¨¢ estar formado, por ejemplo, por 12 americanos.
El caso de los extranjeros asimilados puede extenderse ahora a otros deportes como el f¨²tbol, al margen de las consecuencias que pueda tener la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (UE), que fall¨® que los deportistas profesionales rusos deben recibir un trato laboral igual al de los comunitarios. La sentencia es la respuesta a la cuesti¨®n prejudicial planteada en 2003 por la Audiencia Nacional, a la que recurri¨® Igor Simutenkov, ex futbolista del Tenerife y en la actualidad en los Wizards de Kansas City, de la Liga de EE UU.
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