La China ¨¦ vicina
Hablar de los fondos que invierten en esa parte del mundo conocida como Asia-Pac¨ªfico equivale en nuestros d¨ªas a lo que hace cinco siglos hubiera sido realizar una incursi¨®n inversora en El Dorado. Es como si cada d¨¦cada tuviera su propia versi¨®n del mito: en los a?os sesenta fue Alemania; en los setenta, los pa¨ªses productores de petr¨®leo, que acumulaban los llamados, sugestivamente entonces, y de manera un poco anacr¨®nica ahora, petrod¨®lares. M¨¢s tarde, en los a?os ochenta, ese lugar m¨ªtico pas¨® a ser Jap¨®n, al que se le adjudicaban cualidades casi extrasensoriales en su "b¨²squeda de la excelencia"; en los noventa, El Dorado no fue un lugar en la geograf¨ªa del planeta, sino que el imaginario colectivo lo situ¨® en el ciberespacio.
El entusiasmo por invertir en la parte de Asia ba?ada por el oc¨¦ano Pac¨ªfico es, pues, relativamente reciente. En Espa?a se distribuyen en la actualidad 20 fondos que no excluyen ning¨²n pa¨ªs de la zona como foco de su inversi¨®n, cantidad que se ampl¨ªa a 55 m¨¢s si se tiene en cuenta los que except¨²an Jap¨®n.
En la parte transcurrida de 2005, los 55 fondos disponibles en Espa?a que invierten en Asia-Pac¨ªfico (sin Jap¨®n) acumulan una rentabilidad media del 3,35%, en tanto que los 20 que s¨ª incluyen a Jap¨®n como parte de su foco geogr¨¢fico acumulan en promedio un 0,86%(-3,32% y -5%, respectivamente, si se considera la rentabilidad media anual compuesta durante los ¨²ltimos tres a?os). La causa de que estas rentabilidades no parezcan muy atractivas reside en la fortaleza que ha mostrado el euro durante los tres ¨²ltimos a?os, anulando con su revalorizaci¨®n parte de las ganancias que hubieran podido tener las bolsas del Sureste asi¨¢tico.
El atractivo de la zona no para de aumentar, a pesar de los riesgos, quedando ya muy atr¨¢s en la memoria la crisis que se desat¨® precisamente en uno de ellos, Tailandia, en julio de 1997, que puso a las bolsas y a los mercados de cambio de todo el mundo en trance de convulsiones, y a su sistemas bancarios al borde del colapso.
Pero quien desata ahora las pasiones inversoras es la econom¨ªa china, que parece seguir creciendo a ritmo muy elevado (9,5% en el primer trimestre) y que se ha convertido, junto con la de EE UU, en motor del crecimiento mundial.
Los fondos que invierten en China acumulan este a?o una rentabilidad media del 7%, si limitan su inversi¨®n a China continental, o del 1,13% si la ampl¨ªan a Hong Kong y Taiwan. La apuesta del futuro tiene que ver con la presumible apreciaci¨®n que habr¨¢ de tener antes o despu¨¦s el yuan frente al d¨®lar. Entretanto, la Bolsa china lleva un a?o de continuas ca¨ªdas que la han llevado a su nivel de hace seis a?os, provocando un ruidoso malestar entre los inversores locales. Sin embargo, nada de esto aplacar¨¢ el inter¨¦s que suscita, por lo que bien podr¨ªa decirse que el que a finales de los sesenta fue t¨ªtulo de una pel¨ªcula de Marco Bellocchio, La China ¨¦ vicina, terminar¨¢ por convertirse, aunque por muy diferentes razones, en un leitmotiv inversor del futuro pr¨®ximo.
Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.
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