Fin de fiesta con m¨²sica y poes¨ªa
Los actos de Sant Jordi se prolongaron hasta la medianoche en bibliotecas, museos y centros c¨ªvicos, con 'hip hop' y vallenato
En las paradas ef¨ªmeras de floristas ocasionales las rosas se ofrec¨ªan ya a un euro, se?al inequ¨ªvoca de que estaba todo vendido y s¨®lo el saldo pod¨ªa acabar de redondear el negocio. Pero el frondoso programa de actos de Sant Jordi no se extingui¨® cuando los tenderetes de libros empezaron a desmontarse.
Les veus de la nit ofreci¨® un colof¨®n de m¨²sica, poes¨ªa y cine en bibliotecas, museos y centros c¨ªvicos y plazas de la ciudad, con una gran afluencia de p¨²blico en todas las actividades, que se prolongaron hasta la medianoche.
En plena Rambla, el vest¨ªbulo de La Virreina se convirti¨® en eventual saloncito de tertulia en el que los cantantes Loquillo y Sergio Makaroff y el poeta Carlos Zan¨®n intercambiaron puntos de vista sobre la relaci¨®n entre la poes¨ªa y el rock. Loquillo deplor¨® la, a su entender, escasa ayuda que las editoriales brindan a la difusi¨®n de la poes¨ªa contempor¨¢nea, y celebr¨®, en cambio, que el rock haya ofrecido a la l¨ªrica un punto de encuentro mayoritario con el p¨²blico. "La poes¨ªa hoy utiliza un lenguaje de nuestro tiempo, que es el del rock & roll", se?al¨®.
En opini¨®n de Makaroff, la identificaci¨®n de m¨²sica y poes¨ªa se da fundamentalmente en el pop, con una enorme legi¨®n de seguidores, "m¨¢s que el cine". Probablemente, parte de los muchos asistentes hab¨ªa acudido a la cita en La Virreina con la esperanza de o¨ªr cantar a Loquillo. No lo hizo, ni siquiera se anim¨® a recitar una poes¨ªa, como se le pidi¨® insistentemente desde el auditorio. Cedi¨® el protagonismo a su amigo Makaroff y ¨¦ste s¨ª cant¨®, a su bicicleta perdida, a los amigos encontrados y a las cartas que ya no se escriben. Se llev¨® las mayores ovaciones, pero m¨¢s que por sus canciones se aplaudi¨® su p¨²blica petici¨®n de matrimonio a su prometida. La novia dijo que s¨ª.
En el fragor de la fiesta ciudadana de la literatura todo parec¨ªa posible, y as¨ª el Museo Picasso abri¨® las puertas de su magn¨ªfica sala neocl¨¢sica a un recital organizado en colaboraci¨®n con Riberm¨²sica.
Muchos de los museos municipales prolongaron su horario de apertura hasta la medianoche, con entrada gratuita desde ¨²ltima hora de la tarde. Era libre el acceso al Picasso, y el breve aforo de la sala result¨® exiguo. El rapsoda Ferran Marquina y la violonchelista Eva Gum¨¤ invocaron a Apollinaire, Alberti y Cocteau, en una selecci¨®n de versos en los que se lauda al pintor.
No muy lejos de all¨ª, en el peque?o auditorio de La Cuina -en la biblioteca Francesca Bonnemaison-, el cuentero colombiano Alekos narraba una historia fant¨¢stica de un peque?o pez de ins¨®litas facultades, capaz de hablar, sobrevivir fuera del agua y pelearse con perros y gallinas. La historia, con aroma de realismo m¨¢gico, estuvo amenizada a ritmo de vallenato, la m¨²sica colombiana de los mensajeros que van por los campos pregonando las ¨²ltimas noticias en forma de canciones. Todo un homenaje a Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, que define su novela m¨¢s conocida, Cien a?os de soledad, como "un vallenato de 500 p¨¢ginas".
Hubo cine relacionado con Barcelona en todos los barrios. Los m¨¢s cansados pudieron reposar, a partir de las 21.00, viendo las pel¨ªculas La febre d'or, de Gonzalo Herralde; El perqu¨¨ de tot plegat, de Ventura Pons; La ciudad de los prodigios, de Mario Camus; El pianista, de Mario Gas; y La pla?a del Diamant, de Francesc Betriu, entre otras.
Pero quiz¨¢ la actividad formalmente m¨¢s ins¨®lita se celebr¨® en la biblioteca Sant Pau i Santa Creu, prologada por una charla del cr¨ªtico musical Luis Hidalgo sobre las relaciones entre la poes¨ªa y las letras del hip hop. Entre las estanter¨ªas llenas de libros, en un espacio donde el silencio es la norma, el rapero Tremendo cambi¨® el susurro por el micr¨®fono y ofreci¨® un seductor recital de poes¨ªa urbana llena de rimas ingeniosas y cr¨ªtica social y pol¨ªtica. Entre el p¨²blico, parejas de mediana edad, grupos de j¨®venes y hasta alg¨²n ni?o. Todos sentados, escuchando atentamente a Tremendo: los aplausos finales le llevaron a improvisar varios bises. Cuando acab¨® era ya medianoche, y aunque en algunos puestos de rosas segu¨ªan las rebajas, la fiesta de Sant Jordi hab¨ªa llegado a su fin, al menos por esa noche, porque ayer continu¨®.
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