Necesitamos un recambio
La publicaci¨®n del PIB del primer trimestre de EE UU ha puesto en relieve la vulnerabilidad del actual modelo de crecimiento mundial basado en dos motores, EE UU y China, mientras que el resto de bloques econ¨®micos se aprovechan marginalmente de ello, cada uno a su modo.
La primera lectura del registro del PIB es negativa, al combinarse un menor crecimiento con un mayor avance de los precios. El crecimiento de un 3,1% en t¨¦rminos trimestrales anualizados es visiblemente inferior al 4,5% promedio de los ¨²ltimos siete trimestres y provoca que la tasa interanual se modere hasta el 3,6% (la cota m¨¢s baja desde el tercer trimestre de 2003). Por otro lado, el n¨²cleo subyacente del deflactor del consumo, la medida de inflaci¨®n preferida por la Reserva Federal, repunta hasta el 2,2%, cinco d¨¦cimas por encima del registro anterior.
Pero los aspectos m¨¢s negativos del PIB no proceden de la vertiente de los precios, ya que se puede considerar que el repunte de la inflaci¨®n es coyuntural. En los ¨²ltimos meses han coexistido diversos factores (encarecimiento del petr¨®leo, debilidad del d¨®lar, fortaleza del consumo, reducidos tipos de inter¨¦s, dinamismo del mercado laboral, elevada liquidez, etc¨¦tera) que no van a perdurar, por lo que los m¨¢ximos de inflaci¨®n seguramente han quedado atr¨¢s.
Inversi¨®n empresarial
En consecuencia, la atenci¨®n se gira hacia el crecimiento. Aunque el avance trimestral del PIB de ocho d¨¦cimas no entra en contradicci¨®n con las actuales expectativas de crecimiento para el conjunto del a?o (3,5%), la desagregaci¨®n muestra una importante desaceleraci¨®n de la inversi¨®n empresarial, un elemento que hab¨ªa mantenido elevadas tasas de crecimiento de dos d¨ªgitos en los trimestres anteriores y que se considera un importante dinamizador de la actividad y la creaci¨®n de empleo. Si ya exist¨ªan dudas acerca de la capacidad de sostenimiento del consumo privado, el inesperado peor comportamiento de la inversi¨®n incrementa el temor de que uno de los motores mundiales de crecimiento sea incapaz de mantenerse. Los ¨²ltimos indicadores de sentimiento empresarial y del consumidor no permiten esperar un segundo trimestre m¨¢s din¨¢mico. Por tanto, una desaceleraci¨®n de la actividad en EE UU est¨¢ aceptada, el debate se centra en su intensidad.
En un contexto en el que los otros grandes bloques econ¨®micos, Europa y Jap¨®n, no supieron subirse al tren del crecimiento en 2004, las expectativas de que ahora tomen el relevo son escasas. La esperanza para la sostenibilidad del crecimiento mundial se basa cada vez m¨¢s en China y en sus vecinos asi¨¢ticos. Aunque los esfuerzos del gobierno local podr¨ªan conseguir frenar algo el sobrecalentamiento chino, se descartan desaceleraciones bruscas de la actividad. Es m¨¢s, la posible traslaci¨®n del reciente crecimiento econ¨®mico a capacidad adquisitiva de la poblaci¨®n podr¨ªa suponer un cambio en la composici¨®n del PIB del gigante asi¨¢tico, con un mayor peso de la demanda interna.
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