China avasalla el textil mundial
El fin de las cuotas a la importaci¨®n inunda el mundo de productos del pa¨ªs asi¨¢tico y subleva a la UE y a EE UU
Arde el textil. El fin de las cuotas a las importaciones ha inundado el mundo de productos chinos y ha encendido los ¨¢nimos proteccionistas a ambos lados del Atl¨¢ntico. Trece pa¨ªses de la UE y el Congreso estadounidense reclaman nuevas cuotas para proteger su industria, mientras China -acusada de apoyar artificialmente sus productos- ha mostrado su "firme oposici¨®n" a cualquier l¨ªmite a sus exportaciones. Aunque el ruido lo hagan las empresas y los gobiernos occidentales los mayores damnificados por la invasi¨®n china son sus competidores directos, como Tailandia, Bangladesh o los pa¨ªses del Magreb. El fen¨®meno parece, en todo caso, imparable: China controla ya el 62% del mundo textil libre de cuotas.
China comenz¨® el a?o pasado a construir unas 4.000 f¨¢bricas m¨¢s, para poder satisfacer la demanda
"No podemos aceptar que estos productos invadan nuestros pa¨ªses sin ninguna regulaci¨®n". El que habla es el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac. Pero no est¨¢ solo. Trece pa¨ªses de la UE -entre ellos Espa?a-, el Congreso estadounidense y las autoridades de una decena de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo est¨¢n contemplando con una mezcla de miedo, rabia e impotencia la llegada masiva de productos textiles chinos a sus mercados. China exporta su ropa a un precio un 58% inferior al del resto del mundo, as¨ª que, una vez eliminadas las cuotas, su poder no tiene competencia. Un ejemplo: la importaci¨®n de camisetas chinas ha crecido un 336% en Espa?a en el primer trimestre sobre el mismo periodo de 2004. En la UE ha sido un 164%. En Estados Unidos, un 1.258%.
Las patronales en EE UU y la UE han cuantificado ya el problema. En Espa?a han desaparecido 800 empresas y 35.000 empleos.Seg¨²n Euratext, cada d¨ªa se pierden 1.000 empleos y 50 empresas en la UE. Al otro lado del Atl¨¢ntico aseguran que, desde enero, han cerrado 17 plantas y se han destruido 17.000 empleos.
Este asunto ha colocado a Europa y, sobre todo, a Estados Unidos ante la contradicci¨®n de seguir manteniendo una pol¨ªtica de defensa del libre mercado y tratar de proteger, a la vez, su industria textil con nuevas cuotas. La UE y EE UU est¨¢n analizando ya una docena de productos sobre los que imponer l¨ªmites. Pero no todo el mundo est¨¢ de acuerdo. En EE UU, las grandes firmas de moda -la mayor parte de ellas con f¨¢bricas en China- y las asociaciones de consumidores celebran poder vender y comprar, respectivamente, a un precio muy inferior.
Muchos menos titulares generan los aut¨¦nticos damnificados por la invasi¨®n china. Pa¨ªses como Tailandia, Bangladesh, Marruecos, T¨²nez y Egipto se enfrentan a un problema nacional de primer orden porque la subsistencia de buena parte de su poblaci¨®n depende del mercado textil. En el caso marroqu¨ª, por ejemplo, el 40% de su tejido industrial pertenece a este sector, que emplea a unas 700.000 personas.
Pero ?por qu¨¦ China es el n¨²mero uno mundial e indiscutible del mundo textil? El pa¨ªs asi¨¢tico asegura que se debe a la pujanza de su industria y reprocha a Europa que no haya aprovechado la ¨²ltima d¨¦cada para adaptarse a la nueva situaci¨®n, ya que el fin de las cuotas se decidi¨® en 1995. El resto de pa¨ªses, en cambio, le acusa de alimentar de forma artificial su industria mediante subsidios -el 31% de las empresas estatales del sector sufre p¨¦rdidas-, cr¨¦ditos que no son devueltos y una moneda infravalorada. Los sindicatos europeos, adem¨¢s, le reprochan que se haya saltado a la torera todas las normas internacionales de trabajo: 60 horas semanales, prohibici¨®n de sindicatos independientes y negociaci¨®n colectiva, salarios bajo m¨ªnimos...
China estaba el a?o pasado inmersa en el proceso de construcci¨®n de casi 4.000 f¨¢bricas textiles. Su cuota de mercado en el mundo libre es ya del 62% y podr¨ªa aumentar hasta el 75%. Sus exportaciones textiles crecer¨¢n hasta los 126.000 millones de d¨®lares en 2008, seg¨²n estimaciones de la consultora McKinsey. Y vende unos 20.000 millones de prendas al a?o, destinadas a los pa¨ªses en desarrollo. La cuesti¨®n ahora es si ¨¦stos decidir¨¢n frenar ese consumo mediante nuevas cuotas o si, como dice el presidente de Euratext, Filiep Libeert, "vamos a un insostenible mundo de consumidores sin empleo".
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