El Magreb pide auxilio a la Uni¨®n Europea
El ministro de Industria de Marruecos solicita a Bruselas medidas de salvaguarda
"Baraj¨¢bamos dos hip¨®tesis. Una consist¨ªa en un incremento lento de la penetraci¨®n en Europa del textil chino. Otra preve¨ªa un auge mucho m¨¢s brusco. Se han confirmado los peores augurios". Salah Edin Mezuar, de 52 a?os, ministro marroqu¨ª de Industria y Comercio, no disimula su preocupaci¨®n cuando analiza la coyuntura que atraviesa un sector que conoce bien: el textil.
No en balde este hispan¨®filo fue durante m¨¢s de una d¨¦cada director general de Settavex, la filial marroqu¨ª de ropa vaquera del grupo vasco Tavex, que se instal¨® en Settat, a 70 kil¨®metros al sur de Casablanca, a principios de la d¨¦cada de los noventa.
Aunque no otras muchas empresas textiles extranjeras han abierto f¨¢bricas en Marruecos, los contratos con multinacionales francesas, espa?olas o brit¨¢nicas, han impulsado desde entonces un fuerte crecimiento del sector. S¨®lo los pedidos de Inditex ten¨ªan, en el 2004, movilizadas a 40.000 personas.
Entre puestos de trabajo formales e informales, Mezuar calcula que ahora el sector emplea a unas 700.000 personas. Representa el 40% del empleo industrial y el 35% de las divisas que generan las exportaciones. Sus principales clientes son Francia (37% de las ventas), Espa?a (23%) y el Reino Unido (18%).
Otros dos pa¨ªses norteafricanos, T¨²nez y Egipto, han experimentado una evoluci¨®n similar. En el primero el textil da trabajo, oficialmente, a unas 300.000 personas y supone nada menos que el 45% de las exportaciones industriales. En el segundo el sector emplea a unos 600.000 trabajadores y representa el 18% de la exportaci¨®n.
El fin del acuerdo multifibras les ha golpeado a todos por igual. La sustituci¨®n de productos norteafricanos por chinos "est¨¢ destrozando la estructura industrial marroqu¨ª, tunecina etc¨¦tera", se lamenta Mezuar en una conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico.
"En el primer trimestre del a?o las exportaciones marroqu¨ªes han ca¨ªdo un 16%", a?ade el ministro de Industria. Las empresas implantadas en Marruecos proporciona incluso porcentajes m¨¢s elevados.
"Y las perspectivas no son nada halag¨¹e?as", prosigue Mezuar, porque a la disminuci¨®n de las ventas se a?ade que "las empresas [extranjeras] que buscan ante todo el bajo coste est¨¦n pensando en marcharse" de Marruecos.
Con las cargas sociales incluidas, el sueldo de una trabajadora del textil se sit¨²a en Marruecos en unos 260 euros mensuales -algo m¨¢s que en T¨²nez- mientras que en China apenas alcanza los 100. Algunos costes, como el de la energ¨ªa, rebasan tambi¨¦n con creces los de China.
Mezuar se pasa el d¨ªa despachando con el primer ministro, Driss Jettu, para tratar de enderezar la situaci¨®n. "Estamos instando a las empresas a acelerar su proceso de reestructuraci¨®n interna y de modernizaci¨®n tecnol¨®gica", afirma. "Queremos tambi¨¦n impulsarlas a que pasen de la subcontrataci¨®n textil al producto acabado porque aquellas que lo han hecho resisten mejor el embate", recalca el ministro.
Pero Marruecos dif¨ªcilmente puede defenderse s¨®lo de la marea china. El 12 de abril pidi¨® a Bruselas, junto con T¨²nez y Egipto, apoyo t¨¦cnico urgente para su industria textil. La pol¨ªtica mediterr¨¢nea de la UE prev¨¦ tambi¨¦n las llamadas ayudas MEDA, pero Mezuar opina que es un mecanismo "lento, complicado y poco adaptado a las actuales necesidades".
"Lo importante es que la UE tome r¨¢pidamente medidas de salvaguarda", asegura el ministro. La Comisi¨®n Europea abri¨® el viernes una investigaci¨®n sobre las importaciones masivas de nueve categor¨ªas de productos procedentes de China, un paso previo a la aplicaci¨®n de la clausula de salvaguarda.
Para Mezuar no hay que esperar tanto: "La Organizaci¨®n Mundial del Comercio estipula que se pueden adoptar esas medidas si se producen perturbaciones del mercado, en Europa y en sus proveedores mediterr¨¢neos, y esto ya ha sucedido".
"El problema de fondo", concluye el ministro, "es que el yuan chino est¨¢ subevaluado mientras que nosotros trabajamos con la zona euro, una divisa que se ha reevaluado". "La soluci¨®n pasa, como propugna EE UU, por imponer a los productos chinos una penalizaci¨®n del 30% equivalente, aproximadamente, a la devaluaci¨®n artificial de la moneda de China".
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