La habitaci¨®n del relato
Por azares lectores estaba con esta colecci¨®n de cuentos de Juan Bonilla (Jerez, 1966), cuando se me cruz¨® un librito del c¨¦lebre periodista y trotamundos polaco Ryszard Kapuscinski, Los c¨ªnicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo (Anagrama), donde al final, en di¨¢logo con John Berger, novelista y cr¨ªtico de arte, ¨¦ste habla, a partir de un sue?o y del hecho de o¨ªr contar historias, de la "habitaci¨®n del relato, donde se entra para escribirlo". Una habitaci¨®n, en el caso de este libro de Bonilla, que es compartida por el lector y por el autor. Bonilla, en mi opini¨®n, es mejor escritor de cuentos o de relatos orales (experiencias de lecturas, encuentros con escritores, art¨ªculos basados en "el arte del yo-yo", que as¨ª se llama una de esas recopilaciones) que novelista (obtuvo el Premio Biblioteca Breve por Los pr¨ªncipes nubios, una novela fallida y que, sin embargo, conten¨ªa algunas estupendas historias). El Estadio de M¨¢rmol re¨²ne once relatos largos, y algunos de ellos rozan la perfecci¨®n (si no fuera porque corren tiempos en que las palabras est¨¢n algo gastadas por el cuello y los pu?os). Son ¨¦stos, los mejores, en los que el lector siente, en esa habitaci¨®n del relato, lugar de encuentro, el aliento del escritor en su nuca. A Bonilla le gustan las historias de escritores o los relatos orales -con Cercas o sin cercas-, que tienen por protagonista a su yo y al escritor objeto de su admiraci¨®n (estoy pensando en un relato espl¨¦ndido que vendi¨® como reportaje, Felipe Alfau detr¨¢s de la cancela, sobre su intento por saber si aquel viejo de un asilo de Queens era o no Alfau, aquel escritor raro que naci¨® espa?ol y muri¨® neoyorquino). A Bonilla le gusta reflexionar sobre la ficci¨®n y la realidad, y en estos relatos de El Estadio... hay mucha insistencia, por su parte, incluso con pausas en la narraci¨®n, en hacernos creer que ¨¦l es tan s¨®lo el cronista, el que cuenta una historia y que ¨¦sta puede ir en una o en otra direcci¨®n seg¨²n vaya haci¨¦ndola suya el lector.
EL ESTADIO DE M?RMOL
Juan Bonilla
Seix-Barral. Barcelona, 2005
249 p¨¢ginas. 17 euros
En este sentido me parece
excelente -tal vez sea el mejor relato, seguido de El santo Grial y Vit¨ªligo- Encuentro en Berl¨ªn, donde el yo del cuento, el propio Bonilla invitado por el Cervantes de la capital alemana, tiene que debatir sobre ficci¨®n y realidad con una de sus anfitrionas, que a su vez protagoniza una conmovedora historia -cierta o no- y que se medica con la ficci¨®n para sobrevivir en la realidad. Es una historia muy hermosa, como lo es ¨¦sa de la b¨²squeda de ese santo Grial, una m¨¦dula compatible para que no muera un ni?o, o esa otra fascinante mezcla de historia de amor y enfermedad de la piel -muy original, ah¨ª est¨¢ el mejor Bonilla-, o esa transferencia del dolor -real- de un superviviente del espanto nazi, o esa algo m¨¢s convencional historia de incesto, El drag¨®n de arena, un relato malogrado ¨¦ste, y otros tambi¨¦n acaso, por una chocante insistencia en frases rebuscadas y chirriantes ("... orde?ar cuatro naranjas", "me calcina la duda", "masticada por las aguas", "charlas ahumadas con marihuana", y pod¨ªa seguir). Es una l¨¢stima, pues, que esta b¨²squeda suicida de emparejamientos extravagantes manche lo que es, sin duda, una estupenda colecci¨®n de relatos, con argumentos poco trillados y bien originales.
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