Monk, por rumbas
Se empieza tocando a Monk por rumbas y se termina sacando a bailar a Charlie Parker. Y a¨²n se preguntaba Marc Miralta que hubieran pensado el uno y el otro genio del jazz, de escuchar su m¨²sica sometida a semejante tratamiento de shock. Claro que tambi¨¦n hay quien dice totalmente en serio que Monk, en realidad, era un rumbero y, as¨ª, podr¨ªa remontarse el interesado hasta el principio de los tiempos, a Jelly Roll Morton y su spanish tinge y a Pedro Iturralde, m¨¢s tarde, y a Jerry Gonz¨¢lez y a Jorge Pardo, ahora mismo: la sombra del flamenco jazz es alargada. Lo que distingue a esta reuni¨®n que empez¨® siendo neoyorquino-dom¨¦stica y se qued¨® en dom¨¦stica a secas, es que, lo que otros hacen como excepci¨®n, ellos lo convierten en norma.
Ciclo Latinjazz
New York Flamenco Reunion. Rumbeando a Monk. Marc Miralta, bater¨ªa; Guillermo McGill, caj¨®n; Mario Rossy, contrabajo; Mariano D¨ªaz, piano; Perico Sambeat, saxos alto y soprano. 6 de mayo. Sala Latinarte, Madrid.
Una especie de aproximaci¨®n r¨ªtmica al flamenco jazz seg¨²n f¨®rmula que, aun funcionando, resultar¨ªa algo cansina de no estar en manos de quien est¨¢. De quienes comenzaron el grupo quedan tres: el saxofonista Perico Sambeat; Marc Miralta, que oficia de l¨ªder, y Guillermo McGill, en su faceta de int¨¦rprete de caj¨®n flamenco: una secci¨®n r¨ªtmica, la que forman estos dos, de aut¨¦ntico tron¨ªo. Nuevo en esta plaza es el argentino-madrile?o Mariano D¨ªaz, venido para sustituir a George Colligan, al que puede escucharse en el ¨²nico disco grabado hasta el momento por la formaci¨®n. No es D¨ªaz m¨²sico que guste de llamar la atenci¨®n, m¨¢s bien deja que sea la m¨²sica la que hable por s¨ª misma.
El m¨²sico y el imitador
Lo cierto es que, cuanto toca, lo convierte en oro; y nuevo fue, tambi¨¦n, Mario Rossi, que se estrenaba en la noche de marras, aunque parec¨ªa como si llevara toda su vida tocando esta m¨²sica. Ni un renuncio, ni una entrada a destiempo, siempre en su sitio y a tono... cosas como ¨¦stas son las que sirven para distinguir al m¨²sico de jazz del imitador.
Empezaron los cinco rumbeando a Thelonious Monk -con Epistrophy- y siguieron con un tanguillo dedicado a los madriles, una hermos¨ªsima siguiriya de Guillermo McGilll -Los sue?os y el tiempo-, m¨¢s Monk por buler¨ªas -Evidence, In Walked Bud- y un Bird de postre, Dexterity. Tambi¨¦n tocaron B¨¦same mucho y, lo que empez¨® siendo un bolero al uso, termin¨® convertido en la interpretaci¨®n m¨¢s convencionalmente jazz¨ªstica de la noche. Tiene guasa la cosa.
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