Historia de una bandera

Cuando el primer tanque de los aliados se presenta a las puertas de Mauthausen el 5 de mayo de 1945, una bandera republicana le da la bienvenida saludando la victoria. Y este campo de Mauthausen, de triste memoria para miles de espa?oles exiliados, fue ayer el escenario de un homenaje internacional por parte de diferentes delegaciones de todo el mundo. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, asisti¨® a los actos en honor de los deportados por los nazis, en cuya ceremonia ondearon las banderas republicana y constitucional. Pero la bandera republicana que recibi¨® a los aliados y acompa?a al se?or presidente tiene un simbolismo hist¨®rico de especial significado, pues se trata de la bandera tejida por los espa?oles del campo, que formaban el KLM (Komando de Liberaci¨®n de Mauthausen) clandestino y de car¨¢cter internacional, que actu¨® en el campo desde 1943. En la bandera hay varias inscripciones, que han sido desdibujadas por el tiempo y el dolor de quienes la defendieron, aunque ella misma sigue siendo el mayor signo de viva memoria hist¨®rica. En letras grandes, "Rep¨²blica Espa?ola", debajo (dos veces) KLM, y en letras m¨¢s peque?as, los nombres de los espa?oles pertenecientes al comando y el n¨²mero que les hab¨ªan asignado en el campo: Ortiz (4245), F. Garc¨ªa (3544), F. Herrero (3301), I. Bonilla (3852), Ram¨®n Bargue?o (3183), F. Biarn¨¦s (3208) y Francisco Playa (5145). Los dos sastres encargados de tejerla fueron Falo y Bonaque.

El depositario de dicha bandera, y quiz¨¢ el ¨²nico superviviente de dicho comando, es don Francisco Ortiz, de 83 a?os, natural de Santisteban del Pueblo (Ja¨¦n), que tuvo ya un papel destacado en la toma del santuario de Santa Mar¨ªa de la Cabeza contra las tropas del capit¨¢n Cort¨¦s. Don Francisco Ortiz y otro espa?ol apellidado Sarda?a fueron los ¨²ltimos en salir del campo, el 20 de mayo de 1945, pues se encontraban heridos de muerte por la paliza propinada por los SS, con una verga de toro, que les hab¨ªa reventado algunos ¨®rganos vitales. Esta red clandestina los llev¨® al barrac¨®n n¨²mero 6, el de los rusos, en donde trabajaban prestigiosos m¨¦dicos y cirujanos de los pa¨ªses del Este, que les salvaron la vida y les escondieron hasta su liberaci¨®n. Don Francisco Ortiz conserva otros dos objetos de aquellos infernales momentos: un arma de defensa personal y un jersey de lana tejido por los polacos con radios de bicicleta robados a los SS.

Aunque los prisioneros m¨¢s numerosos eran los catalanes, todos los espa?oles se sentir¨¢n homenajeados en esta ceremonia por el se?or presidente del Gobierno, que, sin duda, cada vez que mire la bandera por la que ellos murieron, sentir¨¢ el p¨¢lpito doloroso de aquellos que perdieron all¨ª su vida.

Narciso Alba es catedr¨¢tico de la Universidad de Perpi?¨¢n, experto en exilio.