Sombras en la muerte de Pasolini
El asesino confeso del cineasta revela que hubo otros tres implicados
Aquella madrugada del 2 de noviembre de 1975, en el descampado junto al mar de Ostia, Pier Paolo Pasolini y Giuseppe Pino Pelosi no estaban solos. Hab¨ªa otros tres hombres, cuarentones, con acento del sur, y fueron ellos quienes destrozaron a bastonazos al intelectual m¨¢s inc¨®modo de Italia. Eso afirma ahora Pino Pelosi, asesino confeso de Pasolini, treinta a?os despu¨¦s del crimen por el que cumpli¨® siete a?os de c¨¢rcel.
Pelosi tiene hoy 46 a?os y un historial de violencia dom¨¦stica y peque?os delitos. El s¨¢bado particip¨® en un programa nocturno de RAI 3, Sombras sobre el misterio, para afirmar que ¨¦l nunca fue culpable, aunque causara la muerte del cineasta y escritor pas¨¢ndole por encima con un autom¨®vil. Los asesinos fueron otros, tres hombres que le amenazaron con matar a su familia si hablaba. "He vivido 30 a?os en el terror, me hab¨ªan amenazado a m¨ª, a mi madre, a mi padre. Ahora mis padres est¨¢n muertos y ya no tengo miedo", dijo. "Quiz¨¢ aquellos tres tambi¨¦n han muerto", agreg¨®.
El nuevo relato de Pelosi era, en su primera parte, el mismo que en su momento realiz¨® al confesar ante la polic¨ªa romana. Pasolini apareci¨® en un coche por los alrededores de la estaci¨®n Termini, poco antes de medianoche, en busca de compa?¨ªa. "Me propuso comer alguna cosa y magrearnos un poco", explic¨® Pelosi a RAI 3. "Yo ten¨ªa 17 a?os y era totalmente inmaduro. Me ofreci¨® 20.000 liras. Se comport¨® normalmente, como una persona educad¨ªsima, un perfecto caballero". La pareja se dirigi¨® hacia el mar y, una vez en Ostia, Pasolini condujo hasta un descampado. La oscuridad era completa.
En 1975, Pelosi afirm¨® en su declaraci¨®n que en el ¨²ltimo momento prefiri¨® no mantener relaciones sexuales con Pasolini y descendi¨® del autom¨®vil. Pasolini le sigui¨®, le amenaz¨® y le golpe¨® con un bast¨®n (quienes conocieron al escritor y cineasta nunca creyeron eso: era f¨ªsicamente incapaz de cometer actos violentos), y Pelosi, enfurecido, devolvi¨® los golpes. No pudo explicar el motivo de la brutal violencia sufrida por Pasolini. Cuando ¨¦ste qued¨® en el suelo, el muchacho corri¨® hacia el autom¨®vil y huy¨®. En la fuga pas¨® por encima del cuerpo de Pasolini y le revent¨® el coraz¨®n. Fue detenido por circular en direcci¨®n prohibida. Por la ma?ana, al ser descubierto el cad¨¢ver, fue acusado de homicidio.
El s¨¢bado pasado cambi¨® la versi¨®n. Estaban en el coche, hab¨ªan hecho sexo oral y Pelosi se ape¨® "para orinar". Entonces aparecieron tres desconocidos, "de 45 o 46 a?os, con acento del sur, calabr¨¦s o siciliano". "Uno de ellos, con barba, me golpe¨® y me amenaz¨® a m¨ª y a mi familia si hablaba; los otros dos sacaron al se?or Pasolini del coche y empezaron a golpearle con una violencia inaudita". Le insultaban grit¨¢ndole "fetillo", "cerdo comunista" y "maric¨®n". "El pobre gritaba mientras le masacraban", dijo Pelosi. Los misteriosos agresores desaparecieron en la oscuridad y ¨¦l tom¨® el coche, pas¨® involuntariamente por encima del cuerpo y huy¨®.
La sentencia de 1976 conden¨® a Giuseppe Pelosi por un homicidio "cometido en compa?¨ªa de desconocidos". Los recursos y apelaciones fueron despachados con una celeridad inusual en la justicia italiana, pese a que en el coche apareci¨® un jersey que no pertenec¨ªa ni a Pasolini ni a Pelosi y pese a que este apenas se hab¨ªa manchado de sangre, algo extra?o teniendo en cuenta la carnicer¨ªa cometida sobre el cuerpo del escritor. La Italia democristiana, que Pasolini azotaba en sus art¨ªculos, consider¨®, en palabras de Giulio Andreotti, que la v¨ªctima "se lo hab¨ªa buscado". Varias investigaciones period¨ªsticas apuntaron a grupos de ultraderecha, pero la polic¨ªa nunca investig¨® en ese sentido.
El abogado Nino Marazzita, que ya en 1976 represent¨® a la acusaci¨®n particular, present¨® ayer una memoria ante la Fiscal¨ªa de Roma y solicit¨® la reapertura del caso. La fiscal¨ªa se limit¨®, por el momento, a abrir un expediente informativo.
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