"Hay una fractura entre familia y escuela peligros¨ªsima"
El fil¨®sofo y profesor Jos¨¦ Antonio Marina (Toledo, 1939) ha hecho suyo -en el libro Aprender a vivir (Ariel)- el viejo proverbio africano de que para educar a un ni?o hacer falta una tribu entera. Asegura que uno de los problemas de la educaci¨®n actual es la "soledad educativa" que sufren padres y docentes. "Antes no educaban ellos, sino la sociedad entera, que era muy homog¨¦nea, jerarquizada y con planes de vida muy determinados. Al vivir en una sociedad m¨¢s heterog¨¦nea y libre, donde hay falta de consenso en los valores, los padres y profesores tienen la impresi¨®n de que no educan en nombre de la sociedad, sino contra ella. Se sienten impotentes".
Pregunta. Pero familia y colegio se pasan la patata caliente de la educaci¨®n de los chicos.
"El problema de la educaci¨®n no se arregla con una ley, sino con un modelo nuevo de gesti¨®n educativa"
Respuesta. Hay un c¨ªrculo de excusas que hay que romper. Los padres tienen la responsabilidad primaria de la educaci¨®n, mientras que la escuela es subsidiaria. Pero esta ¨²ltima nunca ser¨¢ eficaz si no cuenta con la colaboraci¨®n de los padres. Ahora mismo hay una fractura entre la familia y la escuela peligros¨ªsima. Los padres no colaboran con la escuela, no dan una imagen respetable de ella, desconf¨ªan de los profesores, no participan en el colegio, y en caso de duda, se ponen de parte del hijo.
P. ?Y cu¨¢l deber¨ªa ser la labor de los progenitores?
R. Uno de los elementos que m¨¢s influyen en la educaci¨®n de los ni?os es la implicaci¨®n de los padres en sus estudios. Los progenitores deben aceptar a su hijo e intentar facilitarles su ingreso en el mundo. Adem¨¢s, deben atemperar al ni?o en la realidad en que viven, fundamentalmente, en los primeros a?os. Hay chicos que nacen con un temperamento asustadizo y que perciben cualquier novedad como una amenaza. Conviene que los padres les acostumbren desde los dos, tres a?os a que vayan soportando niveles de tensi¨®n cada vez m¨¢s altos. A que no eviten situaciones que les producen angustia y, en cambio, darles una mayor resistencia a los peque?os fracasos. Los padres deben hacer un manejo adecuado de las metas. Es decir, fijar a los ni?os metas lo suficientemente dif¨ªciles para que, cuando las cumpla, el ni?o sienta su eficacia, pero no tan dif¨ªciles como para que la probabilidad de fracaso sea demasiado alta.
P. Muchos padres no saben, si quiera, si lo est¨¢n haciendo bien.
R. Muchas mujeres sienten un gran complejo de culpabilidad por el hecho de trabajar fuera de casa y no poder pasar tiempo con sus hijos. Lo que hay que decirles es que el ni?o necesita un nivel de atenci¨®n y lo importante es que lo reciban, aunque sea por distintos caminos.
P. El Gobierno prepara una nueva ley educativa. ?Alguna recomendaci¨®n?
R. Que se cambien las leyes educativas me parece mal, porque son leyes que se deben consensuar, no podemos andar con vaivenes. Adem¨¢s, el problema grave de la educaci¨®n no se arregla con una ley, sino con un modelo nuevo de gesti¨®n educativa, que diga c¨®mo ha de organizarse la carrera docente, o la autoridad de los centros, o c¨®mo restaurar el prestigio de los profesores. El problema es m¨¢s de gesti¨®n que de dinero.
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