Un hispano en LA
Por vez primera desde hace m¨¢s de un siglo, un hispano, Antonio Villaraigosa, ha ganado las elecciones a la alcald¨ªa de Los ?ngeles, la segunda ciudad m¨¢s poblada de Estados Unidos. Es un reflejo del creciente poder pol¨ªtico que, desde hace tres d¨¦cadas, van acumulando los hispanos, en este caso un mexicano-americano, en una sociedad que ha cambiado profundamente. Con 40 millones de integrantes, la comunidad hispana, que constituye la mitad de los habitantes de Los ?ngeles, se ha convertido en la primera minor¨ªa del pa¨ªs, por encima de la negra.
Los propios hispanos est¨¢n cambiando. No se pueden ver ya como si formaran parte de una comunidad compacta. Hoy su PIB es similar al espa?ol. Han contado con carteras importantes en la Administraci¨®n de Clinton, y un hispano, Alberto Gonzales, ha merecido la confianza presidencial en el segundo mandato de Bush con una cartera central como es la de fiscal general. El peso demogr¨¢fico hispano no tiene todav¨ªa un reflejo equivalente en las urnas y en el Congreso. Pero el n¨²mero de sus votantes inscritos se ha duplicado de 5 a 10 millones en la ¨²ltima d¨¦cada.
A pesar de la reducci¨®n de la criminalidad y el aumento del empleo en la ciudad, el alcalde saliente, James Hahn, tambi¨¦n del Partido Dem¨®crata, acosado por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, no ha aguantado la embestida de Villaraigosa, que ha obtenido un 59% de los sufragios. Sin duda, los votantes negros le han pasado factura al derrotado regidor por despedir como jefe de la polic¨ªa a uno de los suyos. Pero si Villaraigosa ha ganado es tambi¨¦n porque, como l¨ªder hispano, ha sabido atraerse el respaldo de los inmigrantes asi¨¢ticos, al igual que el de los armenios, iran¨ªes o rusos. El voto hispano, en cualquier caso, ha dejado de ser coto ¨²nico de los dem¨®cratas, como ya mostraron las ¨²ltimas elecciones presidenciales.
El ascenso de esta minor¨ªa ha abierto desde hace a?os oportunidades estrat¨¦gicas de relaciones econ¨®micas y sociales, antes que pol¨ªticas, entre Espa?a y Estados Unidos, que no han sido suficientemente aprovechadas. Las industrias culturales y los sistemas financieros, con el env¨ªo de las remesas de los inmigrantes a sus pa¨ªses de origen, son un campo en pleno desarrollo donde es posible esta colaboraci¨®n triangular entre Espa?a, EE UU y Am¨¦rica Latina. Vistas las carencias en conocimiento mutuo, Espa?a deber¨ªa invertir m¨¢s en ello. Una victoria como la de Villaraigosa entrar¨¢ pronto en la categor¨ªa de lo normal, demostrando as¨ª que el concepto de Iberoam¨¦rica debe penetrar hasta el coraz¨®n de EE UU.
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