Constructores con ambici¨®n de poder
Francesco Gaetano Caltagirone fue siempre un lobo solitario, un personaje hosco y herm¨¦tico que, pese a su colosal fortuna, carec¨ªa de acceso a los salones financieros. Energ¨ªa y telecomunicaciones, los sectores elegantes, le estaban vedados. Tampoco ten¨ªa ¨¦xito en las aventuras extranjeras, como el fallido intento de adquirir Metrovacesa (¨¦se fue su primer encontronazo con el BBVA) a trav¨¦s de la mediaci¨®n de Alejandro Agag, el yerno del ex presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Hoy, sin embargo, Caltagirone ya no parece un lobo solitario: a los 60 a?os, el magnate de la construcci¨®n est¨¢ ampliando su imperio period¨ªstico (Il Messagero, principal diario de Roma, Il Mattino, el gran diario de N¨¢poles, y ahora Il Gazzettino, l¨ªder en Venecia), se ha convertido en un bar¨®n de la banca y, sobre todo, ha asumido el mando de una camada de j¨®venes constructores dispuestos a desbancar la vieja oligarqu¨ªa financiera.
Hay quien dice que el cambio de Caltagirone se debe a una conexi¨®n pol¨ªtica: la uni¨®n sentimental de su hija Azzurra con el pol¨ªtico democristiano Pierferdinando Casini, presidente de la C¨¢mara de Diputados y posible sucesor de Berlusconi. Otros opinan que la clave es su alianza con Stefano Ricucci (42 a?os) y Danilo Coppola (37), los dos constructores que capitanean una generaci¨®n de advenedizos del sur cargada de dinero, que no quieren una vida de millonarios marginales como la de Caltagirone.
Stefano Ricucci, hijo de un conductor de autobuses, empez¨® como ayudante de dentista y en pocos a?os, construyendo viviendas en la periferia, cre¨® un holding inmobiliario con sede en Luxemburgo valorado en 600 millones. Ricucci forma parte de la cr¨®nica rosa por su noviazgo con la actriz Anna Falchi y escala posiciones en el accionariado de RCS (holding editorial de Corriere della Sera y club select¨ªsimo de la vieja burgues¨ªa milanesa). El m¨¢s joven del grupo, Danilo Coppola, hijo de un constructor de mediana importancia, es apodado Er Cash por su afici¨®n a pagar en efectivo. Se mueve en Mercedes con ch¨®fer desde los 23 a?os, posee una mansi¨®n fabulosa con campo de golf en Grottaferrata, sobre las colinas de Roma y, como Ricucci, domicilia sus sociedades en Luxemburgo.
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