"He logrado desmitificar el teatro ingl¨¦s"
Gael Garc¨ªa Bernal (Guadalajara, M¨¦xico, 1978) dej¨® una asignatura pendiente al concluir en Londres sus estudios de interpretaci¨®n. Particip¨® en producciones teatrales de la escuela, pero nunca subi¨® al estrado en calidad profesional. La oportunidad se ha presentado con el montaje de Rufus Norris del cl¨¢sico de Lorca Bodas de sangre. Interpreta en ingl¨¦s al personaje central, Leonardo, junto a un rico elenco internacional. En su retorno a Londres, tras mucho rodaje en el teatro mexicano y el cine internacional, ha tropezado con un ambiente convencionalmente cr¨ªtico. "Inglaterra tiene cosas que no entiendo y he aprendido a aceptar, pero en cuanto salgo de aqu¨ª siento el agua m¨¢s ligerita", dice en la sala Almeida, donde act¨²a a diario, salvo el domingo.
"Bodas de sangre' es un cl¨¢sico revolucionario. Pero los cl¨¢sicos est¨¢n hechos para tirarlos hacia arriba y convertirlos en otra cosa"
"Pessoa habla de la lengua portuguesa como su patria. La m¨ªa es el castellano y llevo las de ganar porque somos much¨ªsimos"
Pregunta. ?Por qu¨¦ Bodas de sangre para debutar en el teatro ingl¨¦s?
Respuesta. Quiero ser actor para conocerme a m¨ª mismo y mis decisiones son congruentes con necesidades personales, emocionales, art¨ªsticas y, en algunos casos, financieras. No lo pens¨¦ mucho esta vez. Bodas de sangre es una obra que todos estudiamos en secundaria, un cl¨¢sico muy revolucionario en su ¨¦poca y que todav¨ªa nos es muy presente. Cuando lo lees de muy joven, encuentras en ¨¦l personajes que existen en las telenovelas, en la vida misma. Pero los cl¨¢sicos est¨¢n hechos para tirarlos hacia arriba y convertirlos en otra cosa. Hay que darles otra perspectiva, destrozarlos de alguna manera, liberarlos de la Academia. Al hacerla en ingl¨¦s, en una adaptaci¨®n adem¨¢s muy distinta al original y con actores de distintos pa¨ªses, se libera a la obra de su ubicaci¨®n, contexto, cante jondo, guitarra, casta?uelas.
P. ?Personalmente, a qu¨¦ responde?
R. A la necesidad personal de trabajar en Londres. Aqu¨ª estudi¨¦ y quer¨ªa redescubrir el teatro ingl¨¦s y, sobre todo, desmitificarlo. Lo ten¨ªa en un pedestal y lo sent¨ªa intangible, como que no me pertenec¨ªa. Era un reto dif¨ªcil y sab¨ªa que me met¨ªa en el caldero. Pero tuve la valent¨ªa de lograrlo. El reto era hacer un buen montaje. Son un texto y una dramaturgia muy bellos, pero muy dif¨ªciles de escenificar.
P. La prensa est¨¢ centrada en su deb¨², ?c¨®mo aguanta la presi¨®n?
R. Era obvio que iba a existir alg¨²n tipo de presi¨®n, pero tambi¨¦n es obvio, y yo no me hab¨ªa dado cuenta, que existe aqu¨ª una cerraz¨®n inmensa acerca de lo que tiene que ser el teatro. Parece que Brecht nunca pas¨® por Londres. Hablan de este montaje como experimental cuando no lo es, y de vandalismo teatral. ?Como si existieran leyes y estuvi¨¦ramos rompi¨¦ndolas! Con estas percepciones construyen paredes y no dejan al teatro ser. El teatro en s¨ª es libre, el ¨²nico medio de comunicaci¨®n que no necesita el filtro de un instrumento, un lienzo, celuloide. Es de humano a humano. Levantando paredes se restringe, se profana y se pervierte el teatro.
P. ?Esa visi¨®n restringida la atribuye a la cr¨ªtica?
R. S¨ª, aunque, m¨¢s que cr¨ªtica, parece una descripci¨®n de revista de coraz¨®n. Esperaba una cr¨ªtica sofisticada y, sorprendentemente, est¨¢ basada en ciertas convenciones y par¨¢metros de lo que debe ser el teatro. Describen el montaje que a ellos les hubiera gustado ver y escriben que mi personaje es chaparro, como si el hacerlo chiquito fuese una opci¨®n art¨ªstica. ?Qui¨¦n dice que Leonardo debe ser grande? Las cr¨ªticas son ef¨ªmeras, pero la obra perdura en el p¨²blico.
P. ?C¨®mo se aproxim¨® a su personaje?
R. No quise hacer el Leonardo que he visto desde la preparatoria, en cinco producciones de Bodas de sangre. Siempre el mismo tipo atormentado, violento, machista... Los personajes de esta obra pertenecen al g¨¦nero grotesco. No en el sentido peyorativo, sino como piezas grandes que caben en un rompecabezas, pero aplastadas. Personajes que cada noche se confrontan con la misma esperanza de poder salir de su suplicio. No lo logran, pero una vez m¨¢s lo intentaron.
P. ?Se identifica con Leonardo?
R. Por un lado s¨ª. Siento que es inocente y en sus decisiones confirma que el amor es el ¨²nico instinto que traiciona a su due?o.
P. ?Comparte la idea inglesa que identifica pasi¨®n con el car¨¢cter hispano?
R. Me atribuyeron palabras que yo no dije en entrevistas previas al estreno. Me preguntaban si Bodas de sangre iba a traer una pasi¨®n que ellos desconocen. Respond¨ª que no, que todos tenemos y compartimos estas pasiones. Todos sufrimos al cien por cien y, por ende, la palabra pasi¨®n nos pertenece a todos. Pero es una palabra tan usada y tan f¨¢cil de utilizar que ha perdido fuerza.
P. ?El salto al ingl¨¦s con Bodas de sangre en teatro y en cine con The king, de James Marsh, es imprescindible en su progreso profesional?
R. Puramente en el sentido de liberarme y de ser valiente ante retos complejos. Me llam¨® la atenci¨®n mi personaje en The king, un chicano que habla muy bien ingl¨¦s y muy mal castellano. Son apuestas con las que me reto: '?Ser¨¦ capaz?'
P. ?Le cuesta actuar en ingl¨¦s?
R. Es un esfuerzo personal que ojal¨¢ d¨¦ una mayor amplitud a los actores de habla hispana. No porque trabajar en ingl¨¦s sea una soluci¨®n, sino por el hecho de que, para m¨ª, es tan dif¨ªcil actuar en Inglaterra en ingl¨¦s como en Espa?a con acento castellano y en Argentina con acento argentino. Lo siento como una obligaci¨®n y m¨¢s vale que nos vayamos acostumbrando. Tambi¨¦n como espectador. Tenemos que hacer el esfuerzo de respetar la identidad de las personas y si una pel¨ªcula est¨¢ rodada en argot y acento de, digamos, Santiago de Chile, pues hay que entenderla y no pedir subt¨ªtulos.
P. ?La din¨¢mica del trabajo le arrastra hacia Hollywood?
R. En absoluto. En mi tierra hay miles de historias que contar y posibilidades de hacerlo. Pessoa habla de la lengua portuguesa como su patria. La m¨ªa es el castellano y llevo las de ganar porque somos much¨ªsimos y existen mil posibilidades de trabajo. Vengo de M¨¦xico, pero pertenezco al mundo entero.
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