"En Villaverde tenemos miedo"
Kenia Nairobi podr¨ªa ser un juego de palabras para aprenderse la capital de este pa¨ªs de ?frica, pero es una chica de 15 a?os y enormes ojos color miel. Le pusieron el nombre porque sonaba "lindo". Su madre, Luz Marys, de 34 a?os,se enter¨® de que se llamaba como un pa¨ªs africano al llegar a Espa?a en 1992. Kenia vive con ella y sus dos hermanas, ?ngela, de dos a?os, y Luc¨ªa, de cinco, en un piso de 60 metros en una calle con nombre de zarzuela- Del Manojo de Rosas- en el barrio de la Ciudad de los ?ngeles, en Villaverde, donde hay censados 1.500 dominicanos. El 2 de mayo, en este distrito del sur de Madrid un chico dominicano de 19 a?os asesin¨® a un joven espa?ol de 17 a?os a pu?aladas. Tras el entierro del muchacho, una manifestaci¨®n vecinal recorri¨® las calles y se registraron varias agresiones xen¨®fobas. En este barrio viven 25.000 inmigrantes de m¨¢s de 40 nacionalidades diferentes.
El delegado del Gobierno y el Ayuntamiento se re¨²nen hoy para reforzar la seguridad
En el distrito hay censados 25.000 inmigrantes de m¨¢s de 40 nacionalidades
Algunos dominicanos dicen que tras los incidentes ya no viven tranquilos
Hoy los vecinos de Villaverde se re¨²nen con el delegado del Gobierno, Constantino M¨¦ndez, y el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, para conocer los dispositivos de seguridad que se est¨¢n poniendo en marcha. En el distrito se lleva a?os reclamando pol¨ªticas de integraci¨®n social, m¨¢s inversiones y m¨¢s protecci¨®n en las calles. "Este distrito no se puede considerar la trastienda de la capital, donde se mete todo lo que no quiere el resto", asegura Francisco Ca?o, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Madrid.
Una semana despu¨¦s de los altercados, la Delegaci¨®n del Gobierno se comprometi¨® a instalar una comisar¨ªa porque hasta ahora compart¨ªan la que hab¨ªa con el distrito de Usera. El responsable de Econom¨ªa y Participaci¨®n Ciudadana del Ayuntamiento, Miguel ?ngel Villanueva, se reunir¨¢ ma?ana con los vecinos para decidir las inversiones que se har¨¢n el distrito.
Todo esto le suena lejano a la familia Ruiz, aunque ocurra a pocos metros de su casa. "En Villaverde tenemos miedo. Si tiene que venir m¨¢s polic¨ªa, que venga, porque el barrio no es seguro", dice Luz Marys. La familia lleg¨® al distrito hace tres a?os desde el barrio de Cuatro Caminos. Ella, la cabeza de familia, trabaja de cocinera. Con su sueldo paga las letras de un piso que le ha costado 100.000 euros.
Cuando en la casa de Luz Marys se habla de los incidentes del barrio, se refieren a "eso que pas¨®", como si fuera un tab¨² dar m¨¢s detalles. Al hablar de los problemas de convivencia, ella niega con la cabeza: "Tambi¨¦n hay espa?oles que no saben convivir, que te insultan y no se dan cuenta que eres una espa?ola m¨¢s y que tienes tus costumbres".
Aunque su familia es originaria de Rep¨²blica Dominicana, ella y sus tres hijas tienen nacionalidad espa?ola, las dos peque?as han nacido en Madrid.
Su vida es como la de cualquier otra familia espa?ola. A ?ngela, la m¨¢s peque?a, le gusta ponerse los zapatos de su hermana mayor, Luc¨ªa. A Luc¨ªa le vuelve loca la canci¨®n Antes muerta que sencilla y las hamburguesas. Y a Kenia le gustar¨ªa conocer a Enrique Iglesias y espera toda la semana a que llegue el s¨¢bado para bailar el reggeaton en la discoteca. La matriarca del clan sue?a con poder pagar su hipoteca. No echa casi nada de menos de su pa¨ªs, pero ya no est¨¢ tranquila en Villaverde: "Tengo miedo, por las ni?as y por m¨ª. Vuelvo de trabajar en el b¨²ho de madrugada. ?Y, si viene uno de esos chicos y se l¨ªa a trompadas s¨®lo por mi color?".
En el bloque en el que viven, construido en los a?os setenta, tambi¨¦n hay inmigrantes peruanos y familias espa?olas. "Nunca hemos tenido problemas. Incluso me ofrecen su ayuda porque saben que estoy sola con las ni?as", se?ala Luz Marys. Su primer marido muri¨® y el segundo se march¨®.
Sin embargo, hay quien no consigue integrarse en el barrio. Le pasa, por ejemplo, a Kenia, la hija mayor de la familia Ruiz, que lleva en Espa?a cuatro a?os y nunca ha tenido amigos espa?oles. "A veces en el instituto me han dicho: 'negra, vete a tu pa¨ªs', y a m¨ª no me gusta", explica. Si le preguntan si est¨¢ contenta en Madrid, arruga el ce?o, sonr¨ªe y finalmente niega con la cabeza.
Se cri¨® con su abuela Dilcia en Vicente Noble, un municipio dominicano, despoblado de mujeres j¨®venes que emigraron a Madrid en busca de un porvenir mejor. "Cuando viv¨ªa all¨ª, en una casa de madera cerca del mar, me sent¨ªa m¨¢s libre", recuerda"No me acostumbro. No se puede poner m¨²sica fuerte, sacar sillas a la calle para tomar el fresco. Aqu¨ª todo es peligroso. Coches, robos... Ahora, por ser dominicana, tengo miedo de algunos chicos espa?oles", explica.
Una foto de la Virgen de la Macarena sobre su cama guarda los sue?os de Luz Marys. Cuando a las 7.30 suena el despertador comienza el caos diario: "Puro corretear hasta la madrugada, cuando vuelvo a casa. Desayunar, vestirlas, se escapan, se esconden, gritan, llevarlas al cole...", relata. A las diez, con las ni?as en clase, tiene una hora para recoger la casa y hacer alguna compra. Luego emprende su primer viaje del d¨ªa en autob¨²s hasta Embajadores, donde trabajaba en un restaurante en horario partido de 11.30 a 17.00 y de 21.00 a 1.00. En el autob¨²s, ¨²ltimamente, no faltan las miradas reprobatorias o los comentarios, sobre todo de personas mayores, seg¨²n cuenta. "No les hago caso, no todos son iguales y pasa s¨®lo a veces. Pienso que andan mal de la cabeza y ya est¨¢".
Cinco a?os de antig¨¹edad y un contrato indefinido son un lujo al que no quiere renunciar la madre de las Ruiz a pesar de su horario. Con los 1.000 euros que cobra, s¨®lo los malabarismos de la econom¨ªa familiar le permiten salir adelante e incluso mandar antes dinero a sus padres.
En su vida tambi¨¦n hay tiempo para la diversi¨®n en familia. El momento m¨¢s divertido llega por las tardes, cuando se re¨²nen todos: t¨ªos, primos, novios, abuelos, hermanos... Todos en el sal¨®n de 20 metros cuadrados. De fondo, suena el reggeaton, una bachata o un merengue.
Ahora est¨¢n en la casa los padres de Luz Marys, que llegaron a Espa?a hace cuatro meses. Con ellos han vuelto tambi¨¦n los frijoles y el sancocho dominicano [guiso de carne y vegetales] a los fogones de las Ruiz. Los abuelos se plantearon quedarse en Espa?a para siempre, pero, tras lo ocurrido en Villaverde, est¨¢n asustados y quieren volverse a su pueblo. Kenia quiere seguir estudiando y de mayor ser peluquera. Despu¨¦s, no sabe lo que har¨¢, quiz¨¢ se vaya de nuevo con su abuela de seguir las cosas as¨ª.
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