Treinta a?os de desencanto
En el camerino de la sala Beckett, pintado de oscuro, entrecortado de sillas movedizas, percheros como esqueletos y espejos destinados a perderse las funciones, Xavier Theros (Barcelona, 1963) y Rafael Metlikovez (Canovelles, 1964) hablan de sus abuelos y de la lealtad de sus abuelos a la Rep¨²blica. "Mi abuelo hab¨ªa sido del ej¨¦rcito republicano", cuenta Rafael, "y, a¨²n durante la transici¨®n, recuerdo a mi abuela dici¨¦ndole: 'de eso no se habla". "En mi casa se hablaba mal de Franco", a?ade Theros: "mi abuelo paterno tambi¨¦n hab¨ªa defendido la Rep¨²blica; pero sobre todo era mi padre, siempre hablaba mal de Franco". Ahora que se cumplen 30 a?os de la muerte del General¨ªsimo, el nombre de Franco se deshilacha y se resume en una estatua desmontada a medianoche por una brigada de peones municipales, y se resume tambi¨¦n en multitudes de ancianos que han vivido hu¨¦rfanos durante pr¨¢cticamente toda su vida, y que desde hace a?os acuden a las fosas comunes en busca de lo que pudo haber sido su padre, y se resume adem¨¢s en otra generaci¨®n de hijos de hu¨¦rfanos de padre, y de hijos de hu¨¦rfanos de rep¨²blica, a la que pertenecemos muchos espa?oles, pero espa?oles de los de antes de la guerra.
La transici¨®n no sirvi¨® a la gente para recuperar lo que le hab¨ªan quitado, esto es lo que se desprende de la obra de los Polipo¨¨tics
"Todo lo que esperas jam¨¢s lo ver¨¢s", canta Chicho S¨¢nchez Ferlosio en letra de Garc¨ªa Calvo, y todav¨ªa hay gente que aguarda al pie de las fosas el germinar de los restos de un padre o de un t¨ªo. Los Accidents Polipo¨¨tics han estrenado en la sala Beckett su nueva conferencia teatral y la han titulado Franco ha muerto o c¨®mo idiotizar a un pollo. Es un ajuste de cuentas con la transici¨®n, con sus grandes asignaturas pendientes, pero resulta sobre todo una obra autobiogr¨¢fica en la que estos autores refieren c¨®mo durante su infancia intuyeron y comprendieron la historia de su familia. "La rep¨²blica era la tierra de nuestros abuelos", dice Theros y a lo mejor en lo que ha dicho se advierte por qu¨¦ anda uno como desterrado. Los Polipo¨¨tics est¨¢n escribiendo su autobiograf¨ªa sobre la madera azarosa de los escenarios. En su anterior montaje recapacitaban sobre su solter¨ªa de soltero bohemio que va para solter¨®n, y en el precedente, titulado Pim, pam, pum, Lorca, de nuevo estuvieron presentes los abuelos. Con la transici¨®n, estos abuelos resurgieron de su muerte de espejo triste, y muchos resucitaron de su vida de espejo muerto, y a su sombra aprendimos que en el ojo del hurac¨¢n de nuestras biograf¨ªas estaba su defensa de la Rep¨²blica.
"Lo que olvide uno todo eso sabr¨¢", canta de nuevo Chicho, pero a veces uno no olvida, y ni siquiera se le van de la memoria cosas que, en realidad, no hay manera de recordar, y es de esto de lo que tambi¨¦n trata la conferencia de Accidents Polipo¨¨tics. La transici¨®n no le sirvi¨® a la gente para recuperar lo que le hab¨ªan quitado, esto es lo que se desprende de la obra de los Polipo¨¨tics, y por eso cuando abordan el tema en el escenario lo hacen poni¨¦ndose una nariz de payaso. Los padres, las madres, los hijos muertos... no se recobran, pero la Rep¨²blica s¨ª que fue posible recuperarla, esto es lo que se expresa en el espect¨¢culo de estos dos humoristas, que salen al escenario en mangas de camisa arremangada, con americana de hombre que s¨®lo tiene esa americana, con su par de maletas de vag¨®n de tercera, viejas, desportilladas, de espectro desterrado que viaja en busca de una tierra prometida.
"Del franquismo se aprovech¨® todo", dicen alzando con la mano el hueso repelado de un jam¨®n. Los Polipo¨¨tics repasan el anecdotario de la transici¨®n, y lo hacen con an¨¦cdotas tomadas de la cultura popular, con F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente relat¨¢ndole al personal c¨®mo los buitres de la familia azn¨¢rida sobrevuelan las fosas, con un 23-F retransmitido como un partido de f¨²tbol, con las canciones de los payasos de la tele... "Yo esperaba", cuenta Theros en el camerino, "que la transici¨®n hubiera servido, por lo menos, para que apareciese una derecha democr¨¢tica, pero con estos ocho a?os de gobierno de Partido Popular se ha visto que tampoco ha sido as¨ª".
"Cuando ciegue el alma, el ciego ver¨¢", sigue cantando Chicho S¨¢nchez Ferlosio, y en el teatro esta noche se han agotado las entradas, y est¨¢ lleno de gente que viene a ver y a escuchar a los Accidents Polipo¨¨tics diciendo eso de que "los hombres orejudos tambi¨¦n lloran", y que viene a ver el n¨²mero del palo y la zanahoria, donde los humoristas escenifican la transformaci¨®n del brazo en alto en un gesto de alcanzar la democracia, y la gente adem¨¢s viene a ver el momento en que los conferenciantes se llevan el ¨ªndice a los labios y dicen con voz queda: "Sssh, sssh... No despert¨¦is el sue?o de la tercera Rep¨²blica, que vendr¨¢ el hombre del sable y nos comer¨¢ a todos". Porque hubo una generaci¨®n que permaneci¨® fiel a la Rep¨²blica, hay ahora otras generaciones que le guardan lealtad a aquellas personas y a aquella rep¨²blica. Uno s¨®lo tiene aquello que da, dice tambi¨¦n la canci¨®n.
Al inicio, los Accidents Polipo¨¨tics manifiestan al p¨²blico que su conferencia "surge de una necesidad esencial. La necesidad de no sentirnos idiotas". El cine lo vio claro enseguida: una de las primeras pel¨ªculas de la transici¨®n, El desencanto (Ch¨¢varri, 1976), llevaba en su t¨ªtulo la premonici¨®n.
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