Casi la mitad del pago del Yak-42 se lo repart¨ªan en comisiones seis intermediarios
La compa?¨ªa a¨¦rea ucrania s¨®lo cobraba 45.000 d¨®lares de los 170.000 que pagaba Defensa
"Como te puedes imaginar, no son aviones nuestros, sino alquilados a un grupo de piratas a¨¦reos que en condiciones l¨ªmite trasladan nuestro material y personal, te hablo de los Tupolev, Yakovlev...". Dos a?os despu¨¦s, las palabras que el comandante Jos¨¦ Manuel Ripoll¨¦s escribi¨® en un correo electr¨®nico a su hermano, d¨ªas antes de perecer en el accidente del Yak-42, parecen m¨¢s premonitorias que nunca. Seg¨²n la investigaci¨®n, casi la mitad de los 149.000 euros (171.350 d¨®lares) que costaba al Ministerio de Defensa fletar el avi¨®n iban destinados a pagar comisiones a seis intermediarios.
La madeja de intermediarios que rode¨® el flete del Yak-42 que se estrell¨® el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turqu¨ªa), causando la muerte de 62 militares espa?oles, es tan espesa que han hecho falta dos a?os para desenredarla. Y a¨²n hoy quedan cabos sueltos.
Ya se sabe, sin embargo, que seis empresas intervinieron y que cada una cobraba su comisi¨®n correspondiente. Y se conoce tambi¨¦n la diferencia entre lo que pagaba el Ministerio de Defensa por el alquiler del Yak-42 (149.000 euros; o, lo que es lo mismo, 171.350 d¨®lares) y lo que percib¨ªa la compa?¨ªa a¨¦rea que operaba el avi¨®n, Ukranian Mediterranean Airlines (45.000 d¨®lares). Es decir, por el camino se quedaban 126.350 d¨®lares, nada menos que el 73% del total.
"Cadena de confianza"
La "cadena de confianza", como la calific¨® el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, quedar¨ªa como sigue: el Estado Mayor Conjunto contrat¨® con la agencia NAMSA de la OTAN, basada en Luxemburgo; que subcontrat¨® con el broker Chapman Freeborn, con sede en Francfort am Main (Alemania); que subcontrat¨® con Volga Dnepr, en Shannon (Irlanda); que subcontrat¨® con Adriyatik LTD, en Estambul (Turqu¨ªa); que subcontrat¨® con JTR Company SAL, en Beirut (L¨ªbano); que subcontrat¨® con UM Air, en Kiev (Ucrania). Todo ello para alquilar un vuelo de un avi¨®n.
La reconstrucci¨®n presenta lagunas, ya que en la copia del contrato entre Volga Dnepr y Adriyatik LTD que se entreg¨® al Ministerio de Defensa se borr¨® deliberadamente el importe.
Tampoco se sabe, con seguridad, qu¨¦ porcentaje del dinero que se quedaban los intermediarios era beneficio limpio. Fuentes conocedoras de la operaci¨®n sostienen que, de los 126.350 d¨®lares de comisi¨®n, habr¨ªa que descontar el precio del combustible y el handling (servicios aeroportuarios). Seg¨²n el presupuesto que en su d¨ªa recibi¨® Defensa, el coste de ambos conceptos para el Yak-42 ascend¨ªa a 53.640 euros (61.686 d¨®lares). Incluso dando tales cifras por buenas, el beneficio de los intermediarios ascender¨ªa a 64.664 d¨®lares; es decir, una comisi¨®n de casi el 40%.
Se da la circunstancia de que, seg¨²n las mismas fuentes, la compa?¨ªa ucrania no ten¨ªa libertad para comprar el combustible donde quisiera, sino que era Chapman Freeborn quien se lo suministraba. Es decir, el broker con el que contrat¨® la OTAN hac¨ªa doble negocio: con el alquiler del avi¨®n y con la venta del queroseno. Ello podr¨ªa explicar el empe?o que ten¨ªa los pilotos por aterrizar en Trabzon despu¨¦s del primer intento frustrado.
Fuentes del sector de vuelos ch¨¢rter explicaron tras el accidente que el precio que pagaba Defensa por el Yak-42 (171.350 d¨®lares) no era en absoluto barato. S¨ª lo era, en cambio, la cantidad que cobraba UM Air (45.000 d¨®lares), incluso si no inclu¨ªa el combustible y el handling.
El papel de NAMSA
NAMSA no cobraba por cada uno de los vuelos, pero s¨ª percib¨ªa un pago anual de 25.000 euros (28.750 d¨®lares) por gestionar el alquiler de aviones para el transporte de las Fuerzas Armadas espa?olas a Afganist¨¢n e Irak. Adem¨¢s, como miembro de la OTAN, Espa?a contribu¨ªa con 1,5 millones de euros al a?o al sostenimiento de dicha agencia.
En teor¨ªa, se recurri¨® a la NAMSA por razones de eficacia y transparencia. Sin embargo, el accidente del Yak-42 demostr¨® que dicha agencia no s¨®lo no garantizaba el buen estado de los aviones, sino que ni siquiera comprobaba la suscripci¨®n de la p¨®liza del seguro, a lo que le obligaba su acuerdo con Defensa.
En las subcontrataciones sucesivas se esfum¨® el seguro de vida de 75.000 d¨®lares por pasajero, lo que oblig¨® al Gobierno, todav¨ªa en la etapa del PP, a adelantar ese dinero a las familias de las v¨ªctimas con cargo al erario p¨²blico. Defensa le ha reclamado la cantidad global a NAMSA (4,6 millones de d¨®lares), pero ¨¦sta declina cualquier responsabilidad y se escuda en su supuesta impunidad ante los tribunales.
El vuelo del Yak-42 no fue, sin embargo, m¨¢s que uno de los 44 que Defensa flet¨® a trav¨¦s de NAMSA desde febrero de 2002 a mayo de 2003. Si en todos ellos se sigui¨® la misma f¨®rmula, las comisiones cobradas por los intermediarios se aproximar¨ªan a los cinco millones de d¨®lares.
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