El nigeriano Femi Kuti cierra la primera edici¨®n de Womadrid

La explanada del lago de la Casa de Campo acogi¨® el domingo la ¨²ltima jornada de Womadrid, la primera edici¨®n madrile?a del Festival de M¨²sicas del Mundo Womad. Ra¨²l Rodr¨ªguez, el hijo de Martirio, que el d¨ªa anterior no perd¨ªa detalle del movimiento de los tres sarod -la¨²d de la m¨²sica cl¨¢sica del norte de India- en el concierto de Amjad Ali Khan, present¨® su proyecto Son de la Frontera. Con Paco de Amparo a la guitarra flamenca, Pepe Torres, Moi de Mor¨®n y Manuel Flores en el baile, el cante o el comp¨¢s, y ¨¦l al tres, esa guitarra cubana que funde con el toque de Mor¨®n. Acero y nylon en las cuerdas, punto guajiro y buler¨ªas. Mestizaje del bueno, milenario, en el esp¨ªritu y las falsetas de Diego del Gastor. Con el rigor del trabajo bien hecho y sabor de futuro gozoso.

La cantante Yasmin Levy, jud¨ªa sefard¨ª nacida en Jerusal¨¦n, record¨® con buena voz el pasado de las tres culturas en Espa?a con canciones en ladino -la mezcla de espa?ol antiguo con otras lenguas-, adem¨¢s de gui?os a su admirada Mayte Mart¨ªn o a Antonio Canales. Y el franco-argelino Akim El Sikameya se trajo esa colorista mezcolanza de sonidos ar¨¢bigo-andaluces, son cubano o ska jamaicano tan exprimida en los ¨²ltimos a?os y convertida en banda sonora de las verbenas juveniles.

Los cubanos de Asere, entre el son y la timba, no poseen el encanto y el poso de los viejos m¨²sicos de la isla, ni la fuerza arrolladora de formaciones como Van Van. En cuanto al tr¨ªo de blues Little Axe, su presencia no pas¨® de simple an¨¦cdota.

El cierre de Womadrid lo protagoniz¨® el nigeriano Femi Kuti. El hijo de Fela ha puesto la directa desde hace tiempo y ofrece actuaciones energ¨¦ticas. Este m¨²sico, que se arriesga por su actitud luchadora en la infernal Lagos, tiene la presencia esc¨¦nica de su progenitor y un afrobeat con sello propio capaz de despertar conciencias dormidas.

La asistencia a las tres jornadas qued¨® lejos del c¨¢lculo de los m¨¢s optimistas, que esperaban 22.000 asistentes diarios. Los hubo, pero en los tres d¨ªas. Lo mejor: el ambiente, la presencia de ni?os, algunos talleres, la organizaci¨®n...

Lo menos bueno: el polvo, un cartel -salvo dos o tres nombres- con poco tir¨®n, la ausencia de inmigrantes -fuera del recinto hab¨ªa miles de latinoamericanos de espaldas a Womadrid- y una supuesta diversidad de platos de Asia, Iberoam¨¦rica y Europa que se resum¨ªa tristemente en bocatas de calamares y perritos calientes. Como se anuncia otro Womadrid para el 2006, no estar¨ªa mal replantearse algunas cuestiones.