Tibur¨®n
La embarcaci¨®n de pesca patroneada por uno de los hermanos Aulet faenaba la gamba roja en el talud del canal, a 20 millas de la costa de Denia y a media ma?ana, de pronto, qued¨® lastrada por una fuerza muy dura. A bordo los marineros pensaron que la red se hab¨ªa enrocado o tal vez hab¨ªa cargado una bola de fango. Pusieron en marcha la maquinilla hidr¨¢ulica para izar el copo a la superficie y al final del combate vieron que la red hab¨ªa atrapado a un tibur¨®n peregrino de siete metros de largo. Este pez no duerme; si deja de navegar se muere; necesita moverse continuamente para poder oxigenarse a trav¨¦s de las branquias, por eso lleg¨® muerto a flor de agua. Ante la imposibilidad de subirlo a cubierta la tripulaci¨®n lo abarlo¨®, apartado de la h¨¦lice, a un costado de la embarcaci¨®n y al contrario de lo que sucedi¨® con el pez aguja de la historia El Viejo y el Mar, de Hemingway, que los escualos del golfo lo dejaron s¨®lo con la raspa antes de que el pescador ganara tierra, este tibur¨®n fue respetado a su vez por las gambas , que tambi¨¦n pueden ser asesinas, y lleg¨® entero al puerto de Denia, donde una gr¨²a de seis toneladas lo deposit¨® en el muelle y all¨ª nadie supo qu¨¦ hacer ¨¦l, salvo admirarlo. El h¨ªgado de este tibur¨®n constituye la cuarta parte de su cuerpo en peso y tama?o, y en este caso pudo haber dado 500 litros de aceite, muy apreciado desde la antig¨¹edad como afrodis¨ªaco. Ovidio lo recomienda en el arte de amar; Lucrecia Borgia lo usaba como crema de noche para la cara y a Leonardo le serv¨ªa para ligar las tierras con que fabricaba los colores. El tibur¨®n peregrino no es agresivo, no se come a los ba?istas que se alejan de la orilla con el patinete; s¨®lo se alimenta de larvas y plancton, y su ¨²nico peligro consiste, puesto que siempre navega con la enorme boca abierta, en que si un d¨ªa, durante la traves¨ªa a Ibiza, decides ser feliz y te ba?as en aguas azules, podr¨ªas verte dentro de su tripa sin ser Jon¨¢s. Y si esa tripa fuera la de hembra podr¨ªas asistir a un gran espect¨¢culo de canibalismo intrauterino. En su vientre los huevos se desarrollan hasta convertirse en innumerables embriones que comienzan a devorarse hasta que s¨®lo queda un vencedor. Esta cr¨ªa de tibur¨®n habr¨¢ alcanzado dos metros de largo cuando la madre lo expulse de su cuerpo con un rito lleno de modernidad. Al profeta Jon¨¢s tambi¨¦n se lo trag¨® un gran pez y en su vientre invoc¨® al Se?or. Despu¨¦s de tres d¨ªas y tres noches el pez lo arroj¨® en la orilla en forma de tibur¨®n y Jon¨¢s se convirti¨® en un poderoso constructor.
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