Muy pr¨¢ctico en ciudad
El Matiz es un coche pensado para la ciudad, pero a pesar de su ajustado tama?o no agobia por dentro. La clave est¨¢ en que se va sentado bastante erguido, casi como en un monovolumen, lo que ampl¨ªa el espacio para las piernas. En cambio, la posici¨®n de conducci¨®n se queda justa en longitud y no permite llevar las piernas estiradas si se mide m¨¢s de 1,80 metros. Y el volante es fijo y no admite regulaciones.
Motor justo y bajo consumo
Chevrolet ofrece dos motores para el Matiz, un 0.8 litros de tres cilindros y 52 CV s¨®lo recomendable para circular en ciudad, y un 1.0 de gasolina y 64 CV de prestaciones superiores, aunque todav¨ªa algo justas para los viajes largos. No destaca por su fuerza y elasticidad a bajo r¨¦gimen, pero responde desde el ralent¨ª y se estira hasta las 6.200 revoluciones con cierta soltura, y tambi¨¦n con alg¨²n altibajo de potencia que limita su progresividad. As¨ª, en ciudad acelera con suficiente br¨ªo en las marchas cortas y permite arrancar sin pereza en los sem¨¢foros. Y en carretera mantiene ritmos de crucero aceptables sin grandes agobios, al menos en trazados llanos. Despu¨¦s le cuesta acelerar en las marchas largas para adelantar y se queda mucho en las subidas, sobre todo si no se est¨¢ atento para reducir de marcha con antelaci¨®n.
La calidad de conducci¨®n del Matiz es superior a la de otros coches urbanos. Tiene un motor silencioso y bien aislado, aunque menos refinado que los propulsores europeos similares, unos pedales muy blandos y un cambio de cinco velocidades f¨¢cil de accionar. Las marchas son largas y limitan el br¨ªo en carretera, pero ayudan a reducir el consumo, que es un 15% inferior al del modelo anterior: gasta menos de seis litros en conducci¨®n tranquila y apenas pasa de siete en ciudad, a plena carga o estirando las marchas.
Suspensiones bien resueltas
Dentro de su sencillez mec¨¢nica, el Matiz sorprende por el buen funcionamiento de las suspensiones, que mejoran mucho el comportamiento y el confort del modelo anterior. Estrena nuevos amortiguadores de gas, el tren delantero reforzado y el trasero redise?ado. Y el resultado es una sensaci¨®n de solidez notable incluso en pisos deteriorados: filtra todo sin que se note en el volante y en el interior, y no tiene la rumorosidad y los chirridos de los coches peque?os. El conjunto se completa con una direcci¨®n asistida muy suave, un buen ¨¢ngulo de giro para la ciudad y unos frenos con ABS de serie que paran con seguridad.
S¨®lo las medidas peque?as de las ruedas (13 pulgadas) reducen la sensaci¨®n de aplomo y no transmiten la confianza deseable al conductor, sobre todo en trazados r¨¢pidos y cuando se acerca a la velocidad m¨¢xima. Y balancea m¨¢s de lo deseable si se aumenta el ritmo en zonas viradas. Pero, al margen de estos detalles, el Matiz tiene una estabilidad correcta, se conduce con dos dedos y obedece con docilidad al volante.
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