Fez abre un espacio de tolerancia al idioma universal de la m¨²sica
Berganza, Cecilia Lavilla y Lemnawar abren el festival marroqu¨ª
Disuadidos por la fuerte presencia policial, apenas un pu?ado de habitantes de Fez se apostaban sobre las vallas de seguridad que limitaban el acceso a la fortaleza de Bab al Makina, un monumento de 1886 donde Teresa Berganza, Cecilia Lavilla y la cantante marroqu¨ª Asmae Lemnawar inauguraron el Festival de M¨²sicas Sagradas, al que acudi¨® la princesa Lalla Salma.
Los cerca de un mill¨®n de habitantes de la ciudad marroqu¨ª de Fez se sienten orgullosos de su Festival de M¨²sicas Sagradas del Mundo, pese a que muy pocos tienen acceso a los escenarios donde hasta el pr¨®ximo d¨ªa 11 se llevan a cabo las actuaciones o los coloquios en los que se promueve una globalizaci¨®n plural y respetuosa con la diversidad.
El escaso n¨²mero de curiosos contrastaba con el colorido de algunos invitados, llegados de diferentes lugares del mundo para participar en este encuentro. Si el festival se presenta como un encuentro de religiones, el patio de Bab al Makina se ajustaba bien a la filosof¨ªa del certamen, empezando por la princesa Lalla Salma, esposa de Mohamed VI, que entr¨® la ¨²ltima en la fortaleza pisando una alfombra roja y flanqueada por una hilera de militares con capa y espada, luciendo un vestido largo de pedrer¨ªa rosa y con su melena pelirroja recogida en una cola de caballo. Arropada por los aplausos de sus s¨²bditos, la princesa ocup¨® un sill¨®n colocado a pocos metros del escenario, acompa?ada, entre otros, por Mohamed Kabbaj, consejero real y presidente del festival.
La Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid fue la encargada de acompa?ar a Teresa Berganza, Cecilia Lavilla y Asmae Lemnawar, en un programa que inclu¨ªa algunas piezas de Falla, el Stabat Mater de Pergolesi y un arreglo de canciones suf¨ªes del compositor marroqu¨ª Said Chraibi. Desde el principio, un ruido, posiblemente de la megafon¨ªa, entorpeci¨® la audici¨®n en una parte del auditorio y el hecho de que no se apagaran las luces rest¨® intimidad al acto. Empez¨® la mezzosoprano Berganza con unas piezas cortas de Falla que poco ten¨ªan que ver con la m¨²sica sacra. Uno de los objetivos del concierto era plasmar un encuentro entre el islam y el cristianismo, as¨ª como la "reconciliaci¨®n" entre Espa?a y Marruecos, pero a lo largo de las m¨¢s de dos horas de interpretaci¨®n hubo pocos momentos de emoci¨®n, aunque todo estuvo dentro de lo correcto y destac¨® especialmente la voz de Cecilia Lavalle.
La parte m¨¢s novedosa del programa corri¨® a cargo de la cantante marroqu¨ª Asmae Lemnawar, que hab¨ªa preparado su trabajo a conciencia. Estuvo en Madrid ensayando con la Orquesta de la Comunidad y en la actuaci¨®n participaron tambores y coros del Magreb, pero las fusiones de lo cl¨¢sico suelen ser complicadas.
El espect¨¢culo levant¨® los aplausos del p¨²blico, que no llen¨® el recinto, pero qued¨® m¨¢s cerca de la confusi¨®n que de la fusi¨®n.
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