La protesta sigue pese a la dimisi¨®n de Mesa
La renuncia del presidente de Bolivia no impide que miles de manifestantes paralicen La Paz
La dimisi¨®n de Carlos Mesa de la presidencia de Bolivia no ha hecho mella a¨²n en las multitudinarias movilizaciones campesinas, vecinales y mineras, que ayer hicieron temblar de nuevo el centro de La Paz con explosiones de cartuchos de dinamita. Tampoco fren¨® los ¨¢nimos la urgencia con que se llam¨® a una sesi¨®n parlamentaria, convocada en principio para hoy mismo, destinada a considerar la renuncia de Mesa y nombrar un sustituto. "Creo que mi responsabilidad es decir que hasta aqu¨ª puedo llegar. Por eso mi decisi¨®n es presentar mi renuncia al cargo de presidente", dijo Mesa en un mensaje a la naci¨®n poco antes de la medianoche, madrugada de ayer en Espa?a. El vac¨ªo de poder y las persistentes marchas han sumido Bolivia en el caos.
Mesa, que pidi¨® disculpas por si no fue capaz de "conducir adecuadamente" Bolivia, se?al¨® que el pa¨ªs no puede estar sujeto a la presi¨®n, el bloqueo y la violencia e hizo un llamamiento a quienes se encuentran en posiciones intransigentes a hacer posible la reuni¨®n del Congreso para darle "una viabilidad al futuro del pa¨ªs". El presidente del Senado, Hormando Vaca D¨ªez, anunci¨® la sesi¨®n congresual para hoy, probablemente en La Paz, siempre que se logre una normalidad en las actividades de esta ciudad, sitiada por las movilizaciones hace 22 d¨ªas.
Vaca D¨ªez, que tambi¨¦n preside las sesiones del Congreso, que agrupa a senadores y diputados, se?al¨® la posibilidad de instalar las sesiones en Sucre, a unos 600 kil¨®metros al sur de La Paz, si persiste la inseguridad. "Se requiere normalidad democr¨¢tica para que el Congreso tome la decisi¨®n de aceptar o no la renuncia del presidente y, en el caso de aceptarse, deber¨ªa generar un nuevo escenario" en el contexto de unidad que propicia la iglesia cat¨®lica, dijo.
Entretanto, en La Paz los principales dirigentes pol¨ªticos comenzaron a negociar posibles acuerdos para respetar la sucesi¨®n constitucional. Algunos se adelantaron a se?alar que aceptar¨¢n a Vaca D¨ªez, pese a que en las calles la gente rechaza esa posibilidad. El jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), el diputado cocalero Evo Morales, advirti¨® de que la sucesi¨®n constitucional debe hacer posible la convocatoria de elecciones y rechaz¨® cualquier intento de Vaca D¨ªez de asumir la presidencia. Se?al¨® que los presidentes de las dos C¨¢maras deber¨ªan seguir el ejemplo de desprendimiento de Mesa para lograr una salida.
"Esta lucha va a continuar; la gente no se va a desmovilizar porque ahora es cuando se quiere lograr la nacionalizaci¨®n de todos los recursos naturales y la recuperaci¨®n de todas las empresas estrat¨¦gicas de servicio, que deben estar en manos del Estado", afirm¨® Morales, quien ampl¨ªa la nacionalizaci¨®n no s¨®lo a los hidrocarburos, sino a los recursos forestales, mineros e h¨ªdricos. "Es una lucha de pobres contra los ricos que nos han enga?ado tanto tiempo".
Papel de la Iglesia
Una mayor¨ªa de los reunidos en las asambleas de las juntas vecinales y en las de los sindicatos parec¨ªa decantarse anoche en favor de aceptar unas negociaciones bajo la mediaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica. El arzobispado de Santa Cruz emiti¨® una nota en la que se dec¨ªa que la renuncia de Mesa era el producto de un pacto entre los tres poderes del Estado e invitaba a la calma.
Mientras, en La Paz se mantuvo la presi¨®n sobre las autoridades: cientos de mineros lanzaron al aire cartuchos de dinamita rebajados y hubo choques con la polic¨ªa, que trat¨® de impedirles el paso a las plazas de Armas y Murillo, s¨ªmbolos del poder pol¨ªtico. Los enfrentamientos se extendieron por el centro de la ciudad. La plaza Murillo estaba anoche resguardada por efectivos militares, que tendieron un cord¨®n de seguridad a unos 100 metros a la redonda.
El responsable de la polic¨ªa judicial inform¨® de que se hab¨ªan incautado de 11 volquetes cargados con 1.300 cartuchos de dinamita destinados a los mineros que acampan en la capital, 57 de los cuales fueron detenidos. Adem¨¢s, encontraron en los veh¨ªculos mechas lentas y r¨¢pidas y otros materiales explosivos y dinero por valor de 1.600 d¨®lares. Un minero, que se hac¨ªa llamar Caracoles, dijo en una emisora de radio que el dinero proced¨ªa de la venta de minerales y no una prueba de que estuvieran pagados. Tambi¨¦n se ha producido cortes en el suministro de gas a la capital. Los manifestantes cerraron el paso por el gasoducto de Sicasica, al oeste de La Paz.
Hace 22 d¨ªas que la capital se encuentra bloqueada por el paro indefinido en El Alto, una ciudad dormitorio a 14 kil¨®metros, que tiene los mayores ¨ªndices de pobreza. Las protestas de miles de peque?os comerciantes, de las juntas vecinales de El Alto y de los sindicatos obreros y campesinos han paralizado las actividades en La Paz. La poblaci¨®n de la sede de Gobierno, de casi un mill¨®n de habitantes, se encuentra indefensa ante la agresividad de algunos manifestantes, de la que son v¨ªctimas los que se quejan por las marchas, los hombres con corbata, identificada como un s¨ªmbolo de la opresi¨®n, y las personas que mantienen abiertos sus negocios. El castigo es, en ocasiones, el saqueo. Los vecinos de los barrios humildes han denunciado que son obligados a salir a las calles bajo amenaza del chicote, un l¨¢tigo hecho con cuero trenzado, s¨ªmbolo de autoridad de los jefes ind¨ªgenas.
Tanto El Alto como La Paz sufr¨ªan ayer la escasez de carburantes, lo que oblig¨® a retirar parte del parque de coches por falta de gasolina. Los precios de las bombonas como de algunos productos alimentarios, que apenas se encuentran, se han cuadruplicado.
![Centenares de mineros bolivianos descienden desde la ciudad de El Alto hacia la capital.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EKAQLEDCGS5MTTBL4QOMZ6ILAU.jpg?auth=017b4ea551a1f689d67b74824c9fb0b6e8e163592c6fabdd64da6c67571e40f8&width=414)
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