Atxaga dice que el premio de la Feria muestra que la literatura tiene un sitio en el nuevo Bilbao
Los libreros distinguen a 'El hijo del acordeonista' 15 a?os despu¨¦s de galardonar 'Obabakoak'
Hace ya 15 a?os que la Feria del Libro de Bilbao entreg¨® su primera Pluma de Plata a Bernardo Atxaga por el ¨¦xito cosechado con Obabakoak, la obra que consigui¨® el Premio Nacional de Narrativa. Atxaga volvi¨® a ser galardonado ayer por los organizadores de la feria con su Premio de la Cr¨ªtica 2005 por la acogida de su ¨²ltima novela, Soinujolearen semea (El hijo del acordeonista). "Este premio es la continuidad de la suerte bilba¨ªna, la ciudad en la que nac¨ª como escritor", asegur¨® el escritor. "Este acto es una demostraci¨®n de que la literatura tiene un lugar en la nueva ciudad".
El editor de Soinujolearen semea (Pamiela), Peio Eizaburu, dijo que la novela, "un gran fresco de nuestra sociedad desde la guerra civil", ha superado con creces las expectativas que rodearon su publicacaci¨®n en 2003. Se han editado cuatro ediciones y ya se han vendido m¨¢s de 22.000 ejemplares. La traducci¨®n al castellano ha lanzado al mercado 75.000 libros y la catalana, 16.000. El hijo del acordeonista (Alfaguara) ha sido presentado recientemente en M¨¦xico, Argentina y Chile y ser¨¢ traducida a nueve idiomas.
Atxaga (Asteasu, 1951) record¨® ayer su vinculaci¨®n con Bilbao, la ciudad en la que, al cruzar la barrera de los 30 a?os, decidi¨® ser escritor. En aquel Bilbao encontr¨® a su mentor, el poeta Gabriel Aresti, su primer trabajo literario retribuido, y la banda Pott, de la que tambi¨¦n formaron parte los escritores Jon Juaristi y Joseba Sarrionaindia, y el m¨²sico Ruper Ordorika. "Ha sido la ¨²nica pandilla literaria de mi vida, con la que me reun¨ªa en el Arriaga", se?al¨®.
Bilbao, dijo el escritor, "ha sido una ciudad favorable" y el premio para El hijo del acordeonista, la obra con la que pone punto final a las historias de Obaba, ha supuesto "la continuidad de la suerte bilba¨ªna". Atxaga considera que se cierra as¨ª el c¨ªrculo abierto con el premio recibido hace 15 a?os por Obabakoak. Atxaga alab¨® los cambios sufridos por Bilbao entre ambos premios. La ciudad de los 80 fue descrita como un desierto cultural. "Esto es ya un lugar civilizado", afirm¨®. "Este acto es una demostraci¨®n que la literatura tiene un lugar en la nueva ciudad".
El galard¨®n con el que se distingui¨® a Obabakoak fue una pluma Montblanc, que Atxaga nunca saca de casa para evitar que se pierda. Es un tesoro tan preciado como otra pluma de plata que un lector, un hombre mayor con aspecto de militar, le entreg¨® a?os m¨¢s tarde un d¨ªa de Sant Jordi en Barcelona, despu¨¦s de pedirle que le fimar¨¢ con ella uno de sus libros.
Atxaga reconoci¨® que la primera Pluma de plata recibida en Bilbao fue m¨¢s importante que la de ayer, aunque entre ambas haya ido acumulando premios con obras como El hombre solo, Esos cielos y Lista de locos y otros alfabetos. "La diplomacia exigir¨ªa disimular un poco, pero la primera pluma fue muy importante para un primerizo", dijo. "Ahora no viene mal un obsequio grato como ¨¦ste".
El coordinador de la Feria de Bilbao, Asier Muniategi, pronostic¨® que volver¨¢n a encontrase con Atxaga en un futuro no muy lejano para distinguirle con la Pluma de oro, el galard¨®n que premia a una vida vinculada a los libros.
Atxaga reclam¨® tiempo y tranquilidad para volcarse otra vez en la literatura, despu¨¦s de meses de dedicaci¨®n a la promoci¨®n de El hijo del acordeonista, a la pol¨ªtica (apoy¨® en la campa?a electoral de Ezker Batua), y a atender compromisos de ¨ªndole diversa. "Necesito encerrarme a escribir", confes¨®.
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