Oriente sin velo
En contra de lo que muchos piensan, la llamada globalizaci¨®n no es un invento de ahora, ni el fruto del libre comercio imperialista del siglo XIX. La globalizaci¨®n naci¨® con la cultura, o mejor decir culturas, con sus relaciones, divisiones y diferencias, generosas con lo que incluyen y mezquinas con lo que desprecian. Culturas y experiencias hist¨®ricas h¨ªbridas que entretejen sus fronteras, que inventan y fabrican rituales, tradiciones, y que tambi¨¦n se aniquilan. ?Qu¨¦ es la mezquita de C¨®rdoba sino un para¨ªso de piedra global, nacido visigodo, luego musulm¨¢n y culminado cristiano? El visitante perspicaz tambi¨¦n encontrar¨¢ en ella elementos decorativos que recuerdan algunas obras de la pl¨¢stica contempor¨¢nea: un Daniel Buren, fruto de su palmeral petrificado, un Juan Mu?oz, en un peque?o balc¨®n abandonado...
OCCIDENTE VISTO DESDE ORIENTE
Abdelwahab Meddeb (comisario)
CCCB. Montalegre, 5. Barcelona
Fundaci¨®n Bancaja (coproducci¨®n)
Hasta el 25 de septiembre
?Saben los escolares de hoy que Irak es la sede de la cultura ab¨¢sida y cuna de la civilizaci¨®n (del mundo), que no podemos quedarnos indiferentes ante el expolio de los grandes monumentos de Sumeria, Babilonia, N¨ªnive y Asiria? En Occidente hemos colocado la identidad por encima del conocimiento de los dem¨¢s. Y ahora Oriente, al que hemos visto como un espacio ex¨®tico o colonizado -fruto de nuestros miedos al "Otro"-, le da la vuelta al espejo. Porque Oriente tambi¨¦n se empieza a cuestionar su identidad, al reseguir en su rostro los surcos que la historia occidental ha marcado en su piel. Miramos al Otro a trav¨¦s de nosotros mismos, comprobamos las semejanzas, pero es importante preguntarnos c¨®mo debemos entenderlas.
La exposici¨®n del CCCB, Occidente visto desde Oriente, resultar¨¢ de gran ayuda, no s¨®lo en su nivel m¨¢s superficial, el museogr¨¢fico, por la cantidad de objetos y documentos distribuidos en siete grandes apartados que abordan desde las Cruzadas hasta los conflictos b¨¦licos actuales, pasando por el viaje a Occidente de las clases dirigentes desde mediados del XIX y su inter¨¦s por coleccionar obras de los grandes pintores europeos; tambi¨¦n, y en un sentido m¨¢s profundo, se impone como una clase magistral a cargo de un excelente comparatista, el tunecino Abdelwahab Meddeb, sobre la compleja relaci¨®n del mundo isl¨¢mico con Europa, hecha de amor y odio, fascinaci¨®n e irritaci¨®n, emulaci¨®n y rechazo; y c¨®mo ese occidentalismo se puede y debe analizar a partir de las condiciones que conforman la mirada de ese individuo oriental fascinado por la revoluci¨®n t¨¦cnica.
Meddeb ha reunido un total de 215 obras, entre manuscritos, miniaturas, mapas, pinturas y fotograf¨ªas, que se mezclan con testimonios de escritores ¨¢rabes y los trabajos de nueve artistas contempor¨¢neos -aunque presentados como subsidiarios, pues sirven m¨¢s como apoyo escenogr¨¢fico que como expresiones individuales-. Hay verdaderas joyas, como los mapas de la geograf¨ªa europea del estudioso ¨¢rabe Al Dr?s? (siglo XII); las miniaturas cristianas hechas por pintores musulmanes, o la iconograf¨ªa religiosa del islam inspirada en los relatos b¨ªblicos y escritos rab¨ªnicos. Y una ¨²ltima lecci¨®n, a modo de esperanzador ep¨ªlogo, que Meddeb resume en esta frase: "Mujeres, entre Oriente y Occidente, separadas por el velo o desveladas (...) recluidas o liberadas, que sienten a veces contra la Ley el deseo de lo extranjero... ellas son, tambi¨¦n en el islam, el futuro de los hombres, como dice Louis Aragon en Le Fou d'Elsa, el poema situado en la Granada ¨¢rabe la v¨ªspera de su ca¨ªda".
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