Los caminos de la tradici¨®n
Los primeros testimonios que se conservan de la literatura castellana son de la misma ¨¦poca que los gallegos, con la diferencia de que estos ¨²ltimos son preferentemente l¨ªricos, y casi siempre con un sustrato religioso, como se muestra en Berceo o en Alfonso X y sus Cantigas de Santa Mar¨ªa, por ejemplo, y resulta curioso ver el biling¨¹ismo de este ¨²ltimo y su escuela de traductores de Toledo, que lo mismo escrib¨ªan en gallego estas cantigas que en castellano el Fuero Juzgo o las Siete Partidas. Estamos en el terreno de las obras maestras, como en el caso de los poemas de los cantares galaico-portugueses, en los de Colocci-Brancuti, Ajuda o los de la Biblioteca Vaticana, una especie de Cancionero general en donde se mezclan textos en los tres idiomas, gallego, portugu¨¦s (que todav¨ªa se diferencian poco) y el castellano. ?Por qu¨¦ raz¨®n las letras gallegas cayeron despu¨¦s en una especie de silencio durante m¨¢s de cuatro siglos? Razones hist¨®ricas, sociales y econ¨®micas dieron al traste con aquel florecimiento inicial. Galicia se encerr¨® en s¨ª misma para hablar su idioma, pero dej¨® de ponerlo por escrito. Pues bien, a principios del XIX se dio un Rexurdimento, un estallido provocado por el final de la Ilustraci¨®n y los principios de un Romanticismo, como siempre tard¨ªos en nuestros lares. Unas minor¨ªas cultivadas provocaron la aparici¨®n de algunos poetas m¨¢s o menos geniales -Rosal¨ªa de Castro, Eduardo Pondal y Curros Enr¨ªquez- que consiguieron una evidente repercusi¨®n y, junto a ellos, habr¨ªa que citar la acci¨®n del viudo de la primera, el fundamental l¨ªder regionalista Manuel Murgu¨ªa, quien llegar¨ªa a ser el primer presidente de la Real Academia Gallega. El caso de Rosal¨ªa, el genio inicial del romanticismo en la poes¨ªa gallega (y en la espa?ola) es tambi¨¦n sintom¨¢tico, pues fue una escritora biling¨¹e, que junto a Follas novas y Cantares galegos escribi¨® en castellano A las orillas del Sar y casi toda su abundante narrativa.
A finales del siglo XIX se han multiplicado las publicaciones, las asociaciones, los profesores se acercan a los temas etnogr¨¢ficos y al ensayismo, y el sentimiento regionalista se plasma en asociaciones, juegos florales, editoriales que crean sus propios grupos como el surgido en torno a Nos y Vicente Risco, y empieza la dial¨¦ctica entre la emigraci¨®n y el ensimismamiento en sus propias ra¨ªces, que es lo que al final est¨¢ triunfando. Ram¨®n Cabanillas, el m¨¢s arraigado Otero Pedrayo, Alfonso Rodr¨ªguez Castelao y otros van configurando una gran panoplia de escritores de primera magnitud. A este respecto cabe destacar figuras como la del poeta Manuel Antonio, Celso Emilio Ferreiro, Uxio Novoneyra, el gran narrador Eduardo Blanco Amor o ?lvaro Cunqueiro. Ambos fueron biling¨¹es y hasta Cela, el ¨²nico premio Nobel gallego, escribi¨® algunas piezas breves, en verso y en prosa, para poder figurar en las listas. El gran poeta Jos¨¦ ?ngel Valente cultiv¨® la poes¨ªa en gallego en Las cantigas de Al¨¦n, pues era ourensano. Mientras tanto, para los gallegos irreductibles, Valle-Incl¨¢n apenas existe por algunas breves cancioncillas sat¨ªricas, pero lo han perdido en su gran teatro y sus espl¨¦ndidas novelas. Y el mejor narrador gallego que fue Gonzalo Torrente Ballester ha desaparecido del mapa ling¨¹¨ªstico gallego, pues no public¨® ni una p¨¢gina en su lengua natal. ?Qu¨¦ derroche, perderse as¨ª tanto genio, por un mal entendido rigor ling¨¹¨ªstico!
Las nuevas generaciones de escritores han crecido bajo este rigor excesivo, al que ha intentado moderar el gran Carlos Casares, director de la editorial Galaxia y de la revista Grial, diputado en la democracia y presidente del Consejo de la Cultura Gallega, desgraciadamente pronto fallecido y autor de una buena obra narrativa. Pero no Xos¨¦ Lu¨ªs M¨¦ndez Ferr¨ªn, independentista radical mientras reivindica sus or¨ªgenes c¨¦lticos, aunque el gran dramaturgo, ensayista y cuentista Rafael Dieste regres¨® a su tierra para desaparecer, tras una gran obra escrita en el exilio, como el ruralista Neira Vilas. El gran cuentista popular ?nxel Fole se mantuvo fiel a s¨ª mismo, mientras Alfredo Conde opt¨® a veces tambi¨¦n por el biling¨¹ismo. Y, mientras tanto, Manuel Rivas opta por el gallego en la l¨ªrica y acierta en la narrativa con algunas peque?as f¨¢bulas sociales y pol¨ªticas, mientras Suso de Toro lo quiere cultivar todo desde una vanguardia anarcoide hasta una ciencia-ficci¨®n o lo policial todav¨ªa crudo, mientras V¨ªctor Freixanes no insiste demasiado en su experimentalismo inicial. Pero los modelos est¨¢n ya lejos y empieza a reinar el mercado, con unas im¨¢genes que nos caen lejanas, lo mejor sigue siendo la l¨ªrica y, junto a la reivindicaci¨®n de los antiguos moldes, hay que reclamarse tambi¨¦n de un biling¨¹ismo consustancial no tanto al pueblo gallego, sino a su sociedad, en su conjunto, y a la necesidad de totalizar una cultura que quedar¨ªa alicorta y estrecha en su tiempo si renunciara a su biling¨¹ismo necesario, pues Galicia es nuestro origen, si sigue fiel a sus grandes modelos, porque es mucho m¨¢s que Galicia, desde luego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.