Negociaci¨®n y v¨ªctimas
Recientemente se ha aprobado en el Congreso de los Diputados de Madrid una resoluci¨®n en la que se se?ala -entre otras cosas y con otras palabras- que los poderes competentes del Estado est¨¢n dispuestos -si se dan las condiciones adecuadas- a abrir una negociaci¨®n con la organizaci¨®n terrorista ETA en el caso de que ¨¦sta d¨¦ muestras claras e inequ¨ªvocas de voluntad de abandono de las armas, y que de dicha negociaci¨®n no se obtendr¨¢ contrapartida pol¨ªtica alguna. Todo ello con el fin de conseguir un final dialogado de la violencia. Esta idea fundamentaba el Pacto de Ajuria Enea, aprobado hace m¨¢s de una d¨¦cada con el apoyo de todos los partidos pol¨ªticos vascos -salvo la entonces HB-. Ahora, y con los mismos t¨¦rminos, ha sido aprobada en Madrid con el apoyo de todos los partidos pol¨ªticos con representaci¨®n, salvo el Partido Popular.
Como hijos de una persona asesinada por ETA, nos vemos obligados a dejarnos guiar por la cabeza y no por las tripas ante una resoluci¨®n como ¨¦sta. Nos duele el hecho de pensar que representantes del pueblo que nos gobierna puedan sentarse a hablar en un hipot¨¦tico futuro con quienes dieron la orden de asesinar a nuestro padre. Pero entendemos que es inevitable y necesario. Creemos que ETA y su mundo -aunque nunca lo reconocer¨¢n- empiezan a asumir internamente su derrota, y creemos tambi¨¦n que, si se dan las condiciones, habr¨¢ que arriesgarse, habr¨¢ que intentarlo. Nos sumamos, por tanto, al viaje a la esperanza iniciado en el Congreso de los Diputados, y manifestamos nuestro apoyo al Gobierno ante el complicado camino que se avecina. Apoyo que nos hace mantenernos a la expectativa de la evoluci¨®n de los acontecimientos, y de la actuaci¨®n que del Gobierno se derive como consecuencia de estos acontecimientos. Un camino en el que todas las fuerzas pol¨ªticas, sin excepci¨®n, deber¨ªan remar en la misma direcci¨®n. Un camino de cuyo final nadie debiera apuntarse el tanto de la victoria, de la misma manera que nadie deber¨ªa torpedearlo para evitar que sean otros quienes consigan lo que ellos no pudieron con otros medios. Al fin y al cabo, la pol¨ªtica antiterrorista debe ser lo que su propio nombre indica, no el arma de batalla, un arma muy f¨¢cil por otra parte, un arma que toca la fibra sensible de muchos, y un arma tremendamente movilizadora.
La resoluci¨®n aprobada en Madrid ha contado con la oposici¨®n del Partido Popular. Para ello, ha vuelto a utilizar a las v¨ªctimas del terrorismo para respaldar y sustentar dicha oposici¨®n. Se ha erigido en portavoz de todas ellas, acusando al Gobierno de traicionar alos muertos -entre los cuales figura nuestro padre-. Desde estas l¨ªneas y desde ahora mismo desautorizamos a los dirigentes del Partido Popular a hablar en nuestro nombre y a utilizar a nuestro padre para la consecuci¨®n de sus fines pol¨ªticos y partidistas. Desautorizamos a sus dirigentes actuales, la mayor¨ªa de los cuales utilizaron el dolor que ETA genera para llegar al poder, lo gestionaron para perpetuarse en el mismo, y pretenden seguir haci¨¦ndolo para conseguirlo otra vez. Ante su falta de recursos y argumentos, intentan apropiarse de manera carro?era de un dolor que no es de ellos sino de todos, para desgastar a un Gobierno y para reforzar sus posiciones. Quiz¨¢ crean que esto les da m¨¢s legitimidad. Desautorizamos a quienes ni nos conocen, ni nunca han hablado con nosotros, ni nos han pedido opini¨®n. Que sepan por tanto que cuando hablan de las v¨ªctimas del terrorismo y de los muertos, no lo hacen ni de nosotros ni de nuestro padre.
A todas las v¨ªctimas del terrorismo, piensen como piensen, y como no puede ser de otra manera, les enviamos el m¨¢s fuerte de los abrazos. A todas nos une el ansia de ver la paz, y el deseo de conseguir que nunca jam¨¢s nadie, piense como piense, pase por lo que nosotros estamos pasando.
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