El origen del superh¨¦roe

Ante el estreno de Batman begins, la primera pregunta que surge en la mente es por qu¨¦ alguien como Christopher Nolan, autor de la excelente Memento y de la notable Insomnia, se atreve con una nueva adaptaci¨®n del c¨®mic del hombre murci¨¦lago. Sobre todo cuando a¨²n est¨¢n recientes cuatro entregas de sus aventuras, dos de ellas dirigidas por un nombre tan incontestable como Tim Burton. La respuesta, evidentemente, es clara: porque Nolan piensa que tiene virtudes que aportar a la tipolog¨ªa del personaje y al c¨ªrculo vital donde ¨¦ste se desarrolla. Y a fe que, a lo largo de buena parte de la pel¨ªcula, lo demuestra.

Los 50 primeros minutos de Batman begins, los que ilustran el origen del protagonista, c¨®mo un ni?o rico que hereda un imperio empresarial termina pas¨¢ndose al lado claro de la vida y convirti¨¦ndose en el azote de los villanos de una gran ciudad, son magn¨ªficos. Incluso el p¨²blico que no sea demasiado fan¨¢tico de los c¨®mics sabr¨¢ captar la esencia de un personaje que, por momentos, resulta apasionante y de una pel¨ªcula que despliega un ideario de plena actualidad a trav¨¦s del dibujo de unos malvados (cuyos discursos parecen r¨¦plicas de los de Osama Bin Laden) que resultan mucho m¨¢s peligrosos y mucho menos infantiloides que el Joker o el Ping¨¹ino de los filmes de Burton.

Fr¨ªa iconograf¨ªa

Sin embargo, es enfundarse Christian Bale el disfraz de Batman, y la pel¨ªcula se viene abajo porque se convierte en m¨¢s de lo mismo. Resulta sorprendente c¨®mo la gran mayor¨ªa del cine de aventuras, acci¨®n y ciencia-ficci¨®n de Hollywood, llegado un punto del metraje de sus productos, s¨®lo es capaz de ofrecer un cl¨®nico tras otro, con secuencias absolutamente intercambiables y personajes que s¨®lo muestran un esbozo de lo que podr¨ªan dar de s¨ª. Podemos hablar de Matrix, de Blade, de X-Men, de Misi¨®n imposible o de Elektra, pero parece que el combate de artes marciales, la persecuci¨®n en coche m¨¢s o menos evolucionado (aqu¨ª, el batm¨®bil), la lucha-desenlace entre protagonista y antagonista y el ep¨ªlogo abierto parecen inevitables.

Aun as¨ª, hay algo m¨¢s que distingue (para bien) a Batman begins de otros productos semejantes: que frente a la est¨¦tica g¨®tica de las dos adaptaciones de Burton, Batman (1989) y Batman vuelve (1992), Nolan ha sabido aportar una iconograf¨ªa distinta, mucho m¨¢s fr¨ªa y menos esteticista.