El cambio est¨¢ en el Camino
Despegue del turismo en las zonas por donde pasan las rutas de peregrinos hacia Compostela
El interior de Galicia se despuebla. ?Todo? No. La afluencia de peregrinos marca un cambio en las zonas por las que pasan los caminos hacia Compostela. ?Gente joven que se va a vivir a zonas del interior? Pues s¨ª. Toda una revoluci¨®n. Y donde m¨¢s se nota es en el Camino Franc¨¦s. De Pedrafita do Cebreiro a la capital, pero con una continuaci¨®n cada d¨ªa m¨¢s popular hasta Fisterra, donde el sol muere en el mar y los peregrinos queman su ropa para comenzar una vida nueva. "Este a?o, el 70% de quienes piden informaci¨®n lo hace para seguir hasta Fisterra", dicen en la oficina de Xesti¨®n do Xacobeo, en la r¨²a Quintana de Santiago. Su alcalde, Xos¨¦ A. S¨¢nchez Bugallo (PSOE-PSdG), mantiene que el crecimiento de la ciudad se sustenta tanto en la presi¨®n de peregrinos y turistas como en los planes municipales, sobre todo el de rehabilitaci¨®n del Casco Vello. "El Camino se ha recuperado en los ¨²ltimos 15 a?os como espacio de encuentro y tolerancia, como fue en los siglos XI y XII, cuando Galicia era el centro del mundo", dice. "Y cada vez hay m¨¢s caminantes no cat¨®licos, y no creyentes". De ah¨ª la moda de llegar a Fisterra.
En la comarca de Ulloa se han instalado en los ¨²ltimos a?os muchos j¨®venes emprendedores
Ver para creer. En todo el centro de Galicia, la comarca de la Ulloa es un ejemplo de la sorpresiva tendencia que atrae a los j¨®venes en vez de echarlos. En su mayor parte luguesa, su territorio comparte esquina con A Coru?a y Pontevedra. Interior, interior. Y despegando.
Con cerca de 11.500 habitantes, seg¨²n contabiliza el alcalde de Palas de Rei -uno de los tres ejes de la comarca con Monterroso y Antas de Ulla-, el repunte de poblaci¨®n joven es "esperanzador". "Lo estamos notando desde hace unos dos a?os", describe Fernando Pensado, del PP y con m¨¢s de 20 a?os como regidor. "Profesionales que vienen a vivir de Madrid, de Catalu?a, de toda Galicia. Encuentran comodidades y ciertas expectativas de trabajo", y desgrana una retah¨ªla de atractivos en dotaciones p¨²blicas (colegios, centros de salud...), despu¨¦s de destacar el aumento del n¨²mero de camas en esta zona, desde que en 1993 se reactiv¨® el Camino de Santiago con la apertura masiva de albergues a cuenta de la Xunta.
Pero el verdadero impulso a la zona viene de la mucha iniciativa y energ¨ªa de sus habitantes. A pocos kil¨®metros de Palas, despu¨¦s de atravesar bosques de robles y casta?os centenarios que dan un aire meigo, se llega a la Parada das Bestas. Jes¨²s (Suso) Santiso y Mar¨ªa Varela regentan esta casa rural en una antigua escuela del siglo XIX. Su restaurante es famoso en toda Galicia. El toque creativo lo pone Suso que, aunque de padres de la zona, naci¨® en Bilbao y algo le queda. La calidad de lo que se come, "los productos, todos de aqu¨ª". Hortalizas cultivadas seg¨²n criterios biol¨®gicos, queso de denominaci¨®n de origen Ulloa, carnes de ternera rubia, cap¨®n "criado a su aire", huevos ecol¨®gicos. Todo, de empresas regentadas por gente en su mayor¨ªa menor de 40 a?os. La econom¨ªa se sustenta en la colaboraci¨®n entre todos: lo que uno fabrica, el otro lo pone en su mesa.
Suso volvi¨® de Bilbao hace doce a?os. Poco despu¨¦s compr¨® esta propiedad, la fue rehabilitando y ahora ¨¦l, Mar¨ªa y su hija de un a?o viven de ella. "La luna de miel la pasamos pintando", y se?ala el techo de madera del comedor.
"Son un ejemplo de las nuevas parejas j¨®venes que montan sus negocios para vivir de ellos y quedarse aqu¨ª", explica Juan G¨®mez, gerente de la Fundaci¨®n Comarcal da Ulloa. En la sobremesa, comentan que hay menos peregrinos, porque no es A?o Santo. "Pero viene gente de todas partes, acaban de pasar unos de Jap¨®n, Canad¨¢ y Sur¨¢frica". Tambi¨¦n comentan el proyecto de la piscina climatizada con c¨¦lulas fotovoltaicas para esta casa rural. El fomento de las energ¨ªas alternativas es uno de los caballos de batalla para el desarrollo de la comarca. "Entre otras obras, subvencionamos la instalaci¨®n de placas solares", contin¨²a el gerente. "Por ejemplo, en el Balneario de Pambre. Pensaban colocar gasoil, pero les convencimos para que instalaran las placas, y el ahorro en energ¨ªa es muy elevado".
Lo confirma uno de los tres socios del balneario, dos m¨¦dicos y un ejecutivo de una multinacional de la confecci¨®n. El centro toma sus aguas de una fuente termal a dos kil¨®metros. "Lo m¨¢s costoso fue conseguir la declaraci¨®n de las aguas como minero-medicinales; despu¨¦s ya los bancos cedieron un poco". En 20 meses ya estaba funcionando este hotel, con once habitaciones y dos pallozas con una docena, que da empleo a 14 personas. En el men¨², con carta vegetariana, aparecen de nuevo productos ecol¨®gicos (huevos, yogures, carnes), de los fabricantes locales.
El balneario se levanta frente al r¨ªo del mismo nombre y un impresionante bosque. Sobre la riqueza vegetal de la zona gira la conversaci¨®n. Dentro de poco pondr¨¢n en marcha la Red de Custodia del Territorio Bosques de la Ulloa, una asociaci¨®n para defender los ¨¢rboles, mediante la compra de zonas antes de su talado, "muy semejante a una iniciativa similar que hay en Catalu?a", seg¨²n Juan G¨®mez. Este tema tiene mucho predicamento entre los j¨®venes vecinos de la Ulloa. Todos se van a apuntar.
Como los tres amigos que en mayo de 2001 montaron Milhulloa, una cooperativa que se dedica al "ciclo completo" de plantas medicinales ecol¨®gicas: siembra, recolecci¨®n, secado, almacenado y comercializaci¨®n. Chus Exp¨®sito y Carmela Vali?o instalaron "primero un chiringuito para vender bocatas a los peregrinos, en 1999". Para esta empresa aprovecharon 22 hect¨¢reas de la familia, agrupadas gracias a la concentraci¨®n parcelaria. De la parte econ¨®mica se encarga Xaqu¨ªn L¨®pez. Ahora van a vender hortalizas desecadas a una cadena de grandes almacenes. "Por fin vamos a poder adjudicarnos un sueldo". Les vendr¨¢ bien, entre otras cosas para enchufarse a Internet. "Ahora tenemos que aprovecharnos de los amigos que tienen banda ancha, porque para la conexi¨®n telef¨®nica nos piden cinco millones de las antiguas pesetas", protesta Xaqu¨ªn. "Oye, Juan", dice Chus de pronto: "que se nos ha ocurrido un recorrido muy bueno para montar fines de semana activos para los turistas". Las ideas surgen de esta gente delante del espectador. No paran. Son nuevas oportunidades de negocio. Y todos lo saben.
Pero no todo son inquietudes econ¨®micas. Cristina Varela, la mayor conocedora de los petroglifos del lugar, se dedica a ense?arlos "sin cobrar nada" a quien quiera verlos. "Quien los conoce quiere preservarlos", afirma. Y la original Orde das Donas e Cabaleiros do Priorato de Vilar das Donas -donde se ubica una de las iglesias m¨¢s importantes del camino- se ha erigido en azote de poderosos. "Si, por ejemplo, hay un vertedero descontrolado y no lo limpian, primero escribimos al alcalde", describe uno de sus diez miembros. "Si no nos hace caso, al conselleiro, luego al presidente de la Xunta, y despu¨¦s, al Rey o al cardenal Rouco Varela". Esta asociaci¨®n promueve desde teatro de aficionados hasta rehabilitaciones arquitect¨®nicas.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, mucho m¨¢s all¨¢, la hospitalera de Fisterra, Bego?a Valdemar, asegura que este a?o han llegado ya m¨¢s peregrinos de los que lo hicieron en la misma ¨¦poca de 2004, el Santo. "Todos son GR, de gran recorrido, con m¨¢s de 800 kil¨®metros a sus espaldas". Entre ellos, un japon¨¦s, un canadiense "que viene en bicicleta"... y una pareja de surafricanos con su hijo de un a?o en la mochila. Los mismos que pasaron por Palas de Rei. Todos buscando una nueva vida.
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