A pesar de las apariencias, algo se mueve en Galicia
Aparentemente, los gallegos han votado como gallegos; es decir, parece como si no se supiese bien si suben o bajan; o mejor dicho, si se mueven hacia la izquierda o hacia la derecha. Aparentemente, porque bien mirado los resultados electorales dicen claramente que algo se mueve en Galicia. La sociedad gallega quiere experimentar innovaciones pol¨ªticas muy similares a las que se han puesto en marcha en Catalu?a. De hecho, el tripartito y Pasqual Maragall y Carod Rovira han estado muy presentes en todo el debate electoral. Pienso, como dir¨¦ m¨¢s adelante, que la experiencia catalana influir¨¢ en la combinaci¨®n de pol¨ªticas del nuevo Gobierno bipartito gallego.
Por lo dicho, mi opini¨®n es que el cambio ya se ha producido en Galicia. Pero a los gallegos nos gusta dudar hasta el ¨²ltimo momento, como ha demostrado el comportamiento del Celta en su reciente ascenso a primera, y nos hemos dado una pr¨®rroga. Pero esta pr¨®rroga que falta por jugar en el partido electoral gallego -es decir, la contabilizaci¨®n de los votos de los emigrantes- no alterar¨¢, seg¨²n mis pron¨®sticos, el resultado conocido. El disputado esca?o de Pontevedra no se inclinar¨¢ hacia Manuel Fraga. El Partido Popular necesita un n¨²mero de votos que le permita recuperar los 8.000 que le separan de ese esca?o en Pontevedra. Eso significa, seg¨²n los propios c¨¢lculos de Fraga en la noche electoral, hacerse con el 70% de los votos de los emigrantes que votan en Pontevedra.
El voto del emigrante es un voto muy racional, poco ideol¨®gico o costumbrista
A mi juicio, eso no es posible. La raz¨®n es que, contra lo que a veces se piensa, el voto del emigrante es un voto muy racional, poco ideol¨®gico o costumbrista. Al emigrante lo que le interesa es que le garanticen el disfrute de aquellos derechos o privilegios de los que dispondr¨ªa si viviese en Espa?a. En concreto, el derecho a la pensi¨®n y el derecho a la sanidad p¨²blica. Y eso el que se lo garantiza es el Gobierno del Estado. Si esta hip¨®tesis es v¨¢lida, el voto de la emigraci¨®n gallega en estas elecciones tender¨¢ a alinearse con el color del Gobierno que ahora hay en Madrid, de la misma forma que en las anteriores se decant¨® por el Partido Popular, y m¨¢s atr¨¢s por los gobiernos socialistas de Felipe Gonz¨¢lez.
Por cierto, aunque no sea el momento de ponerlo a discusi¨®n, creo que el papel del voto emigrante en las elecciones regionales merece una reconsideraci¨®n. Sin duda, la magnitud del peso del voto emigrante en Galicia constituye una peculiaridad gallega con visos de anomal¨ªa. ?Qu¨¦ sentido democr¨¢tico tiene que personas que viven fuera desde hace m¨¢s de medio siglo y que en muchos casos no han nacido ya en Galicia, como son los hijos y nietos, decidan qui¨¦n ha de gobernar los asuntos cotidianos de la gente que vive en Galicia? ?Qu¨¦ sentido funcional tiene que decidan qu¨¦ carreteras se hacen, d¨®nde se ponen las nuevas escuelas u hospitales, o qu¨¦ actividades econ¨®micas se fomentan con los fondos p¨²blicos? Me parece justo que los emigrantes tengan derecho a voto en las elecciones generales para el Parlamento espa?ol, pero no veo ni justo ni eficiente que decidan qui¨¦n ha de gobernar los asuntos cotidianos de la comunidad concreta de origen. Francia, con un problema similar pero de much¨ªsima menos trascendencia electoral, ha creado una circunscripci¨®n electoral para franceses que residen fuera, que de esa manera tienen voz y representaci¨®n en el Parlamento nacional, pero no en las regionales. En todo caso, ¨¦ste es un tema que s¨®lo podr¨¢ ser abordado cuando el voto emigrante haya perjudicado por igual a unos y otros.
En todo caso, el mapa de los resultados electorales del domingo es una buena radiograf¨ªa pol¨ªtica de la sociedad gallega y de las transformaciones econ¨®micas, sociales y demogr¨¢ficas que est¨¢n teniendo lugar en su seno. Recoge e identifica claramente las dos Galicias existentes: la urbano-mar¨ªtima, formada por el eje que va desde Ferrol hasta Vigo, pasando por A Coru?a y Pontevedra, que tiene un fuerte dinamismo econ¨®mico y demogr¨¢fico, y por otro lado, la Galicia interior, centrada en las provincias de Ourense y Lugo, con escaso dinamismo econ¨®mico y un fuerte retroceso demogr¨¢fico y envejecimiento poblacional. La primera ha hecho mayoritariamente una opci¨®n a la izquierda y al nacionalismo, mientras que la segunda, con motivos para no querer arriesgar, ha votado de forma clara por los conservadores.
Pero m¨¢s all¨¢ de este comportamiento electoral moderno, hay dos resultados importantes que marcar¨¢n las pol¨ªticas del nuevo Gobierno. El primero es que en todos los ¨¢mbitos territoriales, ya sean urbanos, semiurbanos o rurales, el voto se ha movido hacia el cambio de alternativa pol¨ªtica, en particular hacia el Partido Socialista Galego de Touri?o. Lo hace, eso s¨ª, de forma minimalista y a veces casi imperceptible, pero eso es tambi¨¦n coherente con la propia naturaleza del gallego, que practica el minifundismo hasta en sus comportamientos electorales y por eso es poco propicio a los cambios acompa?ados de mucho ruido y a las derrotas dulces; se trataba de sustituir a don Manuel, pero sin sangre ni afrentas in¨²tiles. El segundo hecho que destacar es la ca¨ªda, tambi¨¦n en las cuatro provincias, del voto de los nacionalistas. Mi impresi¨®n es que estos dos hechos, unidos a la experiencia del tripartito, marcar¨¢n las pol¨ªticas del nuevo Gobierno bipartito gallego, en el sentido de que pondr¨¢n el acento y las prioridades m¨¢s en los problemas reales y en la recuperaci¨®n del atraso econ¨®mico de Galicia que en reinvindicaciones identitarias.
Mi conclusi¨®n, de acuerdo con mi hip¨®tesis sobre el comportamiento racional de los emigrantes, es que, a pesar de las apariencias, el cambio ha llegado ya a Galicia y que la pr¨®rroga que durar¨¢ hasta el lunes 27 no alterar¨¢ el resultado. Ahora bien, haciendo de gallego, siempre es posible que sea todo lo contrario. En ese caso recordar¨¦ lo que en una ocasi¨®n me dijo Ernest Lluch cuando en el proceso de elaboraci¨®n de mi tesis doctoral le fui a plantear mis dudas sobre si no estar¨ªa defendiendo una tesis err¨®nea. "Chaval", me dijo, "sigue adelante, no sabes lo famoso que te puedes hacer siendo conocido como aquel que defendi¨® una tesis err¨®nea". El lunes lo sabremos.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona.
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