En el no-lugar
Galardonados con el gran premio de escultura de la Bienal de Venecia de 1990, el matrimonio alem¨¢n formado por Bernd Becher (Siegen, 1931) y Hilla Wobeser (Potsdam, 1934) comenzaron a trabajar juntos en 1959. Desde entonces, han usado un medio que permite que la colaboraci¨®n entre dos artistas se diluya de por s¨ª: el soporte fotogr¨¢fico, pero, adem¨¢s lo han empleado de forma intencionadamente estereotipada, serial, neutra. En todo caso, siempre ha sido y sigue siendo cuestionable si la obra que producen pertenece realmente a la fotograf¨ªa como medio o a lo que fotograf¨ªan: prototipos de la arqueolog¨ªa industrial, cuya peculiar traza desdibuja la frontera entre la construcci¨®n ingenieril o la escultura, en la medida en que en ¨¦sta como en aqu¨¦lla, a diferencia de la arquitectura, su exterior es su interior o viceversa. La contemplaci¨®n de sus iconos ha despertado un fascinado inter¨¦s por un tipo de edificaciones, que s¨®lo muy recientemente van logrando un aprecio est¨¦tico, pero sea cual sea este aprecio, lo importante de su trabajo es la secuencia de formas que nos remiten al minimal art, una tendencia que ha hecho escultura a trav¨¦s de los materiales, escenarios y situaciones m¨¢s diversos, y, en especial, a trav¨¦s de la fotograf¨ªa.
BERND & HILLA BECHER 'Tipolog¨ªas'
Fundaci¨®n Telef¨®nica
Gran V¨ªa, 28. Madrid
Hasta el 7 de agosto
El grado cero de expresividad es tambi¨¦n una de las notas caracter¨ªsticas que remiten a los Becher a la escultura minimalista, aunque hacer ¨¦nfasis en ello no comporta una cuesti¨®n de clasificaci¨®n acad¨¦mica por g¨¦neros, sino adentrarse en la compleja densidad de sus im¨¢genes "neutras". En relaci¨®n a esta aparente "neutralidad", hay que decir que la tipolog¨ªa repetida por los Becher, tanto la de los exteriores como la de los interiores fabriles, no s¨®lo est¨¢ cargada de connotaciones formalistas, sino tambi¨¦n simb¨®licas. En cierta manera, practican, a mi modo de ver, una suerte de ready made visual, lo que les proporciona una retracci¨®n econ¨®mica incomparable, pero sin p¨¦rdida de la riqueza de significados. En este aspecto, no hay minimalista que los supere, lo cual es decir mucho por cuanto todos los grandes de esta orientaci¨®n son maestros de la reducci¨®n formal. Por todo ello, cuando los incorpor¨® Szeemann a la Documenta 5, de 1972, no hizo un gesto de legalizaci¨®n art¨ªstica, como a veces se dice, de la fotograf¨ªa o el v¨ªdeo, sino un aut¨¦ntico ensanchamiento del signo art¨ªstico a favor o por medio de la escultura, ese tan fecundo "no-lugar" que ha dado las mejores cosas de la vanguardia residual.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.