Historia de dos camisetas
Punta del Este, Uruguay, septiembre de 1986. A primera vista puede parecer extra?o que esas sean fecha y lugar de nacimiento de la impresionante avalancha de productos textiles chinos que est¨¢ arrasando los mercados occidentales y que ha llevado a la Uni¨®n Europea y a China al borde de una guerra comercial. Sin embargo, es justo ese el simb¨®lico punto de arranque de un fen¨®meno que, a pesar del reciente acuerdo de limitaci¨®n a las exportaciones del pa¨ªs oriental, est¨¢ haciendo temblar a un sector que en la UE factura 213.000 millones de euros y da trabajo a unos dos millones y medio de personas. Un fen¨®meno que representa la punta de un iceberg enorme -y creciente- como el peso comercial que China va ganando en los mercados mundiales.
En China es casi infinita la mano de obra disponible "al coste medio de 60 c¨¦ntimos de euro la hora. En Espa?a es 12; en Francia, 17, y en M¨¦xico, 2", seg¨²n Bustelo
En Punta del Este, en 1986, se pusieron en marcha las negociaciones de la Ronda de Uruguay de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. Con un acuerdo alcanzado ocho a?os m¨¢s tarde, la Ronda sell¨® la muerte progresiva del sistema de cuotas que proteg¨ªa los mercados textiles occidentales. "Lo esencial es entender que la liberalizaci¨®n del sector viene de all¨ª. Y que es s¨®lo una parte de un acuerdo mucho m¨¢s amplio y muy complejo", se?ala Federico Steinberg, profesor del departamento de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Precisamente, la liberalizaci¨®n del textil es la compensaci¨®n para los pa¨ªses en desarrollo de los beneficios obtenidos por los desarrollados con otros acuerdos, en materia de telecomunicaciones y propiedad intelectual, por ejemplo. No se puede olvidar eso. Por supuesto hay que luchar contra la competencia desleal y siempre es deseable que las transiciones sean suaves. Pero, a nivel global, hay que tener presente d¨®nde est¨¢n las cosas y qu¨¦ representan".
El desangramiento del sector
Naturalmente, al sector textil de los pa¨ªses occidentales, puesto en el altar del sacrificio en la Ronda de Uruguay y preocupado por su propia supervivencia, poco le pueden importar los equilibrios globales. Las cifras del sector dise?an la trayectoria de un desangramiento. En la ¨²ltima d¨¦cada se han perdido en Europa unos 800.000 puestos de trabajo. En Espa?a, s¨®lo en 2004, unos 15.000.
"Es brutal. La primera oleada de liberalizaciones, en 2002, ya fue un golpe duro", recuerda Sergio Teijeiro, gerente de Archymoda, una empresa de confecci¨®n de la Comunidad de Madrid que da empleo a unas 60 personas directamente y a unas 400 indirectamente. "Pero lo de ahora es peor. Es imposible luchar contra pantalones a 43 c¨¦ntimos. Est¨¢ claro que los chinos hacen trampas. Nosotros intentamos aguantar, pero si la cosa sigue as¨ª, tendremos que abandonar la producci¨®n y convertirnos en intermediarios. Y, con la producci¨®n, adi¨®s a los puestos de trabajo. Un desastre del que los consumidores, en todo caso, no se benefician, ya que si el precio de producci¨®n es bajo, el de la venta al detalle no lo es tanto. Los distribuidores se llevan todo. Una cat¨¢strofe. Y el reciente acuerdo entre UE y China no cambia nada", comenta el gerente.
El acuerdo al que se refiere Teijeiro fue sellado por el comisario europeo del Comercio, Peter Mandelson, y el ministro chino Bo Xilai, el pasado 11 de junio. Como repetidamente se ha se?alado en la prensa, el acuerdo impide que las exportaciones de 10 productos clave, entre los que se encuentran pantalones y camisetas, aumenten m¨¢s del 8%, 10% o 12%, seg¨²n los productos. "Lo que no se ha subrayado tanto es que la base sobre la que se calculan estas limitaciones incluye nueve meses de 2004 y los primeros tres de 2005, precisamente los de la avalancha", comenta Salvador Maluquer, secretario general del Consejo Intertextil Espa?ol (CIE), la mayor patronal del sector, que representa a unas 6.800 empresas que dan trabajo a 243.000 personas. "Esto significa que si en 2004 llegaron a Europa 208 millones de camisetas y camisas, en 2005 podr¨¢n llegar 491", prosigue Maluquer.
Ante eso, y ante la posibilidad de infringir los l¨ªmites exportando a trav¨¦s de otros pa¨ªses, Teijeiro opina que el acuerdo "no sirve para nada". Maluquer considera el acuerdo "positivo, pero insuficiente". Aunque con palabras m¨¢s prudentes, el secretario general del CIE comparte las acusaciones de Teijeiro. "Un pantal¨®n a 43 c¨¦ntimos no cubre ni el precio de la materia prima. Y que se eludan las cuotas es evidente e inevitable. Por ejemplo, es curioso que, mientras los 15 miembros de la UE hasta la ampliaci¨®n est¨¢n sumergidos de textil chino, en muchos de los 10 nuevos miembros haya bajado, en 2005, la cantidad de importaciones. La explicaci¨®n es que hasta 2004 China utilizaba esos pa¨ªses para eludir las cuotas. Desde all¨ª introduc¨ªa los productos en la UE. Desde enero ya no hac¨ªa falta, y las estad¨ªsticas lo reflejan".
Pero, m¨¢s all¨¢ de la dudosa eficacia del acuerdo y de las presuntas infracciones -sobre las que el Gobierno espa?ol mantiene abiertas las investigaciones-, la avalancha del textil chino adquiere un significado trascendente cuando se entiende que se trata del trueno que anuncia la tempestad. Las recientes alarmas en el sector del calzado parecen confirmarlo.
La base de la competitividad del pa¨ªs oriental reside en elementos que pueden apoyar muchos tipos de exportaciones, como la casi infinita mano de obra disponible "al coste medio de 60 c¨¦ntimos de euro la hora. En Espa?a es 12; en Francia, 17, y en M¨¦xico, 2", seg¨²n se?ala Pablo Bustelo, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Complutense e investigador principal (para Asia-Pac¨ªfico) del Real Instituto Elcano, sirve para muchas producciones. El mismo discurso vale para factores como: la subestimaci¨®n de la divisa china, el yuan, respecto al euro; los subsidios estatales a las empresas; un sistema de cr¨¦dito p¨²blico con condiciones m¨¢s ventajosas que las de mercado; la posibilidad de hacer econom¨ªas de escala debido a las grandes dimensiones.
"Se trata de elementos que han sido, o siguen siendo, aprovechados por los pa¨ªses occidentales", coinciden Bustelo y Steinberg. "Espa?a ha atra¨ªdo inversiones por dos d¨¦cadas gracias a un bajo coste del trabajo", recuerda Steinberg. "De la misma forma, hay que subrayar que la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n de la UE no es nada menos que un enorme sistema de subsidios", prosigue el analista. Si a esto se a?ade que la devaluaci¨®n de la divisa ha sido una pol¨ªtica habitual de muchos pa¨ªses (Italia, por ejemplo, en el pasado, y EE UU ahora mismo), resulta claro que ser¨ªa hip¨®crita reprochar a los dem¨¢s lo que uno mismo hace.
Ante ese escenario, la soluci¨®n es "reposicionarse m¨¢s arriba en la escala de valores", se?ala Steinberg. "?Pero c¨®mo me reposiciono yo m¨¢s arriba?", se pregunta Teijeiro. "El textil es un sector de baja intensidad tecnol¨®gica, luego ir m¨¢s arriba s¨®lo se puede hacer con una mayor calidad de la ropa". Pero uno no se convierte en Armani con s¨®lo quererlo. Y mientras tanto, en China se est¨¢n construyendo unas 4.000 plantas textiles.
El sujetador de la sospecha
UN MISMO SUJETADOR, tres precios totalmente distintos. "La historia es muy significativa", comenta Salvador Maluquer, secretario general del Consejo Intertextil Espa?ol, la mayor patronal del sector. "Se trata de unos datos que nos facilita una empresa textil con plantas en Espa?a y en China [que no quiere que se desvele su nombre, por mantener secretos sus costes de producci¨®n], seg¨²n los cuales la fabricaci¨®n de un sost¨¦n que requiere 11 minutos de elaboraci¨®n cuesta en su planta espa?ola 5,85 euros. El mismo art¨ªculo, producido en su planta china, e incluidos los costes de transporte y los aranceles, cuesta 3,35. Una diferencia notable. Sin embargo, en el mercado se encuentra la misma prenda a un euro. Datos como ese alimentan nuestras dudas", explica Maluquer.
?C¨®mo es posible que, incluso fabricando en China, los costes sigan siendo m¨¢s del triple? ?C¨®mo es posible que se hallen pantalones a 43 c¨¦ntimos cuando el precio medio es 6 euros? Esas preguntas no se las hicieron s¨®lo las patronales del sector, y, actualmente, el Ministerio de Industria y la Agencia Tributaria investigan el flujo de importaciones.
Los an¨¢lisis de mercado se?alan la existencia de dos circuitos distintos: uno, compuesto por importadores tradicionales y en el que los precios se mantienen sustancialmente estables con respecto al 2004, y otro, integrado por firmas desconocidas, titulares de nuevas licencias de importaci¨®n, en el que los productos circulan a precios sustancialmente inferiores. Sobre este segmento se concentran las investigaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.