El ¨²ltimo serm¨®n del predicador de Am¨¦rica
El reverendo Graham, asesor de presidentes y que ayud¨® a Bush a dejar la bebida, se despide del p¨²lpito en Nueva York con 86 a?os
Billy Graham, el predicador por excelencia en EE UU, se despidi¨® este fin de semana de sus feligreses en la que ser¨¢ seguramente su ¨²ltima cruzada espiritual. Nueva York fue la ciudad escogida. La misma que le lanz¨® al estrellato en 1957, con el Madison Square Garden como escenario. El emotivo acto que cierra el c¨ªrculo de su carrera religiosa culmin¨® la madrugada del s¨¢bado al domingo con un serm¨®n en el parque Meadows, en Queens. El s¨¢bado acudieron a la cita 80.000 seguidores llegados de todo el pa¨ªs, que soportaron estoicamente el fuerte calor h¨²medo de la noche neoyorquina.
La edad y la enfermedad han hecho de Billy Graham una persona m¨¢s tolerante y moderada, que contrastan con la pasi¨®n y divisi¨®n que suscitaban sus discursos hace algunas d¨¦cadas. El popular predicador tiene ahora 86 a?os y se mantiene en pie gracias a un andador que utiliza para moverse a ra¨ªz de una fractura p¨¦lvica y de cadera. Adem¨¢s, padece c¨¢ncer de pr¨®stata, Parkinson y serios problemas de hidrocefalia. No hace mucho lleg¨® a pensar que se mor¨ªa y ahora su mundo lo limitan las paredes de su casa en Montreat, en Carolina del Norte, donde est¨¢ confinado junto a su esposa, Ruth, tambi¨¦n enferma.
Su mensaje ha llegado durante cinco d¨¦cadas a 210 millones de personas en 185 pa¨ªses
Graham es la principal figura religiosa del movimiento evangelista protestante en EE UU y salt¨® a la luz a ra¨ªz de su primera gran cruzada en Los ?ngeles, en 1949. Las estad¨ªsticas hablan de que los sermones de Billy Graham han llegado durante las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas a m¨¢s de 210 millones de personas en 185 pa¨ªses, entre los que se encuentran l¨ªderes de todo el mundo como Bill Clinton, uno de los cuatro presidentes que han recibido su consejo espiritual. Tambi¨¦n Harry Truman o el propio George W. Bush, al que ayud¨® en 1985 a abandonar el alcohol y dar un rumbo fijo a su vida.
Clinton no falt¨® el s¨¢bado a la agridulce despedida en Queens y, micr¨®fono en mano, dijo del pastor que es "un hombre de amor" que vive de acuerdo con su fe. El predicador cautiv¨® a Clinton cuando, a finales de los a?os cincuenta, se neg¨® a dar su serm¨®n ante un p¨²blico en Arkansas en el que los negros hab¨ªan sido segregados. "Le amo desde entonces", reconoci¨® el ex presidente, que acudi¨® al emotivo acto junto a su esposa, la senadora Hillary. Graham le respondi¨® invit¨¢ndole a que se convierta en un nuevo evangelizador y deje a Hillary "dirigir el pa¨ªs".
Su ¨²ltimo p¨²lpito era simple, de madera, con una ¨²nica cruz pero con una potente iluminaci¨®n que hac¨ªa emerger la d¨¦bil figura de Billy Graham entre la penumbra del parque. Su pen¨²ltimo serm¨®n -traducido a 20 lenguas- lo dedic¨® a los j¨®venes, que le interrumpieron en cinco ocasiones con aplausos. "Los j¨®venes quieren ser amados, reconocidos como individuos, aceptados y escuchados. Quieren seguridad, autoridad, disciplina y alguien en quien creer, para satisfacer sus corazones", remach¨® mientras les ped¨ªa que se acercaran al Se?or. Y para cautivarlos cit¨® a Madonna, Bono y el ¨²ltimo episodio de La guerra de las galaxias.
Graham es uno de los pocos predicadores que no se han visto envuelto por esc¨¢ndalos. El veterano evangelista est¨¢ considerando la posibilidad de dar un ¨²ltimo serm¨®n en Londres en noviembre. Pero su hijo y sucesor, el reverendo Franklin Graham, evita crear falsas expectativas. Adem¨¢s, no quiere apartarse del lado de su mujer. Franklin ayudaba a Billy Graham a moverse por el escenario mientras detr¨¢s del p¨²lpito un equipo m¨¦dico de emergencia estaba alerta.
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