Inversi¨®n espa?ola en Am¨¦rica Latina: diversificaci¨®n o desidia
El autor sostiene que las empresas espa?olas y los gestores pol¨ªticos no pueden seguir una pol¨ªtica de distanciamiento con la regi¨®n.
En las ¨²ltimas semanas aparecen referencias en la prensa a la "ofensiva de los conquistadores empresariales espa?oles" en tierras tradicionalmente ajenas a la inversi¨®n espa?ola. Las incursiones de Telef¨®nica en Chequia; Acciona en Australia; Metrovacesa en Francia, o del BBVA y el SCH en Italia o el Reino Unido no ser¨ªan sino los elementos m¨¢s se?alados de esta tendencia de, deseablemente, mayor aliento.
A veces, la diversificaci¨®n en el destino de la inversi¨®n se contrapone a una supuesta desidia empresarial respecto de la inversi¨®n en Am¨¦rica Latina para explicar la importante ca¨ªda de la misma, que pas¨® de 27.700 millones de euros en 1999 a los 6.100 millones de 2004. Esta ¨²ltima cantidad representa tan s¨®lo el 14,4% de la inversi¨®n espa?ola directa en el exterior y menos del 0,8% del PIB nacional, mientras en 1999 representaba el 65% y el 5%, respectivamente.
Am¨¦rica Latina recib¨ªa un 65% de la inversi¨®n directa espa?ola en 1999, ahora s¨®lo un 14%
La diversificaci¨®n geogr¨¢fica del destino de la inversi¨®n es bienvenida: explicita en el mercado el nivel de competitividad alcanzado por las empresas, capaces ahora de acometer mercados anteriormente mirados con recelo, al tiempo que habla del esfuerzo de reestructuraci¨®n realizado y de la capacidad de las empresas para reducir deuda y generar tesorer¨ªa. Por otra parte, la diversificaci¨®n de las carteras y del riesgo-pa¨ªs contribuyen a reducir la volatilidad de las cuentas de resultados, as¨ª como a dar estabilidad al mercado financiero y a la econom¨ªa espa?ola.
Ahora bien, si a la larga se manifestase correcto el argumento de la desidia, traducido en la dr¨¢stica p¨¦rdida del inter¨¦s de Am¨¦rica Latina para los inversores, y por extensi¨®n para la pol¨ªtica exterior, podr¨ªamos vernos abocados a resultados no deseables: las empresas perder¨ªan una importante cuota en mercados con oportunidades de crecimiento comparativamente altas; se desaprovechar¨ªan tanto el potencial a medio y largo plazo de lo mucho que se ha sembrado en la regi¨®n, como la maduraci¨®n de los avances que se han ido produciendo en sus estructuras pol¨ªticas, econ¨®micas e institucionales; y la sociedad espa?ola en su conjunto ver¨ªa afectados negativamente sus ingresos.
Podr¨ªa argumentarse que, al igual que la desidia del capital estadounidense tras el tequilazo (1994) permiti¨® la entrada del capital espa?ol -de ratios de inversi¨®n estadounidense y espa?ola en Am¨¦rica Latina del 42% y 8%, se pas¨® en 1999 a ratios del 29% y el 39%, respectivamente-, la persistencia en el tiempo de una eventual desidia espa?ola para invertir en Am¨¦rica Latina (tras el ajuste del tangazo y la incertidumbre electoral brasile?a) podr¨ªa traer efectos no deseados en momentos en los que las expectativas de la regi¨®n a medio plazo permiten albergar esperanzas y la cotizaci¨®n del euro es favorable para la adquisici¨®n de activos dolarizados.
1. Salvo excepciones manifiestas, los pa¨ªses, frecuentemente con gobiernos de centro izquierda, han avanzado en la estabilidad de su pol¨ªtica econ¨®mica: tipos de cambio artificiales y descontrol fiscal han dado paso a equilibrios presupuestarios, frecuentemente con super¨¢vit primarios, flexibilidad cambiaria, y control de la inflaci¨®n a niveles convergentes con los est¨¢ndares internacionales (se espera que baje del 4% en 2006).
2. Se ha resituado el papel del Estado. La impronta pragm¨¢tica de los gobiernos de la concertaci¨®n chilena se plantea como modelo social y econ¨®mico realista, incremental y no demag¨®gico de una gesti¨®n p¨²blica basada en un Estado peque?o (pero fuerte) y transparente, regulador y ¨¢rbitro de un modelo de crecimiento basado en el privat-public partnership [asociaci¨®n p¨²blico-privada], y sensible a la disminuci¨®n de las diferencias sociales y a la extensi¨®n de los servicios sociales b¨¢sicos (educaci¨®n y sanidad principalmente). Pareciera que algunos dogmas, tanto de los liberales como de la izquierda, est¨¢n siendo superados para irse asumiendo crecientemente que ni el Estado ni el mercado tienen funciones de Deus ex machina. Ni Lula se mostr¨® como un rojo peligroso, ni probablemente L¨®pez Obrador, de ganar las elecciones, se comportar¨¢ como un aventurero.
3. Existen expectativas positivas para el crecimiento sostenido, tal¨®n de Aquiles del desarrollo de Am¨¦rica Latina (que en los ¨²ltimos 25 a?os creci¨® a una decepcionante tasa media inferior al 3%, comparada con el 8% de los pa¨ªses asi¨¢ticos). En este sentido, sobre el escenario institucional descrito anteriormente, se asienta el reto de hacer duraderas las halag¨¹e?as tasas de crecimiento del ¨²ltimo a?o (5,7%), apalancando el potencial de crecimiento en los siguientes vectores:
- Alta liquidez en el sistema financiero.
- Liberalizaci¨®n creciente del comercio.
- Emergencia de Brasil como actor estabilizador con voluntad de liderazgo.
- Desarrollo del sistema financiero, incluidos los sistemas de pensiones.
- Remesas de emigrantes de 50.000 millones de d¨®lares (creciendo a tasas del 20% anual).
- Aparici¨®n de China como actor estrat¨¦gico relevante ¨¢vido de materias primas que alcanzan precios hist¨®ricamente elevados.
- Mejoras en los marcos legales.
Espa?a y Am¨¦rica Latina, vulnerabilidad e interdependencia. La dimensi¨®n del esfuerzo inversor de las empresas espa?olas en Am¨¦rica Latina ha generado una comunidad de intereses dif¨ªcilmente parangonable con los intereses cruzados que pueda tener ning¨²n pa¨ªs desarrollado con los avatares de otra ¨¢rea en desarrollo:
- Los activos conjuntos de BBVA y SCH en Am¨¦rica Latina (140.000 millones de d¨®lares) representan casi el 9% de sus balances consolidados y el 53% de los activos totales de los 10 primeros bancos transnacionales en la regi¨®n. En t¨¦rminos de beneficios atribuidos, Am¨¦rica Latina aporta el 42% de los mismos en el caso del BBVA y el 29% en el del SCH.
- Para Telef¨®nica, el negocio de Am¨¦rica Latina representa el 34% de sus ingresos totales, siendo Telef¨®nica M¨®viles, con 57 millones de usuarios, la empresa l¨ªder en la regi¨®n.
- M¨¢s del 45% de los ingresos de Repsol-YPF y el 23% de los de Endesa provienen de Am¨¦rica Latina.
- Arcelor es el primer productor de acero en Am¨¦rica Latina y Europa, representando sus ventas en Am¨¦rica Latina el 7% de sus ingresos.
M¨¢s all¨¢ de estos datos, que muestran la importancia de la actividad latinoamericana en los respectivos ingresos, es a¨²n m¨¢s relevante el que, en t¨¦rminos agregados, las empresas referidas, que representan el 62% de la capitalizaci¨®n burs¨¢til del Ibex-35 con ingresos superiores al 20% del PIB nacional (en 2004), obtuvieran en Am¨¦rica Latina el 27,4% de tales ingresos: sus 41.000 millones de euros de ingresos en Am¨¦rica Latina representaron el 5,6% del PIB espa?ol (el 3,4% del PIB latinoamericano). Para finalizar esta referencia respecto del devenir conjunto, baste se?alar que, a¨²n en t¨¦rminos muy rudimentarios, una reducci¨®n del 30% de los ingresos derivados de Am¨¦rica Latina de aquellas empresas supondr¨ªa una disminuci¨®n directa aproximada del 1,7% del PIB espa?ol.
Espa?a no se puede permitir la desidia. Aunque s¨®lo fuera por los datos anteriores, el nivel de interrelaci¨®n entre las econom¨ªas espa?ola y de Am¨¦rica Latina obliga a las empresas espa?olas y a los gestores de la pol¨ªtica comercial y exterior a aceptar que con Latinoam¨¦rica no se puede seguir una pol¨ªtica de distanciamiento. Hay demasiado en juego y, so pena de malbaratar las posiciones, es preciso proyectarse a largo plazo: el devenir de muchas cuentas de resultados y el futuro del ahorro de muchos ciudadanos espa?oles dependen de lo que acontezca en el subcontinente.
As¨ª, objetivos generales de la pol¨ªtica de desarrollo y comercio internacional -tales como estabilidad, gobernabilidad, transparencia, niveles sostenibles de deuda, marcos reguladores eficientes, crecimiento sostenido o reforma del Estado- dejan de ser conceptos adscribibles un tanto c¨ªnicamente al buenismo que impregna el discurso de las relaciones econ¨®micas internacionales, para adquirir un significado sustancialmente diferente que para otros pa¨ªses, incluso de nuestro mismo ¨¢mbito econ¨®mico. Simplemente, estamos defendiendo nuestros intereses. Si la regi¨®n se desestabiliza, o no puede crecer, o la lacra del populismo pasa a ser dominante ante programas de ajuste que se eternizan en la memoria, tenemos colectivamente mucho que perder.
El papel de Espa?a no es f¨¢cil. Los actores econ¨®micos y pol¨ªticos han de ser capaces de establecer negociaciones de suma positiva en los que los escenarios de futuro deben ayudar a la obtenci¨®n de equilibrios de corto plazo. Utilizando un s¨ªmil culinario: en la defensa de nuestros intereses las recetas de ajuste de palo y zanahoria recomendadas desde los organismos multilaterales, probablemente debieran tener una combinaci¨®n diferente de ingredientes, especias adicionales para hacerlas m¨¢s sabrosas, o mayores tiempos de cocci¨®n.
Se est¨¢n repartiendo las cartas para el juego del futuro. En ¨¦l, apostar como el Gobierno a la estabilidad en la regi¨®n es ciertamente mejor envite que empecinarse con maniqueas apuestas que dividen la regi¨®n entre pa¨ªses buenos y malos, siguiendo directrices pol¨ªticas definidas en otros lugares, y que no hacen sino, adem¨¢s de a?adir encanallamiento a la pol¨ªtica nacional, ahondar diferencias y, a largo plazo, zaherir los intereses de la econom¨ªa y sociedad espa?olas.
Jos¨¦ Luis Curbelo es economista, catedr¨¢tico BBVA en la Universidad de Nebrija y director del Departamento de An¨¢lisis e Inversiones de Cofides.
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