Alborozo en el Gobierno franc¨¦s y cr¨ªticas de los ecologistas
La esperada elecci¨®n de Cadarache, cerca de Marsella, en la Provenza francesa, para acoger el ITER fue recibida ayer con gran alborozo por el Gobierno de Dominique de Villepin, muy necesitado de buenas noticias econ¨®micas. La primera reacci¨®n del primer ministro fue recordar que el ITER permitir¨¢ "crear 4.000 empleos que contribuir¨¢n a valorar nuestro potencial de investigaci¨®n e innovaci¨®n". Muy parecida fue la reacci¨®n del presidente Jacques Chirac, que acudir¨¢ ma?ana personalmente a Cadarache. Chirac agradeci¨® "el apoyo sin fisuras" de la Comisi¨®n Europea y los pa¨ªses de la UE, adem¨¢s del de Rusia y China y envi¨® un mensaje de agradecimiento al primer ministro japon¨¦s, Junichiro Koizumi. El presidente franc¨¦s reconoc¨ªa as¨ª que la designaci¨®n no es una victoria francesa, sino de Europa. Francia pagar¨¢ un importante precio por ello. La Uni¨®n Europea asume la mitad del coste de la construcci¨®n, estimado en 4.750 millones de euros, de los que casi un 20% corresponde a las administraciones francesas.
Protestas
"Es un proyecto cient¨ªfico de una enorme ambici¨®n que debe permitir desarrollar una energ¨ªa del futuro, sin impacto sobre el clima y econ¨®mica respecto a nuestros recursos naturales", dec¨ªa la nota hecha p¨²blica ayer por el primer ministro.
Sin embargo, varias organizaciones ecologistas manifestaron su desacuerdo con el proyecto ITER. En Marsella, la asociaci¨®n local Medaine dijo que es peligroso, costoso y que no crear¨¢ empleos. Greenpeace lo tild¨® de "aberrante" y asegur¨® que las autoridades francesas "parecen hipnotizadas por un proyecto demencial y olvidan la urgencia clim¨¢tica. Seg¨²n la organizaci¨®n ecologista, "la fusi¨®n nuclear plantea los mismos problemas que la fisi¨®n nuclear en la producci¨®n de desechos radiactivos, de riesgos de accidentes y proliferaci¨®n".
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