Bush: el sacrificio en Irak "merece la pena"
El presidente de Estados Unidos lanza un mensaje para contrarrestar el pesimismo
George W. Bush se encuentra con un grave y creciente problema de credibilidad en el primer aniversario de la transferencia de soberan¨ªa al Gobierno provisional iraqu¨ª. Aunque hubo elecciones legislativas en enero y hay un proceso de democratizaci¨®n en marcha, la seguridad es m¨ªnima y la violencia no cesa. Los 1.740 soldados muertos, los 12.000 heridos y las im¨¢genes de iraqu¨ªes despanzurrados por terroristas suicidas han hecho mella entre los estadounidenses, pesimistas y cr¨ªticos sobre Irak y sobre casi todo lo que hace Bush. El presidente se dirigi¨® anoche -madrugada en Espa?a- al pa¨ªs para tratar de dar un sentido al desorden iraqu¨ª, pedir paciencia y decir que el sacrificio "merece la pena".
"Como muchos norteamericanos, contemplo las im¨¢genes de violencia y matanzas. Cada una de ellas es horrible y el sufrimientos es real", dijo Bush, de acuerdo con los fragmentos de su mensaje avanzados por la Casa Blanca. "Entre toda esta violencia, s¨¦ que los norteamericanos se hacen esta pregunta: ?Merece la pena el sacrificio? S¨ª, merece la pena y es vital para la futura seguridad de nuestro pa¨ªs", a?adi¨® el presidente, que antes del discurso en la base de Fort Bragg se reuni¨® con padres y familiares de soldados muertos y heridos. "Los terroristas pueden matar inocentes, pero no pueden detener el avance de la libertad; fracasar¨¢n". Bush rechaz¨® fijar un calendario de retirada de tropas y dijo que la estrategia tiene dos frentes: equipar al Ej¨¦rcito iraqu¨ª para que luche contra la insurgencia y ayudar a los dirigentes en el actual proceso de transici¨®n hacia la democracia.
"La tarea en Irak es dif¨ªcil y peligrosa", dijo el presidente a los soldados. "Tenemos m¨¢s trabajo que hacer y habr¨¢ momentos duros que pondr¨¢n a prueba nuestra determinaci¨®n". Pero "los norteamericanos no titubean bajo las amenazas, y no permitiremos que nuestro futuro est¨¦ condicionado por coches bomba y por asesinos". Horas antes, y anticipando el solemne mensaje -una ofensiva medi¨¢tica y pol¨ªtica para tratar de salvar el naufragio en la opini¨®n p¨²blica-, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, adelant¨® en la NBC que Bush pide paciencia; con la p¨¦rdida de vidas y la violencia "no es f¨¢cil observar el discreto proceso que est¨¢ habiendo en Irak para construir un consenso pol¨ªtico hacia un pa¨ªs estable y democr¨¢tico".
Aunque del mensaje se deduce que no hay cambio de rumbo, es interesante tanto la menci¨®n de Rice sobre el "consenso pol¨ªtico" -la presi¨®n que Washington aplica sobre el Gobierno provisional para que integre a los sun¨ªes en el juego pol¨ªtico- como las frecuentes observaciones de mandos militares -los que m¨¢s se aproximan a la realidad de lo que ocurre en Irak-, que se?alan que la soluci¨®n no depender¨¢ de las armas, sino de la pol¨ªtica. Y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acaba de reconocer que hay contactos con l¨ªderes de la insurgencia, algo que luego confirm¨® el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair.
Haya lo que haya de realidad en estas negaciones -la informaci¨®n es intencionadamente ambigua-, los militares tienen otra tarea suplementaria, adem¨¢s de luchar contra el esquivo terrorismo suicida: ampliar la capacidad de las c¨¢rceles en Irak. El n¨²mero de detenidos en Abu Ghraib, Camp Bucca y Camp Cropper ha pasado de casi 5.500 en junio de 2004 hasta los 10.000 actuales. Seg¨²n dijo en Bagdad el teniente coronel Guy Rudisill, "se ha sobrepasado la capacidad de los centros". Se han iniciado ya los trabajos para una cuarta prisi¨®n en una antigua instalaci¨®n militar iraqu¨ª en Suleimaniya, a 250 kil¨®metros al noreste de Bagdad. Adem¨¢s, se ampliar¨¢ y renovar¨¢ Abu Ghraib, todo ello para permitir que pueda haber hasta 16.000 detenidos. "El aumento en el n¨²mero de prisioneros se debe al ¨¦xito de las operaciones militares en curso contra la insurgencia y los terroristas", asegur¨® Rusidill, haciendo de la necesidad virtud.
A Bush le gusta hablar rodeado de militares; por eso eligi¨® para su mensaje la base de Fort Bragg, en Carolina del Norte, donde se asienta la potente 82 Divisi¨®n Aerotransportada, una unidad de despliegue inmediato conocida como la Guardia de Honor de Am¨¦rica y que tiene a 9.300 soldados en Irak. Pero ni siquiera en Fort Bragg los gritos de entusiasmo pueden difuminar el impacto de los militares muertos y heridos y el desencanto que revelan las encuestas. Una detr¨¢s de otra, desde hace dos meses, muestran que el pesimismo con respecto a Irak se ha instalado entre los estadounidenses: el 53% cree que fue un error enviar las tropas, el mismo porcentaje (seg¨²n Gallup) que desaprueba de manera global al presidente. En el mismo sondeo, el 61% cree que el presidente no tiene un plan claro para salir del l¨ªo de Irak.
En la encuesta de ABC y The Washington Post m¨¢s de la mitad de los ciudadanos no comulgan con la idea de que la insurgencia se est¨¢ debilitando, aunque en este sondeo haya un par de datos que pueden dar un peque?o alivio al agobio de la Casa Blanca: primero, hace un mes, el 52% cre¨ªa que EE UU era menos seguro despu¨¦s de la guerra, frente al 47%; ahora la cifra se invierte, y el 52% dice que la guerra s¨ª ha contribuido a dar una mayor seguridad a largo plazo. Y segundo, s¨®lo uno de cada ocho piensa que los soldados deben irse ya. El 58% cree que las fuerzas deben seguir all¨ª hasta que se afiance la democracia. Pero tambi¨¦n en este sondeo las notas globales de Bush son malas para la mitad de la poblaci¨®n. Tambi¨¦n es cierto que la polarizaci¨®n atraviesa los porcentajes: la gran mayor¨ªa de votantes republicanos siguen respaldando al presidente y la inmensa mayor¨ªa de dem¨®cratas no pueden soportarlo.
Aunque el bravuc¨®n secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo el lunes que "los progresos y logros no vienen de reaccionar a los titulares ni de seguir veleidosos sondeos", lo cierto es que la imagen de caos y ausencia de plan en Irak y las bajas militares preocupan al presidente: en la medida en que cale la impresi¨®n -y hay poderosas razones para ello- de que no ha sido capaz de admitir la realidad ni de decir la verdad sobre asuntos fundamentales, todas sus iniciativas -desde las reformas en econom¨ªa y pensiones hasta sus nombramientos- se ver¨¢n contaminadas por el pesimismo y la quiebra de credibilidad. Bush se juega, adem¨¢s, su futuro en los libros de historia: como escribe el polit¨®logo Michael Ignatieff, "si la democracia echa ra¨ªces en Irak y se extiende por Oriente Pr¨®ximo, Bush ser¨¢ recordado como un profeta. Si Irak fracasa, ser¨¢ su Vietnam, y nada m¨¢s de lo que haya hecho importar¨¢".
A corto plazo, es malo para Bush que Irak proyecte su sombra en una escena pol¨ªtica en la que los dem¨®cratas han perdido el miedo -no tienen mucho m¨¢s que perder- y se lanzan a fondo contra la Casa Blanca. Es menos problema que alg¨²n congresista republicano se sit¨²e en la misma onda, como el senador Chuck Hagel, que ha dicho: "La realidad es que estamos perdiendo en Irak" (una declaraci¨®n que, junto con la de Ted Kennedy evocando Vietnam, ha llevado a The Wall Street Journal a editorializar diciendo que "donde los terroristas ganan terreno es en Washington"). A Bush le es m¨¢s ¨²til el apoyo del senador John McCain, convencido de los beneficios colaterales de Irak en Oriente Pr¨®ximo: "La clave es tener paciencia y decir a los norteamericanos que esto va a ser largo, duro y dif¨ªcil, pero que podemos y debemos ganar".
Kerry: "Bush coquetea con el desastre"
El senador John Kerry cree que "ya va siendo hora de hacer las cosas bien en Irak", y que si George W. Bush mantiene el actual rumbo "est¨¢ coqueteando con el desastre", porque "no existe una estrategia realista para reducir el riesgo que corren nuestras tropas y aumentar las probabilidades de ¨¦xito".
En un art¨ªculo publicado en The New York Times bajo el t¨ªtulo El discurso que el presidente deber¨ªa pronunciar, el derrotado aspirante dem¨®crata a la presidencia escribe que las decisiones tomadas han facilitado que haya en Irak "de 16.000 a 20.000 yihadistas, y el n¨²mero crece cada vez m¨¢s", y que el Gobierno se ha metido "en un callej¨®n sin salida, en el que tambi¨¦n ha puesto a las tropas que, tr¨¢gicamente, pagan el precio a diario".
Kerry sugiere que el presidente empiece por decir la verdad sobre la realidad de la insurgencia, que no est¨¢ "en sus ¨²ltimos estertores", como hace poco dijo el vicepresidente Dick Cheney; que despu¨¦s siga dejando claro que EE UU no mantendr¨¢ una presencia permanente en Irak -aunque no propone un calendario de retirada de las tropas- y que insista para que el proceso pol¨ªtico iraqu¨ª sea integrador y cumpla los plazos de elaborar la Constituci¨®n, someterla a refer¨¦ndum y celebrar elecciones a finales de a?o. Kerry a?ade que la Casa Blanca tiene que trabajar m¨¢s con Bagdad para la reconstrucci¨®n econ¨®mica y que el Pent¨¢gono deber¨ªa intensificar el entrenamiento del Ej¨¦rcito iraqu¨ª y elaborar "un plan detallado de transferencia de responsabilidades a militares y polic¨ªas en Irak". Eso, junto al proceso pol¨ªtico, "establecer¨¢ las condiciones que permitan que las fuerzas norteamericanas empiecen a volver a casa".
Kerry cree que deber¨ªa haber una fuerza multinacional que, "si tiene el respaldo de la ONU, podr¨ªa contar con la participaci¨®n de pa¨ªses vecinos y de otros como India". "Los pr¨®ximos meses son vitales para Irak y para nuestra seguridad", concluye el senador.
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