Las obras maestras de Van Gogh dibujante
El museo de Amsterdam presenta un recorrido antol¨®gico a trav¨¦s de 100 trabajos del artista

"Dibujar es como escribir. Al principio parece imposible, pero luego los dibujos deber¨ªan surgir con la misma facilidad que la letra". Vincent van Gogh expres¨® as¨ª en 1880, a los 27 a?os, su convencimiento de que para ser pintor era preciso dominar antes el arte del dibujo. Entregado a los l¨¢pices, carboncillos, tizas y acuarelas con la intensidad que caracterizar¨ªa luego el resto de su producci¨®n, el museo que lleva su nombre en Amsterdam presenta desde hoy y hasta el 18 de septiembre un centenar de estas obras singulares bajo el t¨ªtulo de Van Gogh dibujante. Sus obras maestras. Poco exhibidas en el pasado para no da?arlas con la luz, junto a ellas figuran por vez primera los cuatro cuadernos de apuntes del pintor que a¨²n se conservan.
Se han incluido sus manuales, materiales de dibujo, borradores y cuadernos de apuntes
"Me he enamorado del dibujo en lugar de considerarlo una carga", escribi¨® en una carta
El t¨ªtulo de la exposici¨®n es algo m¨¢s que una bonita frase pensada para divulgar el aspecto menos conocido de su obra. En esta ocasi¨®n, sirve para constatar que su dedicaci¨®n absoluta al oficio de artista que hab¨ªa escogido impregna su obra con la misma fuerza de sus vivos colores y gruesas pinceladas. Al pintor franc¨¦s Paul Gauguin, que comparti¨® su casa en Arl¨¦s unas semanas, le exasperaba el ciego compromiso de Van Gogh con su arte. Para el holand¨¦s, por el contrario, no hab¨ªa otro modo de actuar. Una vez convencido de que dibujar era necesario para su futuro, dedic¨® todas sus energ¨ªas a dominar una t¨¦cnica que le permiti¨® crear series tem¨¢ticas completas, en especial de paisajes y de campesinos. "Me he enamorado del dibujo en lugar de considerarlo una carga", dir¨ªa en una de sus cartas remitida a su familia al principio de su aventura sobre el papel. En total, ejecut¨® 1.200 dibujos en 10 a?os de carrera. M¨¢s de la mitad de su producci¨®n art¨ªstica.
Es cierto que dibujar le resultaba m¨¢s barato que pintar. Tambi¨¦n lo es que a veces, cuando escaseaba el dinero, no ten¨ªa m¨¢s remedio que abandonar el pincel durante una temporada. Pero su estricto plan de trabajo, as¨ª como sus progresivos logros, componen algo m¨¢s que los primeros balbuceos de un artista en ciernes. A Van Gogh nada en su arte le resultaba f¨¢cil. O tal vez fuera que no descansaba hasta conseguir la obra redonda por humilde que fuera el tema elegido. En su etapa holandesa, sombr¨ªa y serena a partes iguales, los dibujos de paisajes realizados en Etten, localidad al sur del pa¨ªs donde vivi¨® en 1881, denotan una buena mano. A¨²n no domina la perspectiva y sus modelos, personas sencillas calentando el t¨¦ o cosiendo, resultan algo planos. Pero lo que los expertos llaman "atm¨®sfera" s¨ª planea ya sobre el papel. Lo mismo ocurre con algunos paisajes primerizos, como el titulado Molinos de viento en Dordrecht, que es lo m¨¢s alejado a una imagen t¨®pica.
En La Haya, adonde se traslad¨® poco despu¨¦s, Van Gogh profundiza en escenas poco acad¨¦micas para la ¨¦poca como los patios traseros de las casas. Tambi¨¦n se ocup¨® de la anatom¨ªa con un estilo calificado de "recio" que le cre¨® algunos problemas con sus profesores. Abordaba la figura a su manera, sin seguir la ruta cl¨¢sica marcada por sus maestros para plasmar el cuerpo humano y no encajaba en las clases. Vista hoy, dicha pugna no era m¨¢s que la b¨²squeda, atormentada como siempre en ¨¦l, de su propio estilo. Hacia 1882 se atrevi¨® con las acuarelas. Sus experimentos con los colores le llevar¨ªan al final de su etapa de dibujante incluso a aplicar ¨®leo al papel. Cuando el tono del l¨¢piz o el carboncillo no le convenc¨ªa, lo fijaba con leche de vaca. A su hermano Theo lleg¨® a decirle que pod¨ªa "echarla generosamente por encima si quer¨ªa". Una idea peculiar teniendo en cuenta que en aquella ¨¦poca la leche era entera y muy grasa.
Instalado en 1883 en Nuenen, en la provincia de Brabante, incluy¨® en sus cuadernos un aspecto social propio de su formaci¨®n como predicador comprometido. Es la ¨¦poca de los tejedores -en Nuenen hab¨ªa 400- y sus p¨¦simas condiciones de vida. Un a?o despu¨¦s dio un giro radical y produjo siete paisajes sorprendentes de los cuales se exhiben cinco en Amsterdam. El artista se sinti¨® seguro de s¨ª mismo y capt¨® jardines invernales, paseos de abedules y setos con alguna figura huidiza. Contento con su logro, le mand¨® los dibujos a su hermano, que era marchante de arte. Como anuncio de lo que suceder¨ªa luego con sus pinturas -Van Gogh no vendi¨® en vida ni un solo dibujo o cuadro-, la falta de inter¨¦s comercial de las obras le llev¨® a concentrase de nuevo en las escenas campesinas. El resultado fueron 50 granjeros en blanco y negro y en sepia. Algunos se consideran excepcionales, como el titulado Espigador. A diferencia de artistas como Ingres, Watteau o Delacroix, que produjeron gran n¨²mero de dibujos de figuras, Van Gogh experimentaba con diferentes estilos y no desde?aba ning¨²n modelo. Ejecut¨® dibujos independientes de sus pinturas y otros que exploraban un tema luego recogido desde otro ¨¢ngulo en un lienzo. Tambi¨¦n pint¨® cuadros a partir de sus dibujos y al contrario, dibuj¨® inspir¨¢ndose en alguna tela.
De su estancia de dos a?os en Par¨ªs proceden las vistas ciudadanas y las acuarela de llamativos colores influidas por el arte japon¨¦s, tan en boga entre sus contempor¨¢neos. En la capital gala se sinti¨® algo anticuado. Todo lo que hab¨ªa aprendido en la escuela de La Haya palidec¨ªa comparado con el impresionismo, y la b¨²squeda de su arte se vuelve vertiginosa, m¨¢s febril que nunca. A partir de 1888, cuando se traslada a la ciudad gala de Arl¨¦s, trabaja sin parar con tonos rojizos hasta conseguir la denominada Serie de Montmajour. Se trata de un grupo de seis grandes vistas del paisaje de la Provenza, todas ellas se exhiben en la exposici¨®n. Otro de sus mayores logros son las cuatro versiones de una composici¨®n titulada La cosecha. El lienzo es muy famoso, pero los dibujos a l¨¢piz y en especial la acuarela son soberbios. Del sanatorio de Saint-Remy, su ¨²ltima escala art¨ªstica y personal, donde se intern¨® para recuperarse de su epilepsia, quedan unas escenas del jard¨ªn y varios interiores. Despu¨¦s de los ataques no pod¨ªa dibujar durante alg¨²n tiempo y el entorno del establecimiento m¨¦dico le sirvi¨® de modelo.
Para que la panor¨¢mica sobre el Van Gogh dibujante sea completa, el museo ha incluido sus manuales, materiales de dibujo, borradores, estudios y algunos bocetos. Tambi¨¦n aparecen los cuatro ¨²nicos cuadernos de apuntes que han llegado hasta hoy. Peque?os y muy usados, en algunos asoman esbozos de cuadros como Los girasoles. En sus cartas, de las que se exhiben varias, hay dibujos completos de los lienzos que pintar¨ªa luego. Compilada con obras del museo J. Paul Guetty, la National Gallery of Art de Washington, el museo Staatliche de Berl¨ªn, la Kunsthaus de Z¨²rich y el Museo de Bellas Artes de Budapest, la muestra ser¨¢ presentada en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York entre el 11 de octubre y el 31 de diciembre de este a?o.

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