La cient¨ªfica del meteorito
De la bi¨®loga Carmen Ascaso puede decirse que hace hablar a las piedras. Con una t¨¦cnica propia de microscop¨ªa electr¨®nica ve hasta los rincones m¨¢s rec¨®nditos de su interior. Piedras de la Ant¨¢rtida, meteoritos de Marte y l¨ªquenes enviados al espacio. Los resultados son fascinantes.
Carmen Ascaso Cir¨ªa es por encima de todo, aunque puede que eso no le guste demasiado, "la cient¨ªfica del meteorito". Un meteorito que sali¨® despedido de Marte y cay¨® en la Tierra hace la friolera de 13.000 a?os, aunque su antig¨¹edad se calcula en 4.500 millones de a?os -pr¨¢cticamente cuando se estaba formando nuestro planeta-, y que lleg¨® al microscopio de esta aragonesa en 1997.
El nombre de esta investigadora de 56 a?os, subdirectora del Instituto de Recursos Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), en donde dirige el Servicio de Microscop¨ªa y el Grupo de Investigaci¨®n de Ecolog¨ªa Microbiana, est¨¢ ligado sin remisi¨®n, junto con el de su colega el profesor Jacek Wierzchos, de la Universidad de Lleida, a la roca marciana de dos kilos encontrada en la Ant¨¢rtida y que la NASA reparti¨® como una preciada joya entre contados y escogidos investigadores de todo el mundo. A ellos les lleg¨® el pedacito m¨¢s min¨²sculo de ALH84001 -nombre burocr¨¢tico con el que bautizaron al meteorito-, una nimiedad de unos pocos gramos; pero gracias a una nueva t¨¦cnica propia de microscop¨ªa electr¨®nica, que permite analizar el interior de los microorganismos vivos y f¨®siles sin afectar a su microh¨¢bitat en las rocas, llegaron muy lejos en sus investigaciones. Con su t¨¦cnica pudieron descubrir, en el interior del meteorito, unos peque?os cristales de magnetita, en forma de cadenas parecidas a collares de perlas, que s¨®lo se han podido encontrar en el interior de algunas bacterias llamadas magnetobacterias; es decir, un claro indicio de origen biol¨®gico. Un resultado decisivo para que la NASA reafirmara su hip¨®tesis de la posible existencia en el pasado de vida en el planeta rojo, y para apoyar la reactivaci¨®n de los viajes a Marte.
Habla con pocos tecnicismos y mucha espontaneidad, sencilla y directamente, aunque es frecuente que despu¨¦s de un comentario muy natural lo apostille con un "esto no lo publique" o un "esto ser¨ªa mejor decirlo de otra forma". Es evidente que no le gusta molestar y, menos a¨²n, las pol¨¦micas, quiz¨¢ porque ha tenido suficientes con los resultados de su investigaci¨®n del meteorito marciano; pero eso no quita para que exprese sus opiniones con total seguridad. Su aspecto es el de una profesional pr¨¢ctica: pantalones y camisa de lino, y una melena corta de aspecto natural. En medio de los fuertes calores que abrasan Madrid, en un d¨ªa de junio que raya los 40 grados, Ascaso justifica una chaqueta que le acompa?a: "Soy muy friolera, y aunque haga un calor enorme voy a todas partes con una chaqueta por el aire acondicionado. Como dicen, burlones, mis amigos, es el 'kit de Carmen".
Si hubiera que definir a esta investigadora con una palabra, naturalidad parece la m¨¢s adecuada. Quiz¨¢ por eso apenas se repara en que cuenta cosas fant¨¢sticas del interior de las piedras milenarias de la Ant¨¢rtida, de meteoritos de millones de a?os llegados del espacio, de los f¨®siles que puedan encontrarse en Marte o de que sus investigaciones pueden reforzar la teor¨ªa del posible origen de la vida en otros planetas. Y las explica con la tranquilidad que da manejar datos propios.
He mirado d¨®nde quedaba Castillo de Pompi¨¦n, el pueblo donde naci¨®, y me he encontrado con que es uno de los pueblos abandonados de Huesca. ?Triste, no?
En realidad no es un pueblo. Mi madre bromea y me dice que yo no soy ni de pueblo? Era un castillo, que en Huesca es algo as¨ª como un cortijo en Andaluc¨ªa; se llaman de esa manera, pero no hay castillos. No era un pueblo propiamente dicho, era una vivienda con tierras, una propiedad de unos se?ores de Tolosa que mi padre gestionaba. Yo jugaba con Jorge, el hijo de los due?os; en realidad ¨¦ramos casi los ¨²nicos ni?os que hab¨ªa, porque yo no ten¨ªa hermanos. Curiosamente, hace dos o tres a?os se public¨® un libro de mapas del siglo XVI donde figuraba Castillo de Pompi¨¦n, pese a que no estaban muchos pueblos de la zona? No creo que est¨¦ abandonado del todo; me imagino que las tierras se seguir¨¢n trabajando, aunque es posible que, al estar tan cerca de Huesca, ya no viva nadie all¨ª.
Supongo que eso es lo que se llama una infancia id¨ªlica, en pleno campo, sin vigilancias, sin escuela?
Viv¨ª all¨ª hasta los siete a?os y lo recuerdo como una infancia ideal. Como ¨¦ramos muy pocos ni?os, est¨¢bamos muy mimados; and¨¢bamos todo el d¨ªa con las bicicletas, me sub¨ªa a las cosechadoras? Fue una infancia estupenda. Es bonito y bastante ins¨®lito haberte criado en esas condiciones. Yo nunca estuve en Lascasas, que es el municipio al que pertenec¨ªamos; pero cuando llegu¨¦ al colegio de Huesca, un poco antes de hacer el ingreso de Bachillerato, aunque no hab¨ªa ido a ninguna escuela sab¨ªa leer, escribir, multiplicar y dividir porque me hab¨ªa ense?ado mi padre. Me agrada haber nacido all¨ª, pero me gustar¨ªa ser de un pueblo, un pueblo peque?o, para poder volver a las fiestas y reencontrarme con los conocidos.
Creo que sus primeros pasos profesionales como bi¨®loga fueron dando clases en colegios de monjas.
Cuando termin¨¦ la carrera encontr¨¦ trabajo en dos colegios de Zaragoza, en las dominicas y en las carmelitas, que por cierto fueron muy honradas porque me pagaron la Seguridad Social? Estuve s¨®lo dos meses y me pas¨¦ a dar clases al instituto de Cari?ena. Guardo muy buenos recuerdos del instituto; era la tutora de los mayores, y todav¨ªa me acuerdo de los nombres de los alumnos?
Parece que eran otros tiempos. Ahora no dicen lo mismo los profesores, que se sienten estresados, desbordados por los alumnos, mal pagados e incomprendidos por la sociedad.
S¨ª, es verdad que est¨¢n estresados. A m¨ª me gustaba la docencia, pero mi garganta no me hubiera permitido estar muchos a?os en ella, no puedo forzarla demasiado. Hubiera podido seguir dando clase en institutos, pero a mi marido le gustaba mucho la investigaci¨®n, as¨ª que con una beca que nos hab¨ªan dado para hacer la tesis doctoral nos vinimos a Madrid, cada uno con su maletita. Hicimos la tesis muy r¨¢pidamente, cada uno en un centro, porque, aunque mi marido tambi¨¦n es bi¨®logo, yo siempre he tenido muy claro que esas cosas hay que separarlas?
Y descubri¨® el mundo de la microscop¨ªa electr¨®nica, del que ha llegado a ser una autoridad.
Cuando empezaron a explicarme el mundo de la microscop¨ªa electr¨®nica me pareci¨® apasionante.
Pues, desde fuera, parece muy t¨¦cnico y un poco aburrido.
?Le parece aburrida la astronom¨ªa?, pues detr¨¢s de un telescopio o del ordenador que da la imagen del telescopio hay electr¨®nica? En el caso de la microscop¨ªa hay unas t¨¦cnicas y equipamientos que muestran un mundo absolutamente desconocido y que eres el primero en descubrir. De tu experiencia, de tu habilidad y ganas, de las horas que est¨¦s dispuesta a dedicarle depende el llegar a conocer mundos totalmente desconocidos.
O sea, que son ustedes los nuevos exploradores.
S¨ª, s¨ª, yo creo que somos unos bioexploradores del microcosmos, exploradores de los microh¨¢bitats, y me parece un mundo muy apasionante. Claro, que hay que tener la experiencia, la creatividad para pensar en nuevas t¨¦cnicas.
Sin embargo, hay pocos investigadores que se dediquen a la microscop¨ªa electr¨®nica.
Hay poca microscop¨ªa -no s¨®lo en Espa?a, sino en el mundo entero- porque es algo muy duro. Y hay m¨¢s mujeres que hombres, quiz¨¢ porque se requiere cierto grado de paciencia y perseverancia que las mujeres tenemos. Cada muestra es un mundo, no se pueden tener patrones est¨¢ndar, y por eso en algunos lugares no se saca el suficiente partido de las muestras. El investigador tiene que estar dispuesto a pasar muchas horas en el laboratorio. No es cuesti¨®n de pasar dos minutos por el servicio, que el t¨¦cnico haga unas fotos y marcharte; eso no es hacer microscop¨ªa. Nuestro t¨¦cnico, Fernando Pinto, es un gran t¨¦cnico y ayuda a los usuarios, pero ellos deben pasar mucho tiempo observando. Yo tuve una calcificaci¨®n en el hombro porque cambiamos de posici¨®n unos mandos del microscopio de barrido y pasaba tantas horas con ¨¦l que forzaba mucho el hombro y al final me tuvieron que operar.
?Qu¨¦ pueden descubrir con microscop¨ªa electr¨®nica que no puedan con la tradicional, la ¨®ptica?
El poder de resoluci¨®n de la microscop¨ªa electr¨®nica es mucho mayor que el de la ¨®ptica convencional, y adem¨¢s los microscopios electr¨®nicos suelen tener unos equipos de an¨¢lisis de elementos qu¨ªmicos que son muy ¨²tiles para determinar si existe una biomineralizaci¨®n en un lugar determinado. En mi caso, por ejemplo, si unos microorganismos han producido un biomineral, con ellos puedes analizar si est¨¢n compuestos de calcio, de hierro o de cualquier otro elemento. Y eso es interesant¨ªsimo porque los microorganismos act¨²an con la roca y con elementos captados de la roca y forman unos nuevos minerales que llamamos b¨ªo para entendernos. Y puedes ver y analizar los b¨ªo, y eso no lo podr¨ªamos hacer nunca con un microscopio ¨®ptico. La microscop¨ªa electr¨®nica se usa para el estudio de los org¨¢nulos de las c¨¦lulas. En una hoja, por ejemplo, con el microscopio ¨®ptico ves la organizaci¨®n histol¨®gica, pero con el electr¨®nico puedes ver aspectos celulares como el n¨²cleo y las mitocondrias. Ha sido una revoluci¨®n en la biolog¨ªa y en algunos campos como el nuestro.
Imre Friedmann [el primer estudioso del meteorito de Marte, colaborador de la NASA] dijo que su equipo "ten¨ªa la mejor t¨¦cnica del mundo para analizar el fragmento de meteorito"? ?C¨®mo se sinti¨® ante semejantes elogios?
Pues me sent¨ª bien. Enseguida nos llam¨® para invitarnos a trabajar con ¨¦l.
?Fue una invitaci¨®n o, como se ha publicado en algunos medios, ustedes hicieron una solicitud a la NASA para que les permitiera trabajar con el meteorito?
Nos invitaron, pero se lo voy a explicar. Friedmann es un microbi¨®logo que hab¨ªa estado en la Ant¨¢rtida recogiendo material, y la microscop¨ªa electr¨®nica le sonaba, conoc¨ªa nuestro trabajo de 1994, y por eso nos contact¨®. No fuimos nosotros los que buscamos a Friedmann y el meteorito, sino que ¨¦l nos llam¨®. Lo que sucedi¨® es que, una vez que aceptamos su invitaci¨®n, nos envi¨® unas muestras de la Ant¨¢rtida para que investig¨¢ramos los microorganismos que ten¨ªan dentro y demostr¨¢ramos lo que ¨¦ramos capaces de hacer. Nos dijo que hab¨ªa muchos grupos pidiendo el meteorito y que ¨¦l se iba a basar en los resultados que obtuvi¨¦ramos de las muestras ant¨¢rticas para envi¨¢rnoslo. Eran muestras muy dif¨ªciles y quer¨ªan saber si ten¨ªamos las herramientas para poder investigar. Y ahora volvemos a tener el meteorito aqu¨ª, nos han pedido nuevamente ayuda.
?Qu¨¦ ha pasado? ?Se ha refutado la teor¨ªa de las famosas cadenas de magnetobacterias que ustedes descubrieron en el interior del meteorito, y por las que dijeron que hab¨ªa evidencias de vida en el pasado de Marte?
El meteorito que nos env¨ªan ahora es para ahondar en la observaci¨®n de las cadenas y obtener todav¨ªa mejores im¨¢genes. Cuando publicamos el trabajo, yo no quer¨ªa poner "evidencias de vida", quer¨ªa poner "indicios"; creo que los microscopistas, Wierzchos y yo, ten¨ªamos ese derecho. Pero Friedmann, con una mentalidad muy norteamericana, se empe?o en poner "evidencias". Yo pienso que en ciencia hay que mostrar hasta donde se sabe, hay que ir poquito a poquito; a m¨ª no me gust¨® la palabra "evidencias", pero es la que al final se puso? ?Qu¨¦ ha sucedido? Que algunos cient¨ªficos estadounidenses dicen que las cadenas de magnetitas se han podido formar de una forma inorg¨¢nica en Marte. Creo que nuestra aportaci¨®n ha sido importante al haber visualizado algo que nadie hab¨ªa descubierto, que las magnetitas est¨¢n en cadenas, y eso no se puede negar. ?Se pueden formar por un proceso inorg¨¢nico? Yo creo que no, pero todav¨ªa no se puede descartar. Pero lo que no es aceptable es que personas que por s¨ª mismas ser¨ªan incapaces de visualizar las cadenas teniendo el meteorito en su laboratorio opinen de la forma en que lo hacen. Cuando sean capaces de trabajar con equipos de microscop¨ªa electr¨®nica y ver las cadenas, o no verlas, tendr¨¢n la autoridad suficiente para opinar; pero si nunca han cogido un microscopio, no la tienen, porque inventar teor¨ªas podemos hacerlo todos. Y el meteorito est¨¢ de nuevo en Espa?a porque Friedmann quer¨ªa que fu¨¦ramos a Estados Unidos a usar un supermicroscopio de barrido que tienen all¨ª, pero nosotros no pod¨ªamos. As¨ª que nos hemos comprometido a document¨¢rselo bien aqu¨ª, y lo estudiaremos en Granada, donde el Servicio de Microscop¨ªa tiene un equipamiento mejor que el nuestro.
?Qu¨¦ tiene de especial su t¨¦cnica para que la NASA les persiga?
No s¨¦ si es la NASA, pero s¨ª Friedmann, que tiene el meteorito? Wierzchos y yo inventamos una t¨¦cnica para conseguir ver el interior de los microorganismos en el interior de la roca sin da?arla. La t¨¦cnica tiene una gran complejidad preparativa y luego se observa con un detector especial. Los dem¨¢s usaban t¨¦cnicas muy convencionales de microscop¨ªa de barrido.
Una imagina que la NASA tiene la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada del mundo, y resulta que ustedes han desarrollado una t¨¦cnica de microscop¨ªa electr¨®nica m¨¢s sofisticada.
Es que en Espa?a hay investigadores muy buenos? Yo llevo 33 a?os en el mismo centro del CSIC, y algunos pueden interpretar que soy poco ambiciosa; pero el Rhizocarpon, el liquen que estudi¨¦ en la tesis doctoral, est¨¢ ahora mismo en el espacio, en la Biopan, y cuando vuelva podr¨¦ interpretar perfectamente si ha habido cambios en ¨¦l, porque lo conozco perfectamente. Nosotros ya hemos utilizado esa t¨¦cnica con l¨ªquenes de aqu¨ª, de la Ant¨¢rtida y luego con el meteorito.
No es de extra?ar la controversia. A la NASA le vino muy bien su resultado porque reforzaba la teor¨ªa de posible vida en Marte y la reactivaci¨®n de la carrera espacial.
Nosotros no lo hicimos para reforzar a la NASA, fue un desaf¨ªo. Las personas que piensen que esas cadenas no son como decimos, que cojan el meteorito, lo analicen y publiquen sus conclusiones; que hagan experimentos y traten de demostrar que son de origen inorg¨¢nico. Que lo demuestren.
Las fotos que ahora toman en Marte los robots 'Spirit' y 'Opportunity' ?aportan algo a sus resultados?
No pueden aportar datos sobre este tema. Pero ya que lo dice, cuando la Opportunity env¨ªa im¨¢genes, en ellas se ve lo que se ve. ?Por qu¨¦ no se ve m¨¢s?, porque tienen una resoluci¨®n de d¨¦cimas de mil¨ªmetro. Ser¨ªa muy bonito que se vieran las cosas de tama?o mucho m¨¢s peque?o, pero todo tiene sus limitaciones t¨¦cnicas. Los microscopios tambi¨¦n tienen sus limitaciones t¨¦cnicas; pero si en Estados Unidos no han visto las cadenas ha sido porque no han utilizado ni la preparaci¨®n adecuada, ni el detector apropiado. Una vez sabido qu¨¦ es lo que hay que utilizar, hay que ir a los mejores microscopios electr¨®nicos, que es lo que nosotros hemos hecho con este meteorito; pero incluso con los mejores microscopios hay limitaciones, como ocurre con las fotograf¨ªas de Marte. Me imagino que a los fot¨®grafos de Marte les provocar¨¢ frustraci¨®n no tener resoluci¨®n de un cent¨ªmetro, pero no la tienen. Nosotros vemos lo que vemos. La verdad es que todo esto ha sido un poco pesado, un poco estresante, pero yo me siento orgullosa porque hemos sacado de una piedra marciana una informaci¨®n que nadie hab¨ªa conseguido antes. Luego todo el mundo se pone a hablar del tema, a veces por aspectos pol¨ªticos, ideol¨®gicos o religiosos. Ya sabe, que si la vida fue o no creada en la Tierra, etc¨¦tera.
Su resultado refuerza la teor¨ªa de la Panspermia: la vida se origin¨® en otros planetas y luego por el espacio lleg¨® a la Tierra.
Exacto. Tambi¨¦n ahora con el experimento de Biopan se plantea el mismo tema, pero hay que tratar de ser desapasionado en la interpretaci¨®n de los resultados. Lo que me ilusiona es que hemos puesto sobre el tapete cient¨ªfico unos resultados; luego, que cada cual haga sus interpretaciones.
?Personalmente se inclina por la posibilidad de que la vida se originara en otros planetas?
Antes, cuando se hablaba de esta teor¨ªa, se dec¨ªa que no hab¨ªa habido campo magn¨¦tico en Marte, que no hab¨ªa habido agua, y ahora? Yo, que era un poco esc¨¦ptica y poco creyente de esa teor¨ªa, ahora resulta que los ¨²ltimos datos dicen que ha podido haber agua en Marte, y entonces todas esas refutaciones de los adversarios se caen a tierra, los adversarios casi me han vuelto creyente.
?Se apuntar¨ªa a un viaje a Marte, si tuviera la posibilidad, para investigar sobre el terreno?
S¨ª, claro que s¨ª; como no es en barco, que es donde yo me mareo?
?El del meteorito ha sido el descubrimiento m¨¢s importante de su carrera?
Ha sido el que ha tenido m¨¢s repercusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n. Creo que el poner a punto una t¨¦cnica que luego hemos podido utilizar en este caso y en otros, como en el monasterio de los Jer¨®nimos o la Biopan, ha sido muy importante. El ¨¦xito ha sido poner a punto la t¨¦cnica, porque creo que ha abierto muchas puertas a la investigaci¨®n. Despu¨¦s del meteorito nos contactaron las autoridades portuguesas porque iban a restaurar el monasterio de los Jer¨®nimos de Lisboa, que estaba muy bioalterado. Ellos iban a hacer pruebas con unos biocidas para ver, entre tres, cu¨¢l era m¨¢s eficaz combatiendo los microorganismos que pudieran estar colonizando esa piedra. Nosotros vimos cu¨¢l era la alteraci¨®n de la piedra y, de los tres biocidas, cu¨¢l era el m¨¢s eficaz actuando dentro de la piedra. Ahora que el monasterio ya est¨¢ restaurado es una maravilla, y lo han hecho con el biocida que nosotros les aconsejamos.
Ha citado el experimento de Biopan, el primero espa?ol que viaja al espacio en un programa de esas caracter¨ªsticas de la ESA. Ustedes, con el INTA y la Universidad Complutense, han enviado al espacio un proyecto con el que pretenden comprobar la resistencia de distintos l¨ªquenes en el espacio exterior. ?Qu¨¦ esperan encontrar a su vuelta?
Hemos enviado al espacio dos tipos de l¨ªquenes: unos epil¨ªticos (sobre piedra), entre ellos el Rhizocarpon de Gredos, y otros endol¨ªticos (totalmente escondidos dentro de la piedra), que son los de la Ant¨¢rtida. Hay unos visibles y otros no. Leopoldo Garc¨ªa Sancho, el coordinador del proyecto, ha tra¨ªdo las muestras de la Ant¨¢rtida, adem¨¢s de investigar aspectos metab¨®licos; nosotros lo que hacemos es la microscop¨ªa para ver c¨®mo van y c¨®mo vuelven. Hemos elegido las rocas m¨¢s ricas en microorganismos, las que m¨¢s material biol¨®gico ten¨ªan.
?Y por qu¨¦ dec¨ªa antes que el experimento puede reforzar la teor¨ªa de la Panspermia?
La Biopan no es s¨®lo un experimento de microgravedad, se abre al espacio, y los l¨ªquenes quedan expuestos al albur de las condiciones c¨®smicas. Si los epil¨ªticos como Rhizocarpon han resistido las presiones del espacio exterior estando 14 d¨ªas en ¨®rbita, o si ellos no lo han hecho y puede que haya resistido el liquen escondido dentro de la piedra, el endol¨ªtico, eso s¨®lo lo podremos ver con la microscop¨ªa. Si est¨¢n bien, ?qu¨¦ podr¨ªamos pensar? Pues que la vida pudo viajar por el espacio escondida en un meteorito tipo condrita, es decir, no met¨¢lico. Afortunadamente vamos a tener la posibilidad de otro vuelo espacial, porque este equipo ya tiene un segundo proyecto aprobado por la ESA [que coordinar¨¢ Rosa de la Torre, del INTA]; pero vamos a ver qu¨¦ pasa con ¨¦ste. Quiz¨¢ las algas y los hongos vengan muy da?ados, pero las bacterias vuelvan mejor; ¨¦se ser¨ªa uno de los aspectos que apoyar¨ªan la teor¨ªa de la Panspermia, pero yo no voy a poder evitar que la gente se meta en temas religiosos. Estoy deseando verlos de regreso; cuando miro al cielo y pienso: estar¨¢n por ah¨ª dando vueltas?
?Ha subido su cach¨¦ internacional de investigadora despu¨¦s del meteorito?
Ha entrado tanta gente en la pol¨¦mica que no s¨¦ si ha subido o se ha mantenido, pero no me afecta demasiado. El a?o pasado hemos publicado seis trabajos en revistas internacionales y pienso que nuestro grupo del CSIC es muy respetado; creo que en microscop¨ªa en sustratos inertes o l¨ªticos es imbatible en este momento a nivel internacional.
En pocos a?os se espera que lleguen a la Tierra muestras de Marte. Se supone que esta vez les dar¨¢n una buena roca, a diferencia del pedacito de 1997.
En microscop¨ªa electr¨®nica no hay nada m¨ªnimo; lo importante no es el tama?o de la piedra, sino los gl¨®bulos de carbonato que tenga, y la que tuvimos ten¨ªa muchos. Pero le voy a contar una cosa. Hay muchos m¨¢s bi¨®logos microbianos de medio acu¨¢tico que de medio l¨ªtico -hay muy pocos equipos en el mundo- que estudien Marte. Nosotros somos un equipo de medio l¨ªtico que contamos con buenos equipamientos. Y cuando se habla de Marte, se habla siempre de encontrar mol¨¦culas org¨¢nicas en Marte, ADN en Marte; nadie ha pensado que los microorganismos que encontremos all¨ª pueden estar fosilizados, y cuando digo fosilizados, digo absolutamente mineralizados, como puede estarlo un amonites. Nadie ha pensado que, si hubo vida en Marte, puede estar fosilizada, y que si no estamos entrenados para eso nos puede pasar inadvertida. En este momento, la NASA tiene, en medio del desierto de Atacama, unos equipamientos sofisticad¨ªsimos para detectar amino¨¢cidos y otras mol¨¦culas org¨¢nicas que pueda haber en el suelo marciano. All¨ª est¨¢n preparando unos robots que van a llevar a Marte en 2009, y est¨¢n muy centrados en mol¨¦culas org¨¢nicas. ?Se ha planteado la NASA que pueda haber f¨®siles en Marte? Parece que poco. Pero mi colega Wierzchos acaba de volver de Atacama con muestras para analizar.
?Y eso va a cambiar algo el panorama de lo que se busque en Marte?
En Marte estamos buscando unos organismos vivos que se han podido mineralizar y que nos pueden pasar inadvertidos. En los valles secos de la Ant¨¢rtida hay unas areniscas formadas por s¨ªlice que dentro ten¨ªan unos organismos vivos que se han mineralizado, y si no hubi¨¦ramos sido capaces de descubrir en esas areniscas fosilizadas que en los huequitos que dejan los cuatro granitos de cuarzo hay un alga que se ha convertido absolutamente en piedra, parecer¨ªa que en ellas nunca ha habido microorganismos.
Tambi¨¦n han trabajado en el ¨¢mbar del cret¨¢cico encontrado en Pe?acerrada (?lava). Hace unos a?os pude ver ese ¨¢mbar con diferentes insectos atrapados en ¨¦l, y era algo fant¨¢stico. ?Qu¨¦ han visto ahora?
Nuestra t¨¦cnica permite ver microorganismos en sustratos inertes, y el ¨¢mbar es un sustrato inerte donde hay microorganismos atrapados. En ¨¦l se ha investigado siempre much¨ªsimo los insectos, y en el Museo de Ciencias de Vitoria quer¨ªan prospectar con nuestra t¨¦cnica. Nosotros no sab¨ªamos c¨®mo se iba a comportar el ¨¢mbar, pod¨ªa destruirse, pero se comport¨® muy bien, y hay unos microorganismos, que llevan 114 millones de a?os atrapados, que se han mineralizado en parte. Hemos descubierto protozoos y hongos, y con ellos se podr¨¢ conocer mejor qu¨¦ suced¨ªa en el cret¨¢cico.
Es formidable.
?Se da cuenta c¨®mo s¨ª que es un trabajo apasionante?
He visto recientemente, en el Museo de Ciencias de Valladolid, la exposici¨®n 'La estirpe de Isis. Mujeres en la historia de la ciencia', y usted figuraba en un enorme panel. ?Qu¨¦ siente ante este reconocimiento?
No he podido ver la exposici¨®n, pero estoy segura de que hay cient¨ªficas espa?olas actuales que pasar¨¢n a la historia de la ciencia, porque hay algunas muy buenas. Y lo importante es que su trabajo no sea minimizado ni ocultado, como hasta ahora. Tambi¨¦n ha pasado en el mundo del arte y de la literatura, recuerde. Hay trabajos cient¨ªficos que cuando los hacen mujeres siempre se resaltan menos. La verdad es que es duro ser mujer? Yo he visto c¨®mo en otros pa¨ªses se facilita a las cient¨ªficas la maternidad. Las mujeres espa?olas hemos tirado para adelante con todo: con horarios de trabajo tremendos, con la casa, con los hijos? Yo iba a recogerlos a la guarder¨ªa cuando ya estaba casi cerrada, y gracias a mi madre que me ayud¨® much¨ªsimo con ellos.
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