Visto para sentencia el juicio contra la presunta c¨¦lula de Al Qaeda
El fiscal eleva su petici¨®n de pena para seis de los 24 acusados por delitos de terrorismo
El macrojuicio contra 24 presuntos integrantes de la c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda qued¨® ayer visto para sentencia, tras el turno de ¨²ltima palabra de los acusados. El fiscal, Pedro Rubira, en sus conclusiones definitivas, elev¨® su petici¨®n de penas para seis de los 24 acusados. Rubira mantiene que tres de los imputados participaron en calidad de cooperadores necesarios en los atentados contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono, el 11 de septiembre de 2001, en EE UU.
Los defensores reclaman la absoluci¨®n de sus clientes. Ahora, el tribunal se reunir¨¢ para deliberar. Debido a lo extenso de la causa, con m¨¢s de 100.000 folios de sumario, la sentencia no se har¨¢ p¨²blica hasta mediados de septiembre. El juicio se inici¨® el 22 de abril y ha durado dos meses y medio. Por el estrado han pasado 107 testigos propuestos por el fiscal y las defensas, de los que 69 eran polic¨ªas.
La trascendencia de este proceso es evidente, ya que es el primero que se ha celebrado en Espa?a contra presuntos terroristas islamistas despu¨¦s de los atentados del 11-M. Por tanto, la sentencia que se dicte -condenatoria o absolutoria- marcar¨¢ la l¨ªnea sobre los requisitos para condenar por terrorismo islamista y ser¨¢ un precedente para el juicio por el 11-M.
El tribunal deber¨¢ valorar si el requisito de subvertir el orden constitucional, aplicable a bandas terroristas como ETA, es exigible al terrorismo islamista, o si lo define por los fines de destrucci¨®n indiscriminada que persigue para ajustarlo al tipo penal. Adem¨¢s, el terrorismo islamista no responde a un modelo fuertemente jerarquizado, sino que la cabeza de la organizaci¨®n marca unas l¨ªneas de actuaci¨®n y la c¨¦lula con mejores posibilidades la ejecuta.
Entre los testigos que han comparecido en la vista destaca el marroqu¨ª Jamal Zougam, que se encuentra en prisi¨®n acusado de ser uno de los presuntos autores materiales de la colocaci¨®n de las bombas en los trenes de la muerte el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Zougam no aport¨® ning¨²n dato relevante para el juicio de la c¨¦lula de Al Qaeda, aunque admiti¨® que conoc¨ªa al presunto jefe del grupo, Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah.
Varios de los acusados tienen relaciones con algunos de los imputados por el 11-M, como Abu Dahdah, conocido y amigo de los principales implicados en los atentados de Madrid. O Driss Chebli, imputado ¨¦l mismo en el sumario del 11-M, o tambi¨¦n Mohamed Neeld Acaid, que fue muyahid en Bosnia y propietario de la casa de Chinch¨®n donde se ensamblaron las mochilas bomba del 11-M. Sin embargo, el presidente del tribunal, Javier G¨®mez Berm¨²dez, no permiti¨® ninguna pregunta sobre los atentados de los trenes, que se juzgar¨¢n en otro proceso.
Otro de los testigos llamativos fue Noureddin Salim Adoumalou, condenado en 1997 a nueve a?os y tres meses de prisi¨®n por pertenencia al Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), junto con uno de los suicidas de Legan¨¦s, Allekema Lamari. Pero Adoumalou, que dijo que fue condenado pero que se considera inocente, asegur¨® que no conoc¨ªa a ninguno de los terroristas por los que fue preguntado.
El testigo principal de la acusaci¨®n fue el polic¨ªa de la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior (UCIE) Rafael G¨®mez Menor, que actu¨® tambi¨¦n como perito y que estuvo declarando durante seis d¨ªas seguidos.
A lo largo del juicio el tribunal ha dejado en libertad, a veces con fianza, a ocho de los acusados. El juicio se inici¨® con los 24 acusados en prisi¨®n preventiva, pero tras sus declaraciones en la vista y una vez o¨ªdas las principales pruebas de la acusaci¨®n contra ellos, el tribunal decidi¨® liberarlos. Los magistrados consideraron que hab¨ªa "disminuido considerablemente" el riesgo de fuga por el que se decret¨® su ingreso en prisi¨®n y optaron por fijar fianzas para algunos de ellos. La medida, seg¨²n el tribunal, no prejuzga el resultado de las pruebas que existen en la causa contra ellos, aunque en medios jur¨ªdicos se interpreta como que los beneficiados est¨¢n m¨¢s cerca de la absoluci¨®n que de la condena.
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